Si hace unos días nos hacíamos eco de la intención del Gobierno de prohibir la venta de vehículos gasolina, diésel e híbridos en 2040 y la posterior restricción de su circulación por nuestras carreteras a partir de 2050, ahora llega un nuevo giro en las voluntades del Gobierno dirigido por Pedro Sánchez. El último borrador de la Ley del Cambio Climático que prepara el Ministerio de Transición Ecológica mantiene la voluntad de esta prohibición aunque elimina la fecha en la que podría entrar en vigor.
Teresa Ribero, ministra de Transición Ecológica, así lo comunicó al resto de partidos en su último escrito. Y así lo indicó en un tweet para rebajar la polémica creada en torno a este escrito. Aquí señalaba que “cuando el Gobierno tiene algo que comunicar, lo hace de forma clara. Que alguien acceda a versiones iniciales de documentos de trabajo no significa nada (más allá de que alguien que no debía fue indiscreto)”.
Junto a la alusión a la falta de contención de algún compañero político a la hora de comunicar el texto inicial, pretende señalar con esto que, por el momento no hay ninguna decisión tomada en cuanto a la fecha. Solo se están esbozando los primeros trazos de dicha Ley.
Cambio en el artículo 16
Según señala la Cadena SER, la novedad del borrador es que desaparece del artículo 16 la fecha en la que entraría en vigor esta prohibición de la Ley del Cambio Climático, que sí mantiene otras fechas que podrían ser polémicas. Será en el marco del segundo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima cuando se indique el momento en el que debería entrar en vigor esta prohibición a la venta de coches gasolina, diésel e híbridos.
Sin embargo, sí que mantiene el año 2050 como el momento el que se “adoptarán medidas para alcanzar un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2”, según cita el mismo medio. Además, a partir de 2030, se obligará a las ciudades a que fijen “objetivos de penetración de vehículos con nulas o bajas emisiones”; desde el año 2023 las que tengan más de 50.000 habitantes deben contar con “zonas de bajas emisiones”; y se prohíbe la incentivación de la venta de vehículos que consuman combustible fósiles.
La ambición con la que se ha creado esta normativa no es poca. Pretende reducir un 20% las emisiones de CO2 en 2030 comparadas con las 1990. Y en un 90% para 2050.