Probamos a fondo uno de los SUV del momento, el BMW X5, en su variante diésel de acceso.
Pese a la llegada de automóviles mucho más pasionales como el reciente BMW Serie 8 Coupé o el BMW Z4, el BMW X5 acapara la atención en BMW de la mano de un físico formidable.
Esta cuarta generación acepta el reto de mejorar lo presente. Casi cinco metros de largo (36 mm más que antes para llegar hasta los 4.992 mm), distancia entre ejes aumentada en 42 mm, 66 mm más de anchura y 19 de altura… valores que, en definitiva, configuran un coche voluminoso y dominante.
Es la percepción que uno tiene nada más tomar los mandos, desde un puesto de conducción de lo más holgado y confortable, características trasladables a todo el pasaje. En esta versión, con cinco plazas, aunque en opción puede ampliar la familia a bordo incorporando dos plazas adicionales.
Igualmente, el maletero es proverbial (650 litros) y de fábrica cuenta con acceso y cierre eléctricos de la parte superior del portón (opcional para el panel inferior que también es abatible).
Digitalizado
El puesto de conducción gana muchos enteros en tecnología y vanguardismo. El habitáculo se digitaliza con la monta de serie de elementos tan efectistas (y funcionales, al fin y al cabo) como la instrumentación digital, con un gran display de 12,3 pulgadas que ofrece la información del viaje de manera muy clara y moderna.
A su lado, otra pantalla de las mismas dimensiones y alta resolución remata un puesto de mando con múltiples modos de gestión: táctil, gestual, por voz o con el tradicional y práctico iDrive Controller.
Aunque la profundidad de nuevo sistema operativo es enorme (en esta versión 7.0 con widgets configurables, al modo de un móvil) y obliga a familiarizarse con todas las funciones, el salto cualitativo respecto a su antecesor es importante.
Nuevo acabado para el BMW X5
En la nueva gama debuta la línea de acabado XLine (solo se refiere a la estética), como la de la unidad probada, y el nuevo paquete Off-Road, que sí pone el acento en un uso más eficaz en campo. Basta seleccionar el programa adecuado (arena, rocas, grava o nieve) para avanzar con una facilidad pasmosa, una vez que todos los elementos (altura del coche, acelerador, caja de cambios, DSC…) se configuran para esa superficie.
El sistema de tracción total xDrive, propuesta única para toda la gama, también se adapta a tal fin, y cuanto menos adherente es el terreno más te das cuenta de lo bien que trabaja. Siempre hay motricidad, y ante una conducción más dinámica la mayor responsabilidad del progresar recae en el eje trasero.
Deportividad campera
El peso elevado y la gran envergadura del modelo no juegan a su favor, pero en BMW han hecho bien los deberes. El BMW X5 se maneja con relativa facilidad. De hecho, el rodar exquisito del todocamino bávaro cobra más protagonismo sobre asfalto. El aislamiento acústico es muy bueno, pero aún mejor es la capacidad para que, independientemente del estado del firme, el confort sea siempre ejemplar.
Más en esta unidad, equipada con la suspensión neumática de doble eje (ajuste de altura manual o automático, según velocidad, de hasta 80 mm) o de la dirección a las cuatro ruedas (esto, remarcable para agilizar el guiado de un vehículo que supera las dos toneladas).
Al mismo tiempo, el motor que abre la gama diésel (seis cilindros en línea de 265 CV y poderoso par de 620 Nm) soporta con crédito esta exigencia: es diligente en toda la gama de revoluciones, recupera con fuerza y dentro se oye poco, siempre acompañado de una caja de cambios de ocho relaciones bien avenida.
Además, el consumo se puede dar por bueno, porque la media real se mueve en torno a los 8,5 l/100 km. Con estos datos y dada la gran capacidad de su depósito (80 litros), una gran autonomía está asegurada.
A todo lujo
El amplísimo equipamiento más allá del comentado (opcionales de vanguardia como el sistema de visión nocturna, faros láser, asistente de marcha atrás para deshacer el trayecto realizado, conducción semiautónoma con asistente de dirección…) evidencian la clase premium del BMW X5. Un coche de factura elevada, tanto como su exquisita calidad en todos los apartados.
Fotos: Paloma Soria
Ficha técnica BMW X5 xDrive30d
TIPO DE MOTOR | Diésel, 6 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 2.993 cm3 |
POTENCIA | 265 CV a 4.000 rpm |
PAR MÁXIMO | 620 Nm entre 2.000 y 2.500 rpm |
V. MÁXIMA | 230 km/h |
ACELERACIÓN | 6,5 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 6,0 – 6,8 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.922 / 2.004 / 1.745 mm |
NEUMÁTICOS | 255 / 55 R18 |
PESO EN VACÍO | 2.110 kg |
MALETERO | 650 – 1.860 l |
PRECIO | 78.000 € |
GAMA DESDE | 72.800 € |
CUOTA RENTING | 1.322 €/mes* |
LANZAMIENTO | Noviembre de 2018 |
Equipamiento BMW X5 xDrive30d
De serie: Frenada de emergencia automática Active Guard Plus con alerta de colisión; asistente de arranque en pendiente; control de descenso; detector de fatiga; control de crucero con función de frenado; modos de conducción; suspensión adaptativa; recuperación de energía de frenado; faros y antiniebla de LED; luces de frenos dinámicas; llantas de 18 pulgadas; retrovisores exteriores eléctricos y calefactables; portón trasero eléctrico; asistente de aparcamiento con cámara trasera; tapicería de cuero; asientos delanteros eléctricos; ajuste de columna de dirección eléctrico; instrumentación digital de 12,3 pulgadas; sistema multimedia con navegador y pantalla táctil de 12,3 pulgadas; Apple CarPlay; servicios Connected Drive; Teleservices.
Opcional: Pintura Sonnestein metalizado (2.183 €); acabado XLine: incluye asientos delanteros calefactables, llantas de 19 pulgadas, línea exterior BMW Individual aluminio satinado, entre otros (3.750 €); llantas de 21 pulgadas (1.657 – 5.621 €); faros láser (2.367 €); techo panorámico Sky Lounge (3.255 €); calefacción en reposabrazos y consola central (888 €); asientos delanteros calefactables (450 €) y con masaje (1.302 €); BMW Display Key (343 €); control gestual (296 €); Head-up display (1.645 €); Driving Assistant Professional: control de crucero adaptativo con asistente de dirección, control de ángulo muerto, asistente de cambio de carril, prevención de colisión trasera y reconocimiento de señales, entre otros (3.077 €); asistente de aparcamiento con cámara 360º (1.420 €); visión nocturna con reconocimiento de peatones (2.485 €); asientos delanteros ventilados (1.006 €); sonido Harman/Kardon (1.172 €) y Bowers & Wilkins (6.509 €); aplicación de cristal para elementos interiores (769 €); eje trasero direccional (1.479 €); suspensión neumática (2.485 €); paquete XOffroad (3.136 €); siete asientos (2.438 €).