A excepción del veterano Rolls-Royce Wraith y del Mercedes-AMG S 65, no hay otro cupé que rezume la excelencia de nuestro protagonista. El Bentley Continental GT First Edition rebasa los 600 CV y resulta aún más exclusivo en la suntuosa declinación de lanzamiento probada.
Hay sectores económicos, como el aeroespacial, el informático, el químico y el farmaceútico, el armamentístico y, desde luego, el automovilístico que no dejan de progresar y sorprender y, además a cada paso, siempre de gigante.
Ejemplo de manual es Bentley , una de las firmas más exclusivas y antiguas del planeta en esto de las cuatro ruedas. Desde su acceso a la órbita Volkswagen, su crecimiento técnico y comercial ha sido inmenso, con productos de solera dotados de la mejor tecnología contemporánea. Por ejemplo, el Continental GT First Edition (el último apelativo hace mención a su serie de lanzamiento), un cupé que apenas si cuenta con un par de rivales, uno de ellos un Rolls-Royce; ahí es nada.
Ahora protagoniza la tercera generación (llegó en 2018) de una propuesta originalmente alumbrada en 2003, ya bajo directriz Volkswagen, que derivó su secuela allá por 2011. El Bentley Continental GT es un automóvil grande, aunque no tanto como pueda parecer a simple vista. Por ejemplo, no llega a cinco metros de largura, mientras que su altura no rebasa el metro y medio.
Sin embargo, la silueta, alargada y voluptuosa, llena de musculadas curvaturas, invita a apreciarlo como si de un muscle car se tratase.
El interior es un 2+2 en toda regla, en la trasera algo más holgado que algún competidor, pero muy justo para que dos adultos viajen más allá de la urbe. En realidad, es casi un biplaza con amplios y exquisitos butacones delanteros, totalmente motorizados y, en el caso que nos ocupa, forrados de cuero de altísima calidad, con costuras en patrón romboidal y un amplísimo abanico de tonalidades para elegir.
Todo en el Bentley Continental GT rebosa calidad y buen hacer, amén de soluciones clásicas como los tiradores que cierran las toberas de aireación, al estilo de los modelos de la marca de toda la vida.
Aunque la tecnología vigente asegura la calidad que este tipo de automóvil no tenía hace dos décadas, muchos procedimientos siguen siendo artesanales, como el tratamiento de los chapados, el intenso proceso de pintura de la carrocería, los curtidos, patronajes y el cosido de los tapizados… La mano de Volkswagen se deja notar, claro, en ajustes de primer nivel, con apenas presencia de algún mando o botón compartido con Audi, por ejemplo.
Hay multitud de cromados aquí y allá, profusión de piezas lacadas y un suntuoso ambiente interior no exento de ciertos tintes barrocos, en todo caso adecuado para el cliente que busca un producto así y demanda un plus que lo distinga del resto de mortales.
Quien paga por un capricho de semejante precio y talla quiere además, viajar con todo el aislamiento posible y, si acaso, percibir bien filtrado el bramido mecánico resultante de hundir el pie sobre el pedal derecho, como sucede, sobre todo, una vez activado el modo de conducción más dinámico.
Sin lugar a dudas el chasis, con suspensiones independientes neumático electrónicas, digiere con absoluta solvencia el manantial de energía procedente del vano delantero. Un torrente que brota de la suntuosa (y actualizada a la normativa de emisiones) mecánica longitudinal de gasolina de seis litros de capacidad, con doble turbo y 16 cilindros en W. El portento fija 635 CV y, más aún, un contundente par límite de 900 Nm casi desde el ralentí.
Conecta un cambio automático de ocho relaciones con levas de volante y doble embrague que actúa con tanta inmediatez como suavidad, y también un esquema de tracción integral que le va como anillo al dedo para digerir semejante caballería, no digamos si el firme es poco adherente.
Al final, la conducción es sorprendente por sencilla para tratarse de un automóvil de casi 2,3 toneladas en orden de marcha (con conductor a bordo, vaya), siempre que tengamos claro qué llevamos entre manos y las consecuentes inercias que arrastramos.
Frena con potencia y resistencia, vira con obediencia (ojo, son casi dos metros de anchura) y tolera una marcha rápida hasta en carreteras aparentemente inapropiadas, como rutas de montaña.
Cierto, lo suyo son las grandes y despejadas vías tipo autopista, pero no se amilana si el trazado se retuerce y nos decantamos por un ritmo, digamos, deportivo. Otra cosa es qué tolere el pasaje, si asumirá semejantes maneras en un vehículo que, por mucho que acredite registros de Porsche 911 (0 a 100 km/h en menos de cuatro segundos, 333 km/h…), casa mejor, por ejemplo, con el cálido ritmo de vida que caracteriza a la Costa Azul francesa, la suntuosidad del londinense barrio de Chelsea o los bares de moda en las calles del SoHo neyorquino.
Correr corre, muchísimo, de forma aterciopelada si cabe, pero su propósito no es ese. A un automóvil así se le presupone casi todo: potencia a raudales, lujo, confort y buen hacer, exclusividad… Viene a ser la tarjeta de presentación de magnates entendidos a los que hablar de potencia o de banalidades como el consumo (rara vez se apea de 16 l/100 km de media real, aunque un depósito de 90 litros equilibra las cosas) resulta entre inapropiado y sorprendente.
No, las cuentas del Bentley Continental GT First Edition, repleto de equipamiento Mulliner, son otras, más próximas a lo que transmite colgar en el salón de casa un lienzo firmado por Kandinski.
Fotos: Paloma Soria.
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 16 cilindros en W, turboalimentado |
CILINDRADA | 5.952 cm3 |
POTENCIA | 630 CV a 6.000 rpm |
PAR MÁXIMO | 900 Nm entre 1.350 y 4.500 rpm |
V. MÁXIMA | 333 km/h |
ACELERACIÓN | 3,7 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 12,1 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.805 / 1.954 / 1.405 mm |
NEUMÁTICOS | 265 / 40 R 21 (del); 305 / 35 R 21 (tras) |
PESO EN VACÍO | 2.275 kg |
MALETERO | 358 l |
PRECIO | 229.825 € |
GAMA DESDE | 229.825 € |
LANZAMIENTO | Agosto de 2018 |
De serie: Asientos delanteros motorizados y climatizados Comfort; llantas pulidas a mano Mulliner de 21’’; volante deportivo calefactado en cuero de doble tono; tapicería en cuero Mulliner con costuras diamantadas Diamond-in-Diamond a contraste; distintivos First Edition con bandera de Reino Unido; display Bentley Rotating Display de tres caras (moldura de madera, triple reloj analógico y pantalla táctil de 12,3 pulgadas); iluminación ambiental interior específica; listones en umbrales de puertas retroiluminados con inscripción Bentley; insercionesTamo Ash, Liquid Amber, Dark Stained Madrona y Dark Fiddleback Eucalyptus combinadas con acabado Grand Black; pedalier de aleación perforado; packs City (frenada a baja velocidad automática, reconocimiento de señales, alerta de peatones y tráfico trasero, retrovisores fotocromáticos y maletero automático) y Touring (asistente de carril, ACC, Bentley Safeguard Plus, Night vision y Head-up display); Park Assist y navegador.
Opcional: Audio Bang & Olufsen de 1.500 vatios o Naim de 2.200 vatios; llantas pulidas a mano Mulliner de 22”; set de cuatro piezas de equipaje Beluga/Portland con diseño específico para el maletero; alfombrillas de lana tupida; costuras a contraste (distintos dibujos y colores) y emblema Bentley bordado en los asientos (consultar precios en distribuidor).