Las marcas premium también saben que hay un público que, de bajar un poco sus aspiraciones, puede acceder a ellas. Es la filosofía de los BMW X3 y Volvo XC60 más económicos de la gama, afines al proponer un combinado asequible con motor diésel, tracción 4×2 y cambio manual.
Ni todo es generalista ni todo premium. Entre las dos alternativas hay espacio donde productos intermedios pueden posicionarse. Y más en una categoría tan disputada y dominante como la de los SUV, donde es muy provechoso captar clientela tanto por arriba como por abajo.
En esa tesitura andan los dos modelos aquí enfrentados. Derivan de esos fabricantes que denominamos premium, en virtud a su elevada calidad general, tecnología y, no olvidemos, elevado precio. Pero precisamente también están interesados en bajar esa tarifa con versiones de acceso a la gama. Estas no son otras que, por el lado de BMW, el X3 sDrive18d; y por parte de Volvo, el XC60 D3.
Estas denominaciones se refieren a las mecánicas diésel de menor potencia, aunque con 150 CV las dos muestran un excelente equilibrio entre prestaciones y consumo, como detallaré más adelante. Además, en este caso prescinden de cajas automáticas y transmisiones totales para ofrecer un conjunto menos gravoso en la suma final.
La sintonía de ambos todocaminos para llegar a un mismo objetivo es palpable igualmente en sus medidas, exteriores e interiores. Parten de carrocerías que rozan 4,70 metros de largo, amén de una anchura y altura similares.
Ya dentro, el cuidado en el detalle es más evidente en el Volvo, si bien a la hora de valorar la presencia de cada uno hay que tener en cuenta que el BMW X3 de la sesión fotográfica parte del acabado base, mientras que el XC60 se viste con la dotación intermedia Inscription.
Así y todo, el último se percibe más moderno, conformando un habitáculo exquisito por hechuras y materiales. Quizá por ser más conocido y continuar con la línea de estilo sobria de la marca, el interior del alemán llama menos la atención, pero la calidad es tan elevada como en su contrincante.
La vida a bordo es holgada en uno y otro. En este sentido, una familia de cuatro personas no encontrará agobios (un quinto pasajero va mejor en el nórdico). Se reparten pequeñas victorias a los puntos y por la mínima: el Volvo XC60 gana en anchura para las dos filas y en el espacio para las piernas de las plazas traseras; el BMW X3, en cambio, da mejor cota de altura y el maletero es más capaz.
Su portaequipajes, de 550 litros, es algo más profundo, frente a los 505 que cubica un Volvo XC60 que, a favor, puede facilitar la carga rebajando la altura de la carrocería (en caso de montar suspensión neumática, elemento inexistente en el catálogo de su rival). Y pueden abatir los respaldos posteriores desde el propio maletero para dejar un volumen aún más utilizable.
Dicen que ahí reside la virtud, y si atendemos a estos motores diésel de acceso la balanza entre rendimiento y economía de uso está muy bien compensada. Aquí se marcan a la perfección, porque firman idéntica configuración, potencia y hasta par máximo: esto es, propulsor cuatro cilindros y dos litros, 150 CV y 350 Nm.
También se empeñan en agradar con un refinamiento de marcha muy elevado. Finos y suaves, los dos, y silenciosos manteniendo cruceros en autovía, desarrollan la potencia disponible con gran progresividad.
El Volvo XC60 sale desde abajo con más elegancia, enmascarando su carácter diésel. El del otro bando es solo un poco más ruidoso en arrancada y obtiene unas prestaciones más altas tanto en velocidad máxima como en aceleración.
Es verdad que los cambios automáticos que nos ofrece el mercado actual son realmente buenos, especialmente en estos fabricantes: BMW X3 SDrive18d vs. Volvo XC60 D3 Inscripcion, Marcaje de accesol.
Por eso, merece poner en valor la caja manual de seis velocidades del Volvo XC60, una especie en extinción incluso dentro de la propia casa (en el XC60, solo está disponible para el D3 y D4). Su manejo es preciso, las velocidades entran sin esfuerzo y, de guinda, con cortos recorridos de palanca.
El del BMW X3 no logra el sobresaliente de su rival en este plano (movimientos más largos y un tanto más de dureza, en pomo y embrague) aunque el funcionamiento alcanza buena nota y, más importante, las relaciones están bien escalonadas.
En combinación con la mecánica citada, trabaja de manera efectiva para dejar el consumo en cifras destacables, dado el tamaño y peso del vehículo; en un uso normal por distintos escenarios y orografía el gasto oscila entre poco más de 6 l/100 km y, de padecer retenciones o tráfico más denso en zonas urbanas, en torno a 7 litros. Registros algo mejores a los obtenidos por el Volvo XC60, tres décimas por encima (aun así, datos buenos).
El otro elemento del que prescinden estas versiones, la tracción total, no se echa en falta. El buen calibrado de sus bastidores eleva la confianza al volante sin necesitar el apoyo suplementario de otro eje con motricidad, al menos dentro del asfalto y sobre superficies secas.
Común en ambos es el alto grado de confort ofrecido por la suspensión, además de una pisada rotunda y muy rodadora para hacer largas distancias sin cansancio. Si vienen curvas, aunque no son coches muy ágiles, el BMW X3 mejora el guiado en base a una dirección impecable.
El Volvo XC60, en general, también da continuidad a la atmósfera premium, transmitiendo seguridad y buen hacer.
Fuera de carretera encontramos cotas off road comunes a la moda SUV; por tanto, suficientes para pistear sin meterse en complicaciones, más sin tracción total. Ahora bien, el Volvo XC60 presume de un extra (opcional, por 2.389 euros) que añade quilates a la conducción en cualquier ambiente: la citada suspensión neumática. El BMW, por su parte, solo habilita, en opción, un control variable de la amortiguación convencional.
El resumen de estos dos buenos conjuntos termina en un precio asumible, no tan por encima de otros modelos como se pudiera pensar. El Volvo XC60 más barato sale por 41.950 euros (nuestro acabado Inscription más de 46.900), y por el BMW X3 hay que desembolsar 43.200 euros. Para empezar no está mal, aunque en los dos hay que seguir pagando para ampliar el, por otro lado, variadísimo equipamiento.
Fotos: Paloma Soria
| TIPO DE MOTOR | Diésel, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
| CILINDRADA | 1.995 cm3 |
| POTENCIA | 150 CV a 4.000 rpm |
| PAR MÁXIMO | 350 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm |
| V. MÁXIMA | 200 km/h |
| ACELERACIÓN | 9,5 s (0 a 100 km/h) |
| CONSUMO | 5,1 l/100 km (mixto) |
| MEDIDAS | 4.708 / 1.891 / 1.676 mm |
| NEUMÁTICOS | 225 / 60 R 18 |
| PESO EN VACÍO | 1.650 kg |
| MALETERO | 550 l |
| PRECIO | 43.200 € |
| GAMA DESDE | 43.200 € |
| CUOTA RENTING | 750 €/mes* |
| LANZAMIENTO | Septiembre de 2017 |
*Importe aproximado para 4 años y 25.000 km anuales
De serie: Monitorización de presión de neumáticos; control de velocidad de crucero con función de frenado; modos de conducción; llantas de 18 pulgadas; portón trasero eléctrico; luces de cruce de LED; sensores de aparcamiento delanteros y traseros; sensores de lluvia e iluminación; climatizador de tres zonas; llamada de emergencia inteligente; Teleservices; ConnectedDrive; Bluetooth y puerto USB.
Opcional: Pintura metalizada (1.065 euros); acabado Advantage (2.400 euros), xLine (4.800 euros), Luxury (6.700 euros) y M Sport (7.400 euros); control gestual (296 euros); BMW Display Key (296 euros); instrumentación digital (462 euros); Head-up Display (1.160 euros); navegación Business con pantalla de 6,5 pulgadas (1.598 euros); navegación Professional con pantalla táctil de 10,25 pulgadas (2.663 euros); Driving Assistant: incluye frenada de emergencia automática, control de ángulo muerto y de carril, aviso de tráfico trasero y reconocimiento de señales (1.053 euros); asistente de aparcamiento con cámara (1.361 euros); control de crucero adaptativo (1.420 euros); asientos delanteros calefactables (438 euros) y eléctricos (1.420 euros); ajuste de respaldo en plazas traseras (177 euros); faros LED adaptativos (1.763 euros) y suspensión adaptativa (1.172 euros).
| TIPO DE MOTOR | Diésel, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
| CILINDRADA | 1.969 cm3 |
| POTENCIA | 150 CV a 4.250 rpm |
| PAR MÁXIMO | 350 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm |
| V. MÁXIMA | 190 km/h |
| ACELERACIÓN | 10,2 s (0 a 100 km/h) |
| CONSUMO | 5,1 l/100 km (mixto) |
| MEDIDAS | 4.688 / 1.902 / 1.658 mm |
| NEUMÁTICOS | 235 / 55 R 19 |
| PESO EN VACÍO | n.d. |
| MALETERO | 505 l |
| PRECIO | 46.917 € |
| GAMA DESDE | 41.950 € |
| CUOTA RENTING | 768 €/mes* |
| LANZAMIENTO | Mayo de 2017 |
*Importe aproximado para 4 años y 25.000 km anuales
De serie: Frenada de emergencia automática con detección de peatones y ciclistas; alerta de colisión frontal; detector de fatiga; control de descenso de pendientes; asistente de arranque en cuesta; control de crucero; reconocimiento de señales; llantas de 19 pulgadas; sensores de aparcamiento traseros; luces de LED nivel medio; climatizador bizona; asiento del conductor eléctrico; tapicería de cuero; instrumentación digital de 12,3 pulgadas; sistema multimedia con pantalla táctil de 9,0 pulgadas; Bluetooth y puerto USB.
Opcional: Pintura metalizada (1.006 euros); llantas de 20 pulgadas (754 euros); Intellisafe Assist: incluye control de crucero adaptativo con asistente de dirección (1.697 euros); cámara trasera (497 euros) y de 360º (1.100 euros); sensores de aparcamiento delanteros y traseros (427 euros); asistente de aparcamiento (729 euros); asientos delanteros calefactados (365 euros); portón trasero eléctrico (534 euros); Head-up Display (1.257 euros); navegador (1.226 euros); sonido Premium Bowers & Wilkins (3.458 euros); faros Full LED (629 euros) y suspensión neumática (2.389 euros).