Uno de los coches más admirados de la década de los 90, el Renault Clio Williams.
Si la intención de los diseñadores de Renault era volver a revolucionar el segmento de los compactos más deportivos y radicales, lo lograron con creces. Para ello, no dudaron en trasladar la asociación Williams-Renault de F1 a las calles en un producto que bautizaron como Renault Clio Williams.
Como buena leyenda, esta carrocería dio sus primeros pasos de la mano de una serie de grandísimos logros deportivos. En los años 90, la exitosa relación Williams-Renault triunfaba en el mundo de la Fórmula 1, una simbiosis que marcaría una época dorada conquistando cuatro títulos mundiales de pilotos y cinco de constructores, asociándose a nombres como Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill o Jacques Villeneuve, a los que desafortunadamente no pudo añadirse el del malogrado Senna.
Fruto de esta magnífica alianza, en 1992 Renault presentó un exclusivo Renault Clio con apellido Williams del que inicialmente se fabricarían tan sólo 2.500 unidades. Nacía así la primera versión del Williams.
A finales del año 1993 se comenzó a comercializar en España, con un espíritu radicalmente deportivo y un propulsor atmosférico de 2,0 litros y 150 CV. El mítico deportivo francés se mantuvo en el catálogo de la casa del rombo hasta el año 1996.
Fácil de diferenciar
El Renault Clio Williams se convirtió rápidamente en objeto de deseo y ahora es un coche cotizado y futuro clásico, si es que no lo es ya (lo será en 2022). Se diferencia de un Renault Clio convencional por su color azul metalizado (típico del equipo Williams), las llantas Speedline doradas de 15 pulgadas y, los anagramas laterales y traseros del equipo Williams de Fórmula 1.
El Renault Clio Williams que veis en las fotos fue adquirido por Quique, su orgulloso propietario, en el año 1994, y varias han sido las ofertas a lo largo de estos 25 años ha recibido por su pequeña montura. Pero como bien asegura: “Llegó del concesionario y aquí se quedará”, forma parte del garaje más querido de nuestro buen amigo Enrique, junto a sus inseparables Renault 4/4.
Fase II
Este pertenece a la segunda fase (1994-1995) de esta edición especial que nació para ser homologado como Grupo A de rallies. Para ello estaban obligados a sacar al mercado 2.500 unidades del modelo. Los Renault Clio Williams de esta segunda serie tenían algunos ligerísimos cambios estéticos, así como la supresión de la famosa chapa de numeración.
Como mejoras obtuvo unos nuevos espejos retrovisores y los cómodos elevalunas eléctricos. Estamos ante una derivación del propulsor del Renault 19 16v, al cual aumentó la cilindrada de 1.764 a 1.994 cm3.
En resumen, el motor que mueve este pequeño bólido (F7R 710) es por lo tanto un 2.0 16v atmosférico que entrega 150 CV a 6100 rpm, con una cifra de par de 18,1 mkg a 4.200 rpm.
Pese a ser atmosférico, no estamos ante un coche que suba demasiado de vueltas, de hecho, el corte llegaba a las 6.600 rpm. Más bien alcanzaron un justo equilibrio, entrega la potencia más por un par relativamente elevado que por un giro rápido del motor.
Cuenta con una electrónica puntiaguda que ofrece lo mejor de sí desde 4.100 rpm hasta 6.600, un punto de corte sobradamente probado, ya que la entrega de potencia es lineal y progresiva hasta que corta electrónicamente. Te quedas con ganas de más.
La culata de aleación ligera contaba con un nuevo diseño y, para mejorar su estanqueidad, recibió un tratamiento de templado y resinado, solución muy utilizada en Formula 1. El tamaño de las válvulas de admisión aumentó y, gracias al nuevo diagrama de la distribución con levas de mayor alzada, mejoró el llenado de los cilindros, lo cual se tradujo en un superior rendimiento a medio y bajo régimen.
Y es que el motor del Renault Clio Williams es, si cabe, más sensacional en la parte baja del cuentavueltas. Sale con fuerza desde parado, en la zona intermedia es algo más comedido y no deja de ganar revoluciones y caballos de potencia, reservándose una buena estirada para el final del tacómetro.
Sobredimensionado
Conserva el mismo esquema de la suspensión que el resto de la gama, las únicas modificaciones fueron en el tren delantero. Sustituyendo los triángulos inferiores del Renault Clio por los del Renault 19. Además, la vía anterior se vio ensanchada hasta los 1.405 mm.
Con estas modificaciones consiguieron solventar, en parte, el carácter subvirador de su hermano pequeño, el Renault Clio 16v. Contaba con una anchura extra de 3,5 cm y, junto a algunos cambios en los muelles y los amortiguadores, salieron al paso del importante problema de subviraje de forma más que satisfactoria.
Los desarrollos son cortos y bastante cerrados a partir de la segunda marcha. En quinta se puede alcanzar el corte de inyección sobre los 225 km/h de marcador, 215 reales más o menos.
La dirección es precisa y rápida, con un tacto firme. Tiene tan poco retorno que parece que no estamos conduciendo un vehículo tracción delantera. A todo esto ayuda su dirección de asistencia hidráulica ajustada con un grado de asistencia muy correcto. En movimiento resulta agradable, comunicativa y precisa. Pero, maniobrando y aparcando puede llegar a ser un poco dura de actuar.
Como una tabla
El Renault Clio Williams termina de afinarse con unas suspensiones más duras y firmes, junto a un conjunto de amortiguadores específicos, para transferir a este pequeño deportivo francés una sensación de ir sobre raíles en las curvas más viradas. Como punto final, las mencionadas llantas Speedline de 15 pulgadas y los frenos.
En el tren delantero son discos ventilados de 259 mm de diámetro y en el trasero de 238 mm. No cuenta con la opción de ABS de serie, algo arriesgado y peligroso, visto con ojos del siglo XXI, aunque sí equipa con la ayuda de un servo freno.
La puesta a punto del chasis del Renault Clio Williams es muy acertada y efectiva. Es un coche noble, fácil de llevar, ágil en curva lenta y muy estable en curva rápida. Te da la sensación, en las zonas más viradas, de ir montado en un coche bastante más pesado, Las pérdidas de tracción son las justas, ayudada en parte por la suave subida de par del motor.
Emblema de competición
Ya en el interior del habitáculo encontramos algunos detalles exclusivos al resto de la gama. Los asientos son iguales a los del Renault 19 16v, pero tapizados en terciopelo gris, al igual que los guarnecidos, y cuentan con el emblema de Williams bordado en cordura azul, mismo color que comparte con los cinturones de seguridad.
Incorpora además unos relojes, en medio del salpicadero, con fondo azul, que marcan nivel, temperatura y presión del aceite del motor. Sólo el fondo azul de los instrumentación diferenciaba el Renault Clio Williams del Clio 16v.
Los asientos son sin duda una de las cosas que más gustan del coche, sentados en ellos uno no se mueve en absoluto, y da gusto lo mismo ir por una carretera comarcal que por una autovía, ya que son blandos y confortables y, a la vez resultan muy ergonómicos y recogen bien el cuerpo. Para las plazas traseras hay poco espacio, el acceso es cómodo, ya que se levanta el asiento delantero casi por completo.
Resultado
Con una estética inconfundible, esta carrocería, sin sumar demasiadas estridencias de diseño, consiguió un espíritu deportivo indudable, ayudado en gran medida por sus cualidades dinámicas excelentes, adaptadas y diseñadas a la perfección a la filosofía racing de este modelo.
No sólo homenajeó al equipo dominante en la Fórmula 1 de la época, sino que por sí mismo se ha transformado en un coche mítico y deseado por todos los amantes de la historia del automóvil. Un pequeño francés de colección.
La firma gala, que siempre ha sabido rentabilizar sus triunfos en competición, lo hizo una vez más con el Renault Clio Williams, en una época en la que el dominio de los Williams-Renault era apabullante, la publicidad “Cuerpo de Clio, alma de Williams” llegó directa al corazón de los aficionados.
Las cualidades dinámicas del coche hicieron el resto para que, sin llegar a los 30 años, nuestro protagonista esté considerado unánimemente como todo un coleccionable.
Las tres series
Las diferencias entre las tres versiones del Williams fueron en gran medida la suma gradual de las características de seguridad mejoradas, y las variaciones cosméticas que sufrió la gama. Aparte de esto, el Williams 1 y 2 no tenían techo y se pintaron en 449 Sports Azul. La versión final, el Williams 3, fue pintada en un tono ligeramente más brillante de azul (432 Mónaco Azul) y, finalmente, montaron el exitoso techo solar.
El Williams 1 era el más ligero de los tres, ya que carecía del sistema eléctrico necesario para el techo, los espejos y los elevalunas. Además, fue el único que portaba la famosísima placa de metal indicando el número de edición limitada.
Guía de compra
A la hora de buscar un Renault Clio Williams, conviene tener en cuenta algunos pequeños consejos que pueden ayudar, como por ejemplo, contrastar la autenticidad del modelo ya que su éxito ha llevado a la creación de multitud de réplicas; muchos Clio 16v eran transformados en Renault Clio Williams.
En la chapa de los intermitentes debe poner 2.0, no 16v. Hay que abrir el capó y mirar si pone F7P, motor de Clio 1.8 16v o las siglas F7R, pertenecientes al motor del Renault Clio Williams. Cuidado con la puesta a punto del motor y especial precaución con el aceite.
El concepto menos deportivo del Renault Clio 16v se extendía a la dotación de extras, mayor que en el Renault Clio Williams. Nuestro protagonista no permitía la opción, ni de fábrica, de montar aire acondicionado, simplemente no entraba en el motor, no había espacio. Si lo incorpora, malo.
Por último, a propósito de la parte de carrocería, revisar siempre los bajos y partes no cubiertas en busca de posibles zonas de corrosión.
Texto y fotos: Eduardo Caro
Ficha técnica Renault Clio Williams Fase II
Motor | |
Disposición | delantero transversal |
Cilindrada | 1.998 cm3 |
Cilindros | 4 en línea |
Diámetro x carrera | 82,7 x 93 mm |
Potencia/régimen | 154,4 CV-113,6 KW/6.160 rpm |
Par/régimen | 18,5 mkg/4.840 rpm |
Alimentación | inyección electrónica multipunto |
Compresión | 10:01 |
Distribución | doble árbol de levas en culata accionado por correa dentada, 4 válvulas por cilindro |
Combustible | gasolina sin plomo |
Transmisión | |
Tracción | delantera |
Caja de cambios | manual de 5 velocidades sincronizadas + m.a. |
Embrague | monodisco en seco, 200 mm |
Relaciones de cambio | |
1ª | 3,091:1 |
2ª | 1,864:1 |
3ª | 1,321:1 |
4ª | 1,029:1 |
5ª | 0,795:1 |
Relación final | 4,067:1 |
Chasis | |
Tipo | monocasco autoportante |
Carrocería | utilitario 5 puertas (5 plazas) |
Suspensión delantera | independiente McPherson con ángulo de desplazamiento negativo, resortes y amortiguadores hidráulicos |
Suspensión trasera | independiente, con brazos arrastrados, doble barra de torsión, resortes y amortiguadores hidráulicos |
Dirección | cremallera servoasistida |
Frenos | hidráulicos, doble circuito independiente, servoasistidos, discos 259 mm (del.) y 238 mm (tras.) |
Consumo | |
90 km/h: | 6,4 l/100 km |
120 km/h: | 8,1 l/100 km |
Ciudad: | 11,3 l/100 km |
Medidas | |
Longitud/anchura/altura: | 3.709/1.640/1.365 mm |
Vías/dist. entre ejes: | 1.405–1.350 (tras)/2.472 mm |
Peso en vacío: | 990 kg |
Medida llanta: | 7,0jx15” Speedline (aleación) |
Medida neumáticos: | 185/55 VR15 |
Capacidad del depósito: | 50 l |
Prestaciones oficiales | |
0 a 100 km/h: | 7,8 s |
Velocidad máxima: | 215 km/h |
Relación peso/potencia: | 6,8 kg/CV |
Guía del comprador | |
Año de presentación: | 1992 |
Años de producción: | 1992-1996 |
Unidades producidas: | 12.100 (todas las series) |
Cotizaciones: | desde 6.000 € |
Dificultad de adquisición*: | 3 sobre 10 |
Dificultad de conservación: | 2 sobre 10 |
Mantenimiento específico: | Sin mantenimiento específico |
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