Antes de que la firma de los cuatro aros se electrifique casi por completo, da el paso lógico intermedio de dotar a su gama de la tecnología híbrida enchufable. Cuatro serán los modelos que la representen en una primera hornada y nosotros ya hemos conducido el primero que aterrizará en nuestro mercado: el Audi Q5 55 TFSIe quattro dotado de la etiqueta Cero.
La estrategia eléctrica de Audi se mantiene sin apagones. La firma de los cuatro aros ya ha marcado el camino a seguir que finalizará, en una primera etapa, con 30 modelos electrificados de aquí a 2025, de los cuales 20 serán 100% eléctricos.
El Audi e-tron se ha convertido en la guía a seguir, al que próximamente se unirán tanto su variante Sportback (falta poco más de un mes para descubrirla) como el Audi e-tron GT y el Audi Q4 e-tron, ambos ya sin los apellidos Concept que actualmente les definen.
En este sentido, la marca alemana no solo trabaja en puntos estratégicos que definan una gama perfectamente electrificada, con nada menos que cuatro plataformas a su disposición: MLB Evo, MEB, J1 y la inédita PPE (Plataforma Premium Eléctrica) desarrollada en conjunción con Porsche y de la que saldrán un sinfín de modelos, desde berlinas, hasta SUV, pasando por compactos o cupés; sino que también pretende reducir a cero la emisión de CO2 en todo el proceso de fabricación del vehículo, desde la obtención de la materia prima hasta el producto final, pasando por la cadena de distribución o la fabricación de los vehículos.
Todo ello sin obviar la importancia del reciclado de las materias primas, como el aluminio que dará forma a muchos de sus modelos o las baterías de alta tensión reutilizándolas en carretillas elevadoras y unidades tractoras en la fábrica de Audi en Ingolstadt.
Pero hasta que esa electrificación total se complete, Audi también es consciente de que el paso más inmediato ha de estar definido por la hibridación enchufable. En la actualidad, y por mucho que lo intente evitar, el conductor sigue atado a los combustibles fósiles. De ahí que la solución más razonable sea la hibridación enchufable.
Tecnología que Audi ya empleó con anterioridad en los Audi A3 e-tron y Audi Q7 e-tron y que ahora evoluciona no solo en lo que a tecnología se refiere, sino también en lo que a número de modelos. Porque la firma de los cuatro aros dispondrá de una gama compuesta hasta por siete alternativas, cuatro de las cuales se pondrán a la venta de aquí a enero de 2020.
Nos referimos a los Audi Q5 TFSIe, Audi Q7 TFSIe, Audi A7 Sportback TFSIe y Audi A8 L TFSIe a los que se sumarán durante el próximo año, los Audi A3 TFSIe, Audi A6 TFSIe (en sus dos carrocerías, berlina y Avant) y Audi Q3 TFSIe.
De esta extensa familia, el primero que llega a nuestro mercado es el Audi Q5 TFSIe y lo hará, además, con dos versiones: Audi Q3 50 TFSIe quattro de 299 CV y Audi Q5 55 TFSIe quattro de 367 CV, ambas con un par máximo de 500 Nm y una batería de iones de litio de 14,1 kWh que asegura una autonomía eléctrica superior a los 40 kilómetros, dotándoles así de la tan preciada etiqueta Cero de la DGT.
A él le seguirá el Audi A7 TFSIe con las mismas especificaciones y, como decíamos, ya para principios de 2020, los Audi A8 L TFSIe y Audi Q7 60 TFSIe quattro, dotados de un V6 3.0 TFSI en combinación con un motor eléctrico de 94 y 100 kW, respectivamente para entregar una potencia conjunta de 449 y 456 CV.
El par máximo de estos dos buques es de 700 Nm mientras que la batería de uno y otro varía, siendo de 14,1 kWh en la berlina y 17,3 kWh en el todocamino familiar. Otro punto diferenciador frente a sus otros dos hermanos es la transmisión escogida, la Tiptronic de ocho relaciones frente a la S tronic de doble embrague y siete velocidades de los Audi Q5 y Audi A7 Sportback.
A causa de la inmediata comercialización del Audi Q5 TFSIe, el todocamino medio fue la primera de nuestras elecciones durante las jornadas técnicas impartidas por Audi, en concreto la versión más potente de las dos disponibles: la Audi 55 TFSIe quattro de 367 CV.
Con la carga a tope, para obtenerla hay que esperar entre 2,5 y 6 horas en función de si la conexión es de tipo doméstico o a través de un Wallbox de 7,4 kWh, nuestra unidad marcaba una distancia eléctrica de 41 kilómetros.
Durante los primeros kilómetros, el funcionamiento es muy similar al de cualquier Audi Q5 que se precie, es decir, suave, progresivo y prácticamente imperceptible. Las primeras diferencias llegan a la hora de movernos, sobre todo, por tramos urbanos donde esa escasa sonoridad será ya nula en un claro síntoma de que nos movemos únicamente con el motor eléctrico.
Acción que podemos forzar pulsando el botón EV situado en la consola central y que nos permitirá rodar hasta los 130 km/h sin consumir una sola gota de carburante ni emitir una partícula contaminante al aire. Ahora bien, si lo que queremos es sacarle el máximo partido al sistema híbrido, lo ideal será pulsar otra vez dicho botón y elegir el modo Hybrid dejando que el propio vehículo sea el que elija qué motor utilizar en cada situación.
De esta forma a poco que seamos gentiles con el pedal derecho y, sobre todo, hagamos caso de los asistentes predictivos, que en unión al sistema de navegación van leyendo la ruta y nos van regulando la propulsión (el pedal emite una vibración cuando entiende que excedemos lo recomendado) para obtener la mayor autonomía eléctrica, veremos cómo el ordenador de a bordo es capaz de registrar un consumo medio inferior a los 5 litros con un gasto energético de 14,5 kWh.
Cifras similares a las que pudimos conseguir con el Audi A8 L 60 TFSIe quattro. Sí, el portaestandarte de Audi es capaz de elevar al cuadrado su eficiencia con esta versión híbrida enchufable. Más refinada y prestacional que el Audi Q5 gracias a su V6 de 340 CV que combina con un motor eléctrico de 94 kW para entregar conjuntamente 449 CV y 700 Nm de par, con la carga a tope nuestra unidad anunciaba un total de 46 kilómetros.
No obstante, tras los 71 kilómetros de ruta organizados por la firma, el Audi A8 L 60 TFSIe quattro desconectó el motor de combustión durante el 60% del trayecto, o lo que es lo mismo, aproximadamente 49 kilómetros. Cierto es que los 4,3 l/100 km finales y los 15,3 kWh/100 km de consumo pudieron ser más bajos si no hubiéramos sido generosos con el acelerador en los tramos de Autobahn muniquesa, en donde la berlina de representación superó con creces los 260 km/h.
Pero más allá de estos impresionantes datos, lo que resulta más llamativo es desplazar los casi 5,30 metros de vehículo haciendo uso exclusivamente del sistema eléctrico, sin gastos de ningún tipo y con el único sonido que emite, y que pronto será obligatorio, cuando circulamos por debajo de los 40 km/h para alertar a los viandantes de nuestra presencia.
Que Audi se convertirá en eléctrica es una realidad que no solo impera en el eslogan que la firma presentó en el pasado Salón de Ginebra, sino que la demostración llega con la amplia gama de modelos electrificados que acompañarán próximamente al Audi e-tron y, sobre todo, con la extensa familia de híbridos enchufables que aseguran un presente muy prometedor.
Como colofón, confirmar las tarifas ya conocidas, correspondientes al mencionado Audi Q5 TFSIe, el cual parte de los 59.780 euros para la versión audi 50 TFSIe quattro de 299 CV y de los 66.070 euros para el 55 TFSIe quattro.
Y si te estás preguntando cuánto más caro es frente a un Audi Q5 TFSIe convencional, has de saber un Audi Q5 50 TDI de 286 CV con acabado Advance parte de los 70.280 euros más caro, mientras que un Audi Q5 45 TFSI de 245 CV con acabado estándar arranca en los 58.820 euros más.
Texto: Karam el Shenawy