La primera versión diésel del Hyundai Kona suma, a sus ya conocidas aptitudes, una economía de uso sobresaliente que le convierte en la opción perfecta para aquellos que no piensen usarlo solo en trayectos cortos.
En ocasiones es difícil no resultar repetitivos, pero cada vez que tengo la oportunidad de probar un diésel de última generación, le veo menos sentido la cruzada en contra de los motores de gasóleo que han emprendido las administraciones y algunos lobbies. Sin embargo, el automóvil que protagoniza estas páginas es el perfecto ejemplo.
No hay duda de que el Hyundai Kona es, a día de hoy, una de las opciones más atractivas dentro del competitivo segmento de los SUV pequeños. Ha sido uno de los últimos en llegar y se nota. En su caso, exteriormente, tiene cierto aire campero, con diferentes molduras distribuidas a lo largo de los paragolpes, taloneras, pasos de rueda e incluso los pilotos.
Completa el exterior de nuestro invitado el techo en negro con raíles integrados, rematando una estampa decididamente moderna y atractiva a la que contribuyen también las llantas de 18 pulgadas.
La versión que probamos equipa la mecánica diésel más potente, el 1.6 CRDI de 136 CV; asociada al acabado Style, el más completo; que en España se vende ligado a la tracción total y al cambio automático DCT de 7 velocidades de doble embrague. Existe otra variante diésel con el mismo motor, pero con 115 CV.
Una vez en el interior, entendemos por qué los SUV pequeños están desbancando en las listas de ventas a utilitarios y compactos. Tanto el acceso como el espacio interior disponible son sobresalientes. Las dos plazas delanteras son magníficas y es realmente sencillo sentirse cómodo al instante.
Detrás y pese al túnel central, hay espacio para tres adultos. Aunque los trayectos largos es mejor hacerlos solo con dos ocupantes. Por cierto, la cota en altura es excelente en cualquiera de las tres plazas. Si pasamos al maletero, este cubica 361 litros, por lo que se queda un tanto corto si lo comparamos con rivales como el Renault Captur (377 l), el SEAT Arona (400 l) o el Volkswagen T-Roc (445 l). Aunque por está por encima del KIA Stonic (332 l). Quizá sea este su único punto débil destacable.
Una vez sentados a los mandos de nuestro Hyundai Kona, el habitáculo destaca por sus acabados y también porque cuenta con unos buenos materiales. En este sentido, es de lo mejor de la categoría. Además, este acabado Style solo deja para la lista de opciones la pintura, por lo que incorpora tecnologías como el cargador de móvil por inducción Qi, head-up display, control de crucero, start&stop, sensores de aparcamiento, cámara trasera y un largo etcétera.
Curioso que, en medio de tanto despliegue tecnológico, el freno de mano sea tradicional. La pantalla multimedia está situada en una posición inmejorable y la climatización es analógica. Disponemos de infinidad de huecos portaobjetos en los que vaciar los bolsillos, incluido uno para el móvil debajo del climatizador especialmente práctico.
Una vez pulsamos el botón de arranque, el Kona diésel se muestra como un excelente rodador. Incluso con cuatro adultos y sus correspondientes equipajes se muestra muy reactivo y acelera y hace cruceros muy buenos. Destaca la baja sonoridad a bordo y el perfecto confort de marcha que nos permite realizar trayectos largos sin acumular fatiga de ningún tipo.
Disponemos de los modos de conducción Comfort, Eco y Sport para adaptarlos a nuestras necesidades. La diferencia entre los tres no es dramática. Pero sí se agradece el plus de dinamismo que aporta el modo Sport a la hora de afrontar adelantamientos o la reducción de consumos que ofrece el modo Eco.
En nuestro caso, sin llegar a los 4,9 litros a los 100 km que homologa, sí rondamos unas cifras en el entorno de los 5,2 l/100 km, que se fueron a los 5,7 con el coche cargado hasta arriba. Números imposibles de replicar con una mecánica de gasolina. Fuera de carretera, mejor meternos solo por caminos de buen piso.
Como ya hemos adelantado este Hyundai Kona CRDI 1.6 Style solo deja para la lista de opcionales la pintura. Además, tiene como condicionante que obliga a elegir sin sobrecoste entre el techo bicolor y el solar, no pudiéndose equipar a la vez. El precio final es de 32.340 €, aunque Hyundai lo suele acompañar de jugosos descuentos. Desde ya, es una de las mejores opciones de la categoría.
Fotos: Paloma Soria
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 1.598 cm3 |
POTENCIA | 136 CV a 4.000 rpm |
PAR MÁXIMO | 320 Nm entre 2.000 y 2.250 rpm |
V. MÁXIMA | 191 km/h |
ACELERACIÓN | 10,2 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 4,4 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.165 / 1.800 / 1.565 mm |
NEUMÁTICOS | 235/45 R18 |
PESO EN VACÍO | 1.497 kg |
MALETERO | 361 l |
PRECIO | 32.340 € |
GAMA DESDE | 19.990 € |
CUOTA RENTING | 625 € |
LANZAMIENTO | Octubre 2018 |
Equipamiento de serie: Alerta de aproximación de tráfico trasero; asientos delanteros calefactables y ventilados; asientos delanteros con reglajes eléctricos; y reconocimiento de voz; cámara de aparcamiento trasero; cargador inalámbrico de móvil; CarPlay; climatizador; conexiones USB y Aux; control de arranque en pendientes HAC; control de descenso de pendientes DBC; elevalunas; equipo de audio con pantalla táctil de 8 pulgadas; faros delanteros y traseros LED; luces diurna tipo LED; control de crucero y limitador de velocidad; head up display; kit antipinchazos; llave inteligente con botón de arranque y detector de proximidad; retrovisores con ajustes eléctricos y calefactables; sensores de; sistema activo de cambio involuntario de carril; detección de ángulos muertos; sistema de detección de fatiga del conductor; asistencia a la frenada de emergencia con detección de peatones; sistema de navegación integrado con pantalla táctil; start & stop; sistema de sonido Premium KRELL con 8 altavoces; TomTom services live; y volante calefactable.
Equipamiento opcional: Pintura Tangerine Comet (400 €).