El sábado 1 de septiembre entra en vigor el nuevo protocolo WLTP de homologación, un nuevo criterio para medir las emisiones y los consumos de nuestros coches que fijará unos valores más cercanos a la realidad.
Así, si hasta ahora estas pruebas se hacían en un laboratorio, sobre unos rodillos y con una velocidad constante, ahora los coches saldrán a la calle, realizarán el triple de kilómetros, se expondrán al tráfico real y hasta se contabilizará la inclusión de equipamiento extra. Así, los consumos que veremos en la publicidad se parecerá mucho más al que obtengamos en nuestros viajes, eliminando así la sorpresa que se llevan muchos.
La llegada de este nuevo sistema de homologación asimila los datos que ya se muestran en Europa a los que ya se exhiben en Estados Unidos o Japón, que desde años realizan estas mediciones en condiciones de tráfico real. Aunque la parte negativa, sobre todo en el mercado español, es que el incremento de estos valores pueden provocar un cambio en las obligaciones de pago de los vehículos nuevos.
Muchos cambiarán de escalón en el impuesto de matriculación. Es más, se calcula que en torno al 10 % de los modelos, que hasta ahora estaban exentos de esta tasa, tendrán que pagarlo por la llegada de estas nuevas pruebas.
El protocolo WLTP revoluciona el método de medición. Antes, con el sistema NEDC, se hacía en un laboratorio, sobre unos rodillos, un recorrido de unos 11 kilómetros y a una velocidad constante. Este sistema se ha empleado desde hace más de 30 años y ha permitió que alguna marca desarrollara un software que detectaba el momento de la medición para variar sus resultados a la baja.
A partir de ahora, estas mediciones se harán en condiciones de tráfico real y la velocidad se medirá en cuatro niveles: hasta 60 km/h, hasta 80 km/h, hasta 100 km/h y hasta 130 km/h. Además, se realizarán frenadas y aceleraciones en diversos momentos. De esta manera, la media de velocidad durante estas pruebas pasará de 33 km/h a 47 km/h. El recorrido total será de 23 kilómetros y la duración de la prueba será de unos 30 minutos.
La normativa estará en vigor desde el 1 de septiembre y hasta el 1 de enero se servirán valores intermedios entre los registrados mediante el protocolo WLTP y el protocolo NEDC. A partir del primer día de 2019, se tendrán en cuenta solo los valores del protocolo WLTP. Sin embargo, estas fechas podrían cambiar.
El motivo es que los fabricantes han pedido al gobierno más tiempo para trabajar en sus vehículos y realizar cambios estructurales y en las mecánicas de sus coches para poder rebajar estas nuevas cifras. Lo cierto es que hay países, como el nuestro, en los que existen impuestos como el de matriculación que se cifran en base a las emisiones.
Y, ante la escalada de estos datos, se espera que muchos coches cambien de estatus con el consiguiente encarecimiento de sus precios de compra. El argumento esgrimido es que esperan poder seguir ofreciendo sus productos en unas condiciones comerciales competitivas.
De hecho, agosto ha lucido ofertas en los concesionarios como nunca antes se habían visto. A falta de confirmación oficial, hay voces que señalan que el mercado ha experimentado un crecimiento de en torno al 70 % y que, hasta 20.000 ventas podrían ser, en realidad, automatriculaciones. Pero, sobre todo, hay quien alerta de que los próximos meses (final de 2018 y principios de 2019) se volverán a ver cifras en rojo en las ventas, con una nueva caída en las matriculaciones.
Es por esto que los fabricantes han pedido un retraso en la entrada en vigor de esta normativa en España, que llegó desde Europa y que se gestionó durante el gobierno anterior. Solicitan una moratoria de un año (hay quien pide hasta dos). Aunque hay también quien han requerido un cambio en el impuesto de matriculación (visto que es imposible que se elimine), que este no se mida solo en base a las emisiones o, incluso, se que se unifique con el impuesto de circulación.