El Audi TT fue, desde el origen, algo así como un pequeño Porsche con cuatro aros, una fórmula de éxito por equilibrada, competitiva y deportiva que llega a nuestros días en su tercera entrega con mejoras recién introducidas. Así va en descapotable y en su versión aniversario.
La historia del Audi TT, y de su correspondiente declinación descapotable Roadster, arrancó hace 20 años. El coche ha funcionado a nivel de ventas a lo largo de sus tres generaciones (unas 350.000 unidades vendidas, líder en su tipología), si bien el CEO de Audi, Bram Schot, ha puesto en entredicho su continuidad, confirmando que trabajan en modelos diferentes que podrían sustituirlo.
La idea es clara: la oleada todocamino arrasa con todo, o con casi todo, y conceptualmente obliga a mover ficha en múltiples direcciones. De ahí que se lleve tiempo rumoreando acerca de un coupé de corte dinámico y ¡cuatro puertas!, tipo TT Sportback concept.
Y es que hasta BMW ha recurrido a Toyota para desarrollar su último BMW Z4 (con el Toyota Supra), señal de la falta de tirón que en nuestros días padecen caprichos así (con la consecuente falta de rentabilidad que generan) y Mercedes-Benz, de momento, anuncia su Mercedes-Benz SLC Final Edition. Veremos…
Entre tanto, no todos pueden presumir de dos décadas de existencia. El Audi TT sí. Y tras una somera y reciente actualización se ha dotado de una serie de cambios de diseño con un equipo de serie ligeramente enriquecido.
Las diferencias de aspecto confluyen en detalles como el entramado de parrilla y entradas de aire inferiores. A su vez, pasan a ser de serie desde el selector de modos de conducción Audi Drive Select al encendido automático de luces y limpiaparabrisas, pasando por los retrovisores exteriores calefactados, la conexión Bluetooth o el volante deportivo Multifunción Plus, con botonería para el manejo multimedia y el sistema de órdenes verbales; la instrumentación se basa en una pantalla digital de 12,3 pulgadas.
Al hilo de su cumpleaños, el Audi TT estrena la serie especial 20 Years que ilustra esta prueba. Solo son 999 unidades para todo el mundo (la nuestra, la número 89), y trae consigo llantas de aleación de 19 pulgadas gris metalizado, cánulas de escape exclusivas y pilotos OLED.
Lo hay en colores Gris Flecha y Gris Nano (a cual más vintage), mientras que el interior va tapizado en cuero napa fina marrón para asientos, paneles de puertas y consola, con bandas y costuras a contraste.
¿Sigue mereciendo la pena hacerse con un Audi TT? Inmersos en la corriente todocamino que arrastra a epítomes como Lamborghini y Rolls-Royce (por no citar a Bentley y pronto a Ferrari y Aston Martin), rotundamente sí.
Primero por la sencillez conceptual del producto, un biplaza roadster al más puro estilo clásico repleto de tecnología contemporánea. Se lleva con un dedo, incluso rápido (aquí, con la serenidad que aporta rodar sobre un chasis equipado con tracción total quattro).
Y, segundo, como no sabemos qué durará esto de los motores térmicos tal y como los conocemos, disfrutar las excelencias de una mecánica como la de gasolina 45 TFSI (2.0, cuatro cilindros, turbo, 245 CV y 370 Nm) que nos ocupa termina siendo un privilegio.
Es un motor elástico como pocos que suena rotundo y metálico, y que responde con radicalidad. Combina un vivaz cambio automático S tronic (doble embrague) de siete relaciones con levas de volante, tándem efectivo y dinámico no particularmente sediento (de 7 a 8 l/100 km de media real, sin ir a punta de gas) que mueve con alegría al conjunto, de apenas tonelada y media en orden de marcha.
A todo ello, el selector de modos de conducción modula la respuesta de unos y otros (propulsor, cambio, acelerador…) para, aún sin estridencias, liberar reacciones más impetuosas o sosegadas, a gusto del consumidor.
Entre tanto, rodar a cielo abierto desde esta época del año, y más cuando asome el estío desde por la mañana temprano, a última hora de la tarde o ya de noche, es una de esas placenteras sensaciones que todo ser humano debería experimentar al menos una vez en la vida.
El TT Roadster lo autoriza con facilidad, porque el techo, con varias capas de lona, pliega en un abrir y cerrar de ojos (queda enrasado), incluso en marcha y a baja velocidad. Desde ahí, brinda auxilio un derivabrisas de accionamiento eléctrico (como la capota, por cierto, francamente hermética) que, con las ventanillas subidas y la calefacción de cuello y asientos conectada consagran una eficaz ‘cápsula’ para ir fuerte y descapotados si la temperatura no acompaña.
Claro que los tiene: un maletero que cumple bajo mínimos, una visibilidad posterior muy justa a coche cerrado, un precio elevado (más aún si recurrimos a la carta de opcionales), una practicidad en entredicho…
¿Practicidad? Retiro esto último: un coche como este no es sino un reclamo para colmar (y de qué modo) los sentidos del buen conductor y, apunte, muy probablemente una buena inversión cuando vayan pasando los años y acabe convirtiéndose en clásico. Desde luego, reúne todas las bazas para ello.
Fotos: Paloma Soria
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 4 cilindros en línea, sobrealimentado |
CILINDRADA | 1.984 cm3 |
POTENCIA | 245 CV a 5.000 rpm |
PAR MÁXIMO | 370 Nm a 1.600 rpm |
V. MÁXIMA | 250 km/h (autolimitada) |
ACELERACIÓN | 5,5 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 7,2 l l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 4.191 / 1.832 / 1.355 mm |
NEUMÁTICOS | 245 / 35 R 19 |
PESO EN VACÍO | 1.435 kg |
MALETERO | 280 l |
PRECIO | 66.480 € |
GAMA DESDE | 45.990 € |
CUOTA RENTING | 1.068 €/mes* |
LANZAMIENTO | Febrero de 2019 |
*Importe aproximado para 4 años y 25.000 km anuales
De serie: Arcos de seguridad en estética de aluminio; asistente de arranque Hold Assist; asistente de frenada para colisiones múltiples; Audi drive select (5 modos); asistente de luces de carretera y lluvia; faros LED; pilotos OLED; tapicería en cuero; climatizador bizona; vidrios antitérmicos; Bluetooth; freno de estacionamiento eléctrico; acceso sin llave confort y arranque por botón; retrovisor interior electrocrómico y exteriores calefactados; alerón trasero retráctil; capota de lona eléctrica; Audi virtual cockpit (cuadro de instrumentos digital de 12,3”); volante deportivo de cuero de tres radios achatado y multifunción; llantas de 19’’; radio MMI con lector de CD y paquete iluminación interior LED.
Opcional: Audi Magnetic Ride (1.345 euros); calefacción de cuello (561 euros); faros Matrix LED (2.615 euros); reconocimiento de señales (185 euros); regulación de velocidad Tempomat (185 euros); alarma (490 euros); interfaz para localización de vehículos (solo con alarma antirrobo, 135 euros); MMI Navegación plus (3.040 euros) y Bang & Olufsen premium sound 3D (1.040 euros).