El Ford Focus RS es un deportivo de altos vuelos
Ford Focus RS: fotos
[fotos id=”65244″] Créeme, cuando te digo que jamás conseguí entender una matriz no estoy exagerando. Juntar números, a simple vista sin sentido, en algún momento daba un resultado. Jugar con los números funciona. Es el caso exacto del nuevo Ford Focus RS 2016, un juego de números para crear la matriz cuadrada.Ford Focus RS: abolición del miedo
Es curioso que, mientras algunos fabricantes, de una manera u otra, intentan ocultar el potencial deportivo de sus modelos, Ford haya jugado exactamente la carta contraria. No hay miedo a mostrar sus atributos, y cada uno de sus centímetros denota potencia, prestaciones, músculo…
Fíjate en su paragolpes delantero encargado, a través de enormes tomas de aire, de refrigerar el propulsor de 4 cilindros y 2,3 litros con turbocompresor que alimenta su furia. Tanto es así, que Ford no ha tenido tampoco miedo a arrasar con su competencia, y a apuntar hacia el segmento Premium.
La aerodinámica juega un papel fundamental, instalando nuevos faldones laterales, un marcado difusor trasero que acoge una doble salida de escape de grandes dimensiones o un alerón trasero que parece sacado de un Focus WRC.
Y esto sería así, salvo por el detalle de que Ford no compite en el WRC con el Focus, sino con el Fiesta. Déjame decirte que el actual Focus RS tiene menos sentido que nunca y, sin embargo, ha conseguido embaucar de nuevo a la afición con la tercera generación del compacto deportivo.
Ford Focus RS: detalles de competición
Hablar de detalles de competición cuando estamos a los mandos de un Focus de calle es un tanto aventurado. Sin embargo, Ford se las ha ingeniado para introducir en el habitáculo todo el sabor de las carreras.
Los asientos de tipo backet opcionales nos dan la bienvenida, unos asientos que ofrecen un excelente agarre lateral y que, a pesar de su forma y de su dureza, resultan francamente cómodos. Lo que no gusta tanto es su altura. Están colocados muy arriba elevando artificialmente la postura de conducción, y no son regulables en este sentido.
Pasando a otro tema, en el salpicadero encontramos tres nuevos relojes: presión del turbo, temperatura del aceite y presión del mismo. Por lo demás, todo como en un Focus cualquiera, salvo un volante deportivo, costuras en azul a contraste, un velocímetro tarado hasta los 300 km/h o un nuevo botón de selección de los modos de conducción.
Ford Focus RS: tres caras
El mencionado botón “Drive Mode” es vital para nuestra experiencia de conducir el Ford Focus RS. Es, él solo, capaz de demostrarnos que un vehículo puede tener varias caras. En este caso concreto, tres.
El modo “Normal” mantiene todo raya, ofreciendo niveles de confort insospechables en un compacto absolutamente irracional. El modo “Sport” deja claras sus intenciones. La dirección es más dura, el motor responde de una manera más viva y el escape comienza a emitir unos sonoros pero adictivos petardazos.
Un poco más de lo mismo ocurre en el modo “Circuito”, que bien sirve para eso, adentrarse en el mundo de los días de circuito. La suspensión se endurece de forma extrema, aunque puede hacerse por separado, independientemente del modo, y los controles se relajan para ofrecernos una experiencia más íntima con el asfalto.
Ford Focus RS: ¿y el modo “Drift”?
Y llegamos al modo más comentado de todos, el temido modo “Drift”. ¿Un coche de calle en el que aparece la palabra drift? Pues sí. La electrónica, a través del diferencial trasero, permite el deslizamiento del eje trasero de una manera, digamos, más sencilla.
No pierde en ningún momento la entrega de potencia en el eje delantero, por lo que ir de lado se convierte en una experiencia muy poco habitual. Dicho de otra manera, si nos pasamos con el contravolante todo acabará de manera súbita.
¿Es divertido? Sacar humo de las ruedas siempre es divertido. ¿Es útil? Francamente, no. Creo que será un modo que caerá en el olvido una vez lo probemos un par de veces. A menos que nos agenciemos un circuito o un espacio cerrado donde verdaderamente hacer el hooligan sin miedo a gastar las ruedas.
Ford Focus RS: en marcha
No te he descrito más que sensaciones y todavía no he arrancado el coche. Pocas veces ocurre, ¿verdad? Con el Ford Focus RS todo es más sencillo, y no me refiero solo a hablar de él, sino que se conduce de una manera sencilla, ya sea de diario o con “el cuchillo entre los dientes”.
Ya he comentado que en modo “Normal” se comporta como un Focus cualquiera, más rápido, pero civilizado. Salvo cuando arrancamos, claro, deleitándonos con un sonido ronco y atrevido, acompañado de los gorgoteos propios de un escape deportivo.
El primer tramo de curvas ya nos hace dudar. ¿Verdaderamente hemos pasado rápido? Sí, lo hemos hecho muy rápido en realidad, solo que el conjunto presenta semejantes capacidades que todo queda en una anécdota. Y lo volvemos a intentar, más rápido todavía. ¿No hay límite?
La inclusión de un sistema de tracción a las cuatro ruedas por primera vez en la saga es responsable de ello. Ofreciendo una adherencia marcada por una notable entrega al eje trasero. Una vez más, es complicado salir derrapando con él, pero es que el Focus RS se conduce de tiralíneas.
En todo caso, no te quepa duda de la enorme ventaja en esta materia frete al anterior RS. Si te digo que cierra el 0 a 100 km/h en solo 4,7 segundos tal vez ya sepas de qué hablo.
Ford Focus RS: un paso por encima
Bajo el capó un motor de cuatro cilindros y 2,3 litros turboalimentado “Ecoboost”, la misma unidad que podemos encontrar en el Mustang de acceso. En esta ocasión rinde 350 CV de potencia y entrega 470 Nm de par entre 2.000 y 4.500 vueltas.
No, no es el típico motor actual con una entrega brutal en bajas. De hecho, su parte buena es la media, donde disfrutamos de una entrega lineal hasta el corte. Momento en el que el sonido ronco del que antes hablábamos evoluciona hacia un tono metálico cargado de petardazos en reducciones que asustarán al más cauto de los viandantes.
Ford Focus RS: bajo control
Ágil es la mejor palabra que define a este deportivo de 1.600 kilos. El peso no es problema para una suspensión muy bien puesta a punto que controla de manera exquisita los balanceos y cabeceos, sin resultar además especialmente seca.
Otra historia ocurre cuando seleccionamos el modo “Sport” de la suspensión. Esa dulzura con la que nos trataba la suspensión desaparece. En su lugar, un rebote que rápido nos hará desactivarlo a menos que rodemos en circuito. Extraordinario es que Ford permita usar la suspensión en su modo más duro en cualquiera de los modos de conducción seleccionados.
La agilidad viene definida no solo por cómo la suspensión controla la carrocería, sino también por una dirección muy directa que responde con inmediatez a nuestras órdenes. Los frenos, en última instancia, muestran un buen tacto, unos enormes discos de 350 mm en el eje delantero que curiosamente no muestran un diseño perforado.
Ford Focus RS: ¿nos salen las cuentas?
Sí, rotundamente sí. Esta matriz tiene un resultado más que convincente. Ford no solo ha pasado por encima a sus rivales generalistas en términos de potencia y prestaciones, como el Honda Civic Type R o el Renault Mégane RS (a falta de conocer la nueva generación), sino que ha lanzado un órdago a las grandes.
Me refiero a unos tales Mercedes-AMG A 45 o Audi RS3, ambos con motores de casi 400 CV de potencia y tracción a las cuatro ruedas. ¿Tiene sentido este Focus RS? Pues empieza a tenerlo cuando vemos que parte de 41.000 €. Un Golf R, de configuración similar y menor potencia, parte de la misma cifra.
A cambio perdemos maletero, de solo 260 litros, y obtenemos un consumo de entorno a los 9 l/100 km. Por fortuna el cliente de un Focus RS no es un comprador racional, y estos atributos no son más que una mera anécdota para su coche de capricho que, por otra parte, no es tan mala opción, consumos aparte, como vehículo de diario.
El Ford Focus RS es la matriz cuadrada, la primera vez que Ford introduce la tracción total en su compacto deportivo desde el Escort Cosworth, acercándonos una vez más al casco de competición y al mono de rally en una disciplina en la que no compite con el Focus.
Ford Focus RS 2.3 Ecoboost: ficha técnica | |
Tipo de motor | Gasolina, 4 cilindros en línea, turbo |
Cilindrada | 2.266 cm3 |
Potencia | 350 CV a 6.000 rpm |
Par máximo | 470 Nm a 2.000 – 4.500 rpm |
V. máxima | 266 km/h |
Aceleración | 4,7 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 7,7 l/100 km (mixto) |
Medidas | 4.390 / 1.823 / 1.472 mm |
Neumáticos | 235/ 35 R 19 |
Peso en vacío | 1.599 kg |
Maletero | 270 l |
Precio base | 41.260 € |
Lanzamiento | Agosto de 2016 |
Ford Focus RS: equipamiento
DE SERIE: Airbag frontales de conductor y pasajero, de cabeza delanteros y traseros, laterales delanteros, asistente de arranque en cuesta, Dynamic Torque Vectoring, faros antiniebla, faros bixenón, iluminación adaptativa, luz diurna LED, retrovisor interior electrocrómico, retrovisores extreriores de ajuste eléctrico y calefactados, asientos delanteros deportivos Recaro, climatizador bizona, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, sensores de luz y lluvia, tapicería en tela y cuero, llantas de 19 pulgadas, Radio CD MP3 con Bluetooth, pantalla táctil de 8 pulgadas con Ford SYNC 2, Radio Digital, Ford MyKey.
OPCIONAL: Paquete City Active, Paquete Confort RS, Paquete Invierno, Paquete Diseño RS, tapicería en piel, crintales privacidad, techo solar, protector de puertas, navegador con equipo de sonido Sony de 10 altavoces, neumáticos de altas prestaciones.