La nueva generación del compacto de Ford ya tiene versión deportiva. Si desde febrero ya conocíamos algunos datos y novedades respecto al anterior modelo, ahora nos hemos subido al coche para ofreceros una primera prueba del Ford Focus ST 2019.
El departamento de Ford Performance ha sido el encargado de dar forma a esta variante deportiva. De sus filas han salido modelos tan emblemáticos como el Ford GT, auténtico portaestandarte de la marca, así como el nuevo Ford Ranger Raptor que probamos recientemente en Marruecos. Sin olvidar al Ford Focus RS, todavía de la generación anterior, al Ford Mustang, al Ford Fiesta ST o, en un nivel ya inferior, los acabados ST-Line contemplados para algunos productos del catálogo.
El nuevo Ford Focus ST 2019 está basado en el Focus de cuarta generación, estrenado el pasado año. La gama, con motores de gasolina y diésel de hasta 182 CV (y ahora hasta 280 CV) ofrece dos carrocerías, cinco puertas y familiar, las mismas disponibles para el nuevo ST. De momento, la marca no contempla el Focus de cuatro puertas que sí llegará a otros mercados.
En el apartado mecánico, el compacto de Ford aparece en dos variantes. En gasolina, adopta el moderno 2.3 EcoBoost turboalimentado, de cuatro cilindros, que entrega 280 CV y un par de 420 Nm. Respecto al anterior ST, supone un incremento de potencia de un 12 por ciento y un 17 por ciento de par máximo.
Así consigue mejorar el registro de aceleración de 0 a 100 km/h en 8 décimas, parando el crono en 5,7 segundos. Este motor puede asociarse tanto a una caja de cambios manual de seis relaciones como automática, con convertidor de par, de siete. Ambas, con una velocidad máxima limitada a 250 km/h. El consumo medio homologado es de 7,9 l/100 km, con caja manual.
El nuevo Ford Focus ST también se comercializará en motorización diésel. En este caso, con el moderno 2.0 EcoBlue de 190 CV que montan otros modelos de Ford, capaz de desarrollar 400 Nm. Alcanza una velocidad máxima de 220 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos. Solo puede combinarse con el cambio manual y anuncia un gasto de combustible de 4,8 l/100 km.
Además de dos motores, el modelo de la firma del óvalo se presenta en dos formatos, cinco puertas y familiar Sportbreak. El primero mide 4.388 mm de largo, por 1825 de ancho y 1.458 mm de alto, y cuenta con un maletero de 375 litros, idéntico a sus hermanos.
Por su parte, el Ford Focus ST Sportbreak, con la misma anchura, muestra una longitud de 4.668 mm y un altura ligeramente superior, de 1.492 mm. El maletero cubica 541 litros con rueda de repuesto normal, 575 con una de emergencia o 608 litros con el kit reparapinchazos. La capacidad máxima con los asientos traseros abatidos es de 1.653 litros.
En las especificaciones técnicas suministradas por la marca, los dos modelos homologan el mismo consumo y velocidad máxima. Sí difiere aunque de forma poco significativa en lo referente a la aceleración, que es solo una décima peor en las versiones Sportbreak, válido para los dos motores ofertados.
Aparte, hay varios elementos que difieren en entre ambas carrocerías. Por ejemplo, el Ford Focus ST 2019 de cinco puertas equipa de fábrica, con el motor de gasolina, el CCD (Continuosly Controlled Damping). Es opcional para el diésel.
Este sistema monitoriza cada 2 milisegundos el funcionamiento de la suspensión, el movimiento de la carrocería, dirección y frenos. Con ello ajusta la respuesta de amortiguación según las condiciones específicas de circulación.
Mantiene el esquema McPherson para el eje delantero y multibrazo trasero. No obstante, la dureza de los muelles se ha incrementado un 20 y un 13 por ciento, respectivamente. Como singularidad, el Focus Sportbreak ST incluye un tren trasero más duro para soportar mayor capacidad de carga. Las dos carrocerías reducen la altura al suelo en 10 mm en comparación con el Focus estándar.
Para adaptar el modelo a una dinámica más deportiva, el Focus ha recibido una serie de modificaciones importantes. La dirección asistida electromecánicamente sigue el esquema inaugurado por el Ford Fiesta ST, y es un 15 por ciento más rápida que la del resto de la gama. El giro máximo entre topes apenas supera las dos vueltas de volante.
Por primera vez Ford introduce en un modelo de tracción delantera un diferencial de deslizamiento limitado controlado electrónicamente eLSD. Asociado solo a las variantes turbo de gasolina, este sistema se integra en la transmisión y a través de un accionamiento hidráulico limita la entrega de par en la rueda que tenga peor motricidad.
Es capaz de mandar hasta el 100 por cien de la potencia a la rueda con más tracción. Según Ford, este sistema es más rápido y preciso que un tradicional diferencial mecánico. En cambio, los Ford Focus ST diésel montan el Torque Vectoring. Se trata de un sistema menos sofisticado que, mediante frenada selectiva en la rueda interior de la curva, evita el subviraje y favorece una conducción más efectiva.
De la misma forma, el Ford Focus ST 2019 está dotado de un equipo de frenos más potentes. Los discos delanteros crecen hasta los 330 mm, mientras que los traseros son ahora de 302 mm. Según el fabricante, en las pruebas realizadas la resistencia a la fatiga es casi cuatro veces mejor que en el anterior Focus ST.
En este sentido, esta versión deportiva se beneficia del llamado Potenciador de Freno Eléctrico (EBB). Gracias a esta tecnología la presión de frenado es más rápida que la proporcionada por un sistema hidráulico.
Para ahondar en la experiencia de conducción, el nuevo ST incorpora un sistema electrónico de mejora del sonido (ESE). Según el régimen de giro, el ruido de motor y escape se modula potenciando determinadas frecuencias. Esto es especialmente significativo en los modos Sport y Track, con perfiles de sonido más agresivos.
Como añadido, Ford ofrece una serie de funciones deportivas concentradas en el denominado Performance Pack. Este paquete, aún sin precio para el mercado español, integra el launch control o control de arrancada (para el motor gasolina), la indicación luminosa para el cambio de marchas o el sistema de ayuda de cambio en reducciones.
Esta tecnología, estrenada en el Ford Mustang y que aquí está disponible para la caja manual de las versiones 2.3 EcoBoost, adapta las revoluciones del motor al paso de una relación inferior. Lo que hace es simular un punta-tacón, dando un pequeño golpe de gas automáticamente antes de engranar una marcha menos, lo que mejora la rapidez y suavidad del cambio.
Como detalle importante, el Performance Pack suma el modo de conducción Track, que complementa los otros tres programas: Slippery/wet, Normal y Sport. Se seleccionan desde el volante, donde también su ubica un botón específico S de acceso directo a la configuración deportiva.
Asimismo, la suspensión adaptativa también varía las dureza de amortiguación, con tres niveles de ajuste asociados a los perfiles Normal, Sport y Track. Finalmente, las unidades dotadas de este paquete llevan las pinzas de freno pintadas en rojo y, en el interior, una iluminación ambiente en diferentes tonalidades.
Antes de su llegada al mercado europeo, anunciada para este verano, hemos tenido la oportunidad de conducir el Ford Focus ST 2019 en su versión cinco puertas y con el motor 2.3 EcoBoost de 280 CV asociado a la caja manual. Para ello nos hemos desplazado hasta el centro de pruebas de Ford, en la localidad belga de Lommel, donde la marca tiene unas modernas instalaciones, con cerca de 80 kilómetros distribuidos en pistas de diferentes tipos y superficies.
Allí es fácil ver a modelos de la marca, y también de otros fabricantes, haciendo distintos ejercicios. De hecho, en uno de los recorridos pudimos vislumbrar un compacto de estilo crossover convenientemente camuflado (no está permitido hacer fotos en todo el centro) que bien podría ser el nuevo Ford Puma.
Centrándonos en el Focus, la primera toma de contacto fue en una pista de alta velocidad. Cuatro carriles sin tráfico, perfectamente asfaltados y con un peralte pronunciado nos permitieron dar rienda suelta el potente motor EcoBoost, el mismo bloqueo que monta el Mustang, por ejemplo.
Desde abajo es una mecánica que se muestra poderosa, sin apenas retardo en la entrega de fuerza gracias al sistema anti-lag. Esta tecnología, equipada en Ford GT y F-150 Raptor, mantiene el turbocompresor girando al soltar el pedal del acelerador, con lo que al volver a dar gas la respuesta de la sobrealimentación es más rápida e instantánea.
Además, la pegada en la zona media, todavía sin buscar el corte, es muy buena y posibilita un cambio de marchas temprano para circular con el motor desahogado. Es una mecánica a la que no le cuesta alcanzar altas velocidades (vimos 220 km/h en una de las curvas peraltadas de la pista sin que el coche se mostrara en ningún momento forzado).
En este sentido, el sonido que llega al interior es agradable, aunque con un tono deportivo bien implementado por el sistema ESE.
En estas pruebas no se trataba de buscar el límite, no es una pista de carreras al uso, y un monitor de la marca nos acompañaba en toda la prueba. Sin embargo, sí nos ha permitido sacar conclusiones claras sobre el comportamiento del Ford Focus ST 2019. En relación a la suspensiones, el coche ofrece un excelente compromiso para no sacrificar en exceso el confort.
En el óvalo de alta velocidad la estabilidad ofrecida por el nuevo Focus ST es soberbia, si bien la prueba de fuego fue en un tramo específico que simulaba una carretera muy bacheada. Escenario de lo más exigente para un vehículo deportivo pero que el Focus superó con notable; aunque se nota cierta dureza, el rebote está bien controlado y siempre hay contacto de las ruedas con la superficie de paso.
El sistema de regulación continua de la suspensión CCD es una gran baza para ello. En modo Normal el ajuste es bueno para ese tipo de firmes ondulados. En Sport y sobre todo el Track, en cambio, la dureza es más evidente, más pensada para optimizar la efectividad en asfaltos bien cuidados o en circuito.
Tras el paso por diferentes pistas, dejamos para el final la prueba del Ford Focus ST en un sinuoso trazado de handling. Más que un circuito al uso, se parecía más a una carretera de montaña, con ángulos de todo tipo, fuertes frenadas en apoyo, cambios de rasante… En definitiva, el marco de uso predilecto para un vehículo que, además de ser muy efectivo, es fácil de conducir.
La dirección es rápida (varía según el modo de conducción) pero tiene cierto peso para no parecer excesivamente sensible a cualquier movimiento. Además, acompaña un eje delantero que con el diferencial eLSD ofrece una gran motricidad. El guiado es en todo momento asequible, no es un coche radical y eso permite disfrutar más al volante.
Funciones como el cambio asistido en reducciones (en los modos más deportivos) facilitan la conducción del nuevo Focus ST. Aparte, en esos programas el sonido también contribuye a crear una atmósfera más racing emitiendo una melodía más grave y aportando algunos petardeos al cambiar de marcha. Por cierto, el cambio manual probado es rápido y preciso, aunque sin llegar a otros tan logrados como los de un Honda Civic Type R, por ejemplo.
La electrónica del Focus ST no es muy intrusiva, aunque conviene seleccionar el modo Track para retardar la entrada en escena del control de estabilidad. Al seleccionar este perfil, no se desconecta por completo, pudiendo hacerlo a través de un botón específico.
Tras esta prueba del Ford Focus ST 2019 nos quedan algunas dudas. La primera, el precio, aún no confirmado para nuestro mercado. Sirva como referencia que el coste del Focus RS, la versión más radical de la gama aún en su generación anterior, cuesta 42.140 y que el anterior ST valía poco más de 31.000.
El nuevo Focus ST estará a la venta tras el verano con dos colores de carrocería exclusivos: el Azul Ford Performance y el Naranja Fury. El Blanco Frozen, Gris Magnetic, Rojo Race, Rojo Ruby y Negro Shadow son otras de las posibilidades de color ofertadas para el ST. Además, podrá equipar llantas de 18 y 19 pulgadas.
Tampoco está confirmado el equipamiento de las unidades para el mercado español. Como elementos diferenciadores respecto a otras versiones de la gama, el habitáculo del Ford Focus ST 2019 incorpora volante y asientos deportivos firmados por Recaro.
Son los detalles más específicos del ST que, por lo demás, equipa tecnología de la última generación Focus como el multimedia SYNC 3 con pantalla táctil de 8,0 pulgadas, asistentes de seguridad avanzados, iluminación adaptativa o el aparcamiento asistido, entre otros.
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 2.261 cm3 |
POTENCIA | 280CV a 5.500 rpm |
PAR MÁXIMO | 420 Nm entre 3.000 y 4.000 rpm |
V. MÁXIMA | 250km/h |
ACELERACIÓN | 5,7 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 7,9 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.388 / 1.825 / 1.458mm |
NEUMÁTICOS | 235/40 R18; 235/35 R19 |
PESO EN VACÍO | 1.508 kg |
MALETERO | 375 l |
PRECIO | n.d. |
LANZAMIENTO | Verano de 2019 |