Prueba BMW M2 Coupé: ¡un cañón!

Con seis cilindros “por banda”, turbocompresor soplando “a toda vela”, no corta la carretera, sino “vuela”… No nos lo tengas en cuenta, es lo que tiene subirse a un coche de este tipo. Cuando te bajas del BMW M2 Coupé, desvarías.

Por fin hace acto de presencia el sustituto del efímero BMW 1 M Coupé, el nuevo BMW M2 Coupé. Un automóvil que llevábamos meses esperando para poner a prueba. Una “máquina” capaz de sacarle una sonrisa a todo aquel que ame los coches. Una bestia para domesticar, en un entorno privilegiado, conocido como Mazda Raceway Laguna Seca. ¿Te suena?º

¿Qué hacemos aquí?

Sí, es el archiconocido circuito donde se celebraba, entre otros, el Gran Premio de Estados Unidos de MotoGP. Actualmente, se disputan numerosas carreras de distintos campeonatos internacionales y nacionales de coches, monoplazas y motocicletas. Un inhóspito lugar, situado relativamente cerca de la ciudad de Monterey (California), donde la firma bávara ha decidido presentar sus últimas dos creaciones: BMW M2 Coupé y BMW X4 M40i.

¿De qué está hecho?

El corazón del nuevo M2 es un motor de seis cilindros en línea, turbocompresor, 3,0 litros de cilindrada, inyección directa “High Precision Injection”, sistema de distribución variable “doble VANOS” y regulación variable de las válvulas de admisión “VALVETRONIC”. Rinde 370 CV a 6.500 rpm y ofrece una par motor de 465 Nm entre las 1.400 y las 5.560. Con la función “overboost”, puede alcanzar los 500 Nm. Estas cifras dejan claro que el bestial empuje se percibe desde poco más allá del régimen de ralentí. Sin embargo, lo más sorprendente es que se mantiene casi constante hasta que se llega al límite de giro, situado a 7.000 rpm.

Existen dos cajas de cambio por las que el cliente puede decantarse: una, manual, de seis relaciones; y otra, automatizada de doble embrague “M DKG”, con siete.

La velocidad máxima está limitada, electrónicamente, a 250 km/h y para pasar de 0 a 100 solo se emplean 4,5 segundos, con la caja manual, o 4,3 con la M DKG.

Una de las principales modificaciones de esta espectacular mecánica es la incorporación de un intercambiador de aire (intercooler), refrigerado por agua. Además, también se incluyen dos radiadores de aceite adicionales: uno, para enfriar el aceite del motor; y otro, para reducir la temperatura del aceite del cambio, solo en el caso de la transmisión M DKG.

Como en todo buen deportivo que se precie, la fuerza del propulsor se envía al eje trasero.

¿Por dónde empezamos?

La primera toma de contacto tiene lugar en carretera. La organización nos tiene preparadas distintas rutas por la atractiva costa californiana. En primer lugar, nos ponemos al volante del BMW M2 Coupé, equipado con caja de cambios manual, de seis relaciones. Se trata de probar la precisión del cambio y… poco más, ya sabéis cómo las gastan los policías norteamericanos. Al menor descuido con el acelerador, acabas esposado y entre rejas.

Volviendo al tema de la precisión, el cambio tiene un tacto estupendo y los recorridos que marca la palanca, entre una marcha y otra, son bastante cortos. Es una delicia acelerar e ir cambiando. Para los puristas como nosotros, es la mejor elección.

¿Y ahora qué?

Volvemos al circuito y pasamos al plato fuerte de la jornada. Toca “pilotar” en pista el M2 con la transmisión automatizada M DKG. Nos acompañan dos pilotos oficiales de BMW, en el Campeonato Alemán de Turismos DTM: Martin Tomczik y Antònio Félix da Costa. Hacen las funciones de “liebre”, en las dos tandas de vueltas, y rodamos como misiles durante catorce giros. El coche va sobre raíles. Es ágil y reacciona con rapidez a las órdenes de la dirección. En curva de apoyo largo muestra una estabilidad de primer orden. En las lentas, el tren delantero ofrece un guiado excelente y solo hay que esperar ligeramente a enderezar las ruedas directrices, para poder abrir gas con decisión. Si aceleras antes de tiempo, y llevas desconectadas todas las ayudas electrónicas a la conducción, las derrapadas son para inmortalizar con una cámara de fotos. Gran parte de la responsabilidad de que todo esté bajo control en esta última circunstancia, recae sobre el “diferencial activo M”. Está basado en un embrague multidisco, controlado electrónicamente, capaz de generar distintos niveles de bloqueos, con la finalidad de mejorar, sobre todo, la capacidad de tracción.

En las frenadas contundentes, la zaga se mantiene en la línea y solo hay que bajar de marcha, tantas veces como sea necesario, para adecuar la velocidad a la entrada en curva.

El nuevo BMW M2 Coupé es el coche ideal para disfrutar de la conducción… deportiva o no. Si, además, te gusta pasar desapercibido, es elegante y discreto.

¿Cuánto es?

Por supuesto, el fabricante bávaro ha dotado al M2 de un sistema de infoentretenimiento de última generación, al que no le falta de nada: aplicaciones para teléfonos móviles, llamada de emergencia inteligente, navegador, Internet… No hemos podido comprobar su funcionamiento como nos gustaría, así que te emplazamos para saber más, cuando llegue una unidad a nuestra redacción.

El precio del M2, con cambio manual, es de 62.900 €. Sin embargo, para saber cuánto habrá que desembolsar por la caja automatizada M DKG, tendremos que esperar a que BMW facilite el dato.

BMW X4 M40i

En el mismo viaje a California, y entre medias de la “difícil y agotadora jornada” en el circuito de Laguna Seca, a los mandos del M2, también pudimos disfrutar, en otros tramos de carretera, bastante reviradas, eso sí, del BMW X4 M40i.

El atractivo todocamino estrena versión deportiva, firmada por el departamento “M”. También recurre al motor de seis cilindros en línea, 3,0 litros, turbocompresor, inyección directa “High Precision Injection”, sistema de distribución variable “doble VANOS” y regulación variable de las válvulas de admisión “VALVETRONIC”. Entrega 360 CV entre las 5.800 y las 6.000 vueltas y un par motor de 465 Nm, entre las 1.350 y las 5.250. La transmisión es la automática “Steptronic” con convertidor de par y ocho marchas y funciona con rapidez. Tanta, que no tiene nada que envidiar a una transmisión automatizada de doble embrague.

Alcanza una velocidad máxima, limitada electrónicamente, de 250 km/h y para el crono en el 0 a 100 en 4,9 segundos.

A punto

El chasis recibe numerosas mejoras para conseguir una estabilidad y dinámica de conducción de auténtico deportivo. El tarado de los muelles es más firme y las estabilizadoras son distintas a las de otros X4. La suspensión adaptativa “DCC” cuenta con control electrónico y distintos niveles de dureza, variables a través de los modos del control dinámico de la conducción “Driving Experience Control”.

El 60 por ciento de la fuerza del motor se envía al eje trasero y el 40 restante, al delantero. También está incluido el sistema de reparto selectivo de par “Performance Control” en el posterior. Con estos dos elementos, se concede cierta prioridad a la propulsión y el coche se muestra más ágil y dinámico. Todo, bajo el control de unas ayudas electrónicas a la conducción, de excelente calibración.

Por aquí, por allá

En tramos rápidos de rectas, el coche obedece cualquier insinuación que hagamos sobre el volante. En los cambios de apoyo a alta velocidad, aporta confianza al conductor y muestra buenas maneras. En las zonas lentas de curvas, se inscribe con facilidad y tracciona como si se agarrara al asfalto, con uñas y dientes. Da gusto sentir cómo absorbe las irregularidades en carreteras bacheadas, sin descomponerse ni resultar demasiado incómodo de suspensión.

¿Convencido?

Si no es así, le invitamos a que pase por un concesionario y se informe. En cuanto lo vea, no tardará demasiado. Ya se admiten pedidos. Las primeras unidades se entregarán en primavera, previo pago de 73.500 €. ¡Disfrútalo!

Texto: FRANCISCO FERNÁNDEZ