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Prueba Ford Puma 2020, regreso en formato SUV

El Ford Puma es ahora un SUV súper habitable y con etiqueta ECO

Aunque para muchos seguidores de la estirpe deportiva de Ford ha supuesto un golpe, el nuevo Ford Puma ha llegado en formato SUV para quedarse. Es el segmento de moda, el nombre tiene poderío y además no se postula como un simple SUV más. Derrocha estilo, es de los más habitables de su clase y llega al mercado con la codiciada etiqueta ECO.

Ya está a la venta a un precio que parte de 21.925 €, una tarifa a priori elevada pero que corresponde ya a una variante Titanium muy bien equipada. Solo con dos motores, con microhibridación, el Ford Puma irá completando su gama con motores diésel y un cambio automático de doble embrague.

¿Por qué Puma?

La pregunta que todos se hacen, ¿por qué se llama Puma? Los más jóvenes tal vez no recuerden que el Ford Puma nació como un pequeño cupé de estilo muy deportivo y personal. Un modelo que, siendo sinceros, aunque caló entre el público, jamás ha sido semejante éxito como para hablar de él como un auténtico icono. No al menos como otros modelos deportivos como el Ford Mustang.

Tal vez por eso Ford no ha dudado en recuperar esta denominación a la que no le falta fuerza. Es un nombre muy comercial, potente y que casa mucho con lo que ahora se lleva: coches robustos, de aspecto ligeramente deportivo y con un componente diseño a la cabeza. Por eso el Puma se ha transformado en lo que es hoy, un coche que entra por los ojos al público joven. Como el original.

Un SUV urbano muy compacto

Aunque para alguno los 4,20 metros del nuevo Ford Puma ya no son tan compactos (como curiosidad, el original apenas llegaba a los 4 metros), es pequeño entre sus alternativas. Y es que el B SUV de Ford compite con entidades como el Renault Captur, el Nissan Juke o el Peugeot 2008, todos ellos de mayor tamaño pero de similar posicionamiento.

Como Ford no debía sustituir ningún modelo en esta clase (el EcoSport es más pequeño), ha jugado libremente la carta del diseño. Así, exhibe faros saltones, un morro muy alto, gran parrilla, abultados pasos de ruedas y una zaga con pilotos altos y grandes. Tampoco fallas los detalles de estilo, como el pilar A que simula un techo flotante o el atractivo paquete deportivo ST-Line. Y es que aunque este Puma no tiene demasiado de agresivo, hereda el carácter deportivo de la firma.

Un Fiesta agrandado

Para nadie es sorpresa que el nuevo Ford Puma se basa en la plataforma del Fiesta, algo que queda patente dentro. El habitáculo presenta un diseño calcado al de su hermano menor. O lo que es lo mismo, un diseño ordenado presidido por una pantalla flotante en la posición más elevada de 8 pulgadas. Un interior de buena calidad, con materiales mullidos en las partes superiores (en las puertas solo la mitas trasera) y buena solidez.

A ello contribuyen algunos elementos tecnológicos como el cuadro de mandos digital. No es de serie pero viste mucho, aunque no me parece ni de lejos imprescindible. Apenas tiene vistas, solo cambia el color según el modo de conducción escogido, pero es fácil llegar a la información y la cantidad de datos es buena.

Un maletero excelente

A pesar de que se base en el Fiesta, además de más largo, es también más ancho y alto. Esto repercute directamente en el espacio interior, que no está nada mal resuelto para su tamaño global. Detrás caben adultos de hasta 1,80 m de altura sin problemas. El condicionante es el tercer pasajero, el central. Y es que la anchura es limitada, como es habitual en esta clase y evita que tres pasajeros puedan viajar más allá de un trayecto puntual con comodidad.

Por lo demás, se nota un coche habitable, amplio, especialmente cuando abrimos su maletero. Anuncia 456 litros en el caso de no llevar microhibridación y 401 si la lleva. La batería extra limita el espacio. En todo caso es una muy buena cifra, y lo que es más importante, el espacio está muy bien aprovechado.

La boca de carga es ancha y de formas regulares, tanto que permite albergar objetos de hasta 1 metros de anchura. Y luego está lo que Ford llama el MegaBox. Es un hueco bajo el piso donde cabe una maleta de cabina o permite transportar objetos de hasta 115 cm en posición vertical. Además, tiene un desagüe para evacuar el agua sucia de una eventual limpieza cuando, por ejemplo, metemos unas botas llenas de barro.

Tecnología a la última

Que no te engañe su posicionamiento, el nuevo Ford Puma no se ha olvidado de las últimas tecnologías en materia de confort y seguridad. En el primer apartado cuenta con cargador inalámbrico para móvil, multimedia de hasta 8 pulgadas de manejo táctil, conexión Android Auto y Apple CarPlay

En el apartado seguridad está a la altura de los mejores. Además de los típicos elementos como el lector de señales de tráfico, el asistente de mantenimiento de carril o el control de velocidad de crucero adaptativo, tiene frenada de emergencia con detección de peatones, asistencia en la dirección para maniobras evasivas, avisador por tráfico trasero cruzado, asistente en atascos… En definitiva, acerca la conducción semi-autónoma al segmento de moda.

Con etiqueta ECO

Lo mejor de la gama mecánica del nuevo Ford Puma 2020 es que toda ella puede beneficiarse de la etiqueta ECO de la DGT. No es, de momento, una gama amplia, pues solo hay dos mecánicas gasolina 1.0 EcoBoost de tres cilindros. La de acceso con 125 CV y la más potente con 155 CV.

La diferencia entre ellas es que la de acceso pues elegirse con y sin microhibridación. Asocia un motor eléctrico de 16 CV conectado al motor térmico por una correa. Asiste al térmico en fases de aceleración y lo arranca cuando actúa el sistema de arranque y parada automático del motor.

Reduce su consumo, permite circular más tiempo con el motor apagado y suaviza enormemente las vibraciones en el arranque. Mientras que en el motor de 155 CV es de serie, en el de 125 CV tiene un coste adicional de 350 €, un sobrecoste totalmente justificado.

Un SUV muy ágil

Aunque no soy muy seguidor de los SUV con talante deportivo, el nuevo Ford Puma tiene un equilibrio que me gusta mucho. Su puesta a punto es claramente más deportiva de lo habitual, algo que viene dado tanto por la dureza de la suspensión como por el tacto de la dirección.

En el primer caso, la amortiguación es tirando a firme, pero no es para nada seca, algo muy agradable en conducción dinámica o por tramos revirados. A pesar de que en los ST-Line el ajuste es más firme, en los Titanium, que son los que he probado, apenas se nota balanceo.

En el lado de la dirección, las cosas no son tan perfectas. Me gusta mucho el peso y la rapidez con la que el Puma cambia de dirección, pero apenas transmite sensaciones. Esto limita la confianza al rodar rápido, aunque no es más que una sensación.

El Ford Puma se mueve bien en todos los entornos, salvo que hablemos de hacer todoterreno. Aunque es más alto que un Fiesta, solo tiene 166 mm de altura libre al suelo, solo para hacer pistas con más garantías. Aun así, tiene varios modos de conducción para carretera (Sport, Normal y Eco) y para campo (Suelo resbaladizo y Trail).

Motor suficiente

Por el momento solo he probado el motor de acceso, que ya exhibe una potencia adecuada para un coche de este tamaño y peso (apenas 1.300 kilos con hibridación). El 1.0 EcoBoost de 125 CV es un motor de sobras conocido, un tricilíndrico con 210 Nm de par máximo que mueve bien la carrocería del Ford Puma. Aunque resulta curiosa la diferencia de respuesta entre los diferentes modos de conducción. El modo Eco va bastante más justo, mucho mejor en modo Sport.

Eso sí, he notado que el motor vibra y suena más de lo que es habitual en este motor en otros modelos, como el Ford Fiesta. No llega a ser desagradable, pero sí notable. Especialmente en fases de aceleración. También es cierto que la prueba transcurrió principalmente en puertos de montaña, por lo que la exigencia al motor fue mayor de lo habitual.

Pero hablemos de lo importante, el consumo. La hibridación tampoco es crucial en lo que a gasto se refiere. En todo caso, el consumo medio en la prueba, que no es definitivo, fue de menos de 7 l/100 km. Por lo que apunta maneras.

En definitiva

El Ford Puma puede no ser el sucesor del original Puma, pero el resultado convence. Está en el segmento de moda, tiene un diseño atractivo y va cargado de equipamiento. A cambio, claro, de un precio más elevado que la media del grupo.

Pero tiene sus propios argumentos para destacar, como la calidad general, es excelente maletero y, sobre todo, la codiciada etiqueta Eco, presente en toda la gama. En los próximos meses, se ampliará la oferta. Concretamente en mayo llegan motores diésel y también una caja automática de doble embrague y 7 relaciones (ahora no hay). Más adelante, aunque no lo ha confirmado Ford, también habrá versiones de mayor potencia y, tal vez, un Puma ST.

Galería de fotos de nuestro contacto con el Ford Puma

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