Poco, muy poco se puede reprochar a un automóvil como el Mercedes-AMG CLS 53, más allá de su previsible y contundente factura: rápido, fácil de llevar (hasta rápido), cómodo, progresivo, de altísima calidad, con un consumo asumible… A veces el círculo cuadra.
A la vista de automóviles como este, uno de los Mercedes-AMG más modernos, ese calificativo habitual de ‘cochazo’ se vuelve casi obligado. Hay casos y casos, pero si me permite este es uno de esos en los que la palabra se ajusta al producto como un guante.
Me explico. Hay vehículos más potentes, más rápidos y, desde luego, más lujosos y espectaculares. Pero pocos como este equilibran con tanto acierto una buena dosis de todos esos planos.
Y vaya si lo hace: para dejarlo claro desde ya, aparte de un maletero carente de portón y boca angosta (que no de mala capacidad, todo lo contrario a tenor del planteamiento general, porque además puede ampliarse abatiendo los respaldos traseros), de una accesibilidad no todo lo confortable que a más de uno le gustaría (es más bajito de lo que parece), de unas plazas traseras pequeñas en términos absolutos, y sobre todo, claustrofóbicas (las ventanillas son exiguas), poco más se le puede reprochar.
Siendo quisquillosos, es cierto que el gasto real en conducción rápida se puede mover en torno a unos 12-15 l/100 km, pero si no viajamos siempre ‘al ataque’ podemos bajarlo fácilmente a menos de 9 litros, lo que está francamente bien en un producto que rinde la friolera de 435 CV y 520 Nm de par máximo.
Para ello, y además del consabido Start&Stop, este Mercedes-AMG CLS 53 adopta un sistema de microhibridación, con equipo eléctrico complementario de 48 voltios y batería adicional, que entre otros se ocupa del arranque (motivo por el que, personalmente, echo en falta un sonido más contundente al pulsar el botón de puesta en marcha). Dicho sistema le otorga la etiqueta ECO de Tráfico, a tener en cuenta en los tiempos que corren.
A ver, es evidente que se trata de un coche caro, incluso de precio superior al de rivales tan exquisitos como el Maserati Ghibli S, que no le va a la zaga por rendimiento o prestaciones.
Sin embargo, juega con bazas interesantísimas. Una de ellas es una calidad sin tacha, e incluso un equipamiento de serie razonablemente completo, por mucho que la lista de extras sea casi infinita.
Hay desde instrumentación ampliada totalmente digital (las espectaculares pantallas que se aprecian en las imágenes, que son configurables y que hasta aportan información como la intensidad de las fuerzas G) a suspensión de firmeza variable AMG RIDE CONTROL+, faros MULTIBEAM LED, consola en carbono, asientos de corte deportivo tapizados en cuero de primera…
De las opciones más singulares del Mercedes-AMG CLS 53 me quedo con una que debería ser de serie: la apertura KEYLESS GO. Aunque todavía es más llamativo el paquete AMG Driver, que gana velocidad punta a 270 km/h e invita a un curso impartido por especialistas de la AMG Driving Academy, buena cosa para sondear los límites de una fiera como esta.
De largo, lo mejor del coche es la experiencia de conducción: pese a sus poderosas credenciales (el motor es tremendo), es fácil de llevar desde el minuto uno.
Y es que va muy aplomado y es predecible hasta si queremos ir ligeritos, lo que es aún más meritorio. Y ahí juega un poco todo: un chasis de élite, afinadísimo y con frenos mordaces y resistentes, bien dosificables, la citada suspensión neumática variable, una dirección rapidísima que lo mueve de forma monolítica ante repetidos cambios de apoyo, ruedas anchas (las traseras más) súper adherentes, y una proverbial tracción total
4MATIC+ que deja hacer, pero que junto a una electrónica magnífica pone todo en su sitio al menor atisbo de problema.
De paso, es un automóvil bastante confortable, hasta sobre vías bacheadas o al superar esas habituales y acusadas juntas de dilatación de las autovías patrias.
Vuelvo a lo de antes: puro equilibrio. Sí, porque a fin de cuentas la suya no es una potencia desmesurada en modelos de corte similar, la habitabilidad en las plazas traseras no acaba de ser la esperada en un producto que acaricia cinco metros de largura y aquí no hay soluciones versátiles tipo portón trasero.
Por lo demás, sencillamente lo borda, hasta para conducirlo a diario, en ciudad, en carretera o, si es posible, metido en circuito.
Fotos: Paloma Soria
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 6 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 2.967 cm3 |
POTENCIA | 435 CV a 6.100 rpm |
PAR MÁXIMO | 520 Nm entre 1.850 y 5.800 rpm |
V. MÁXIMA | 250 km/h (autolimitada) |
ACELERACIÓN | 4,5 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 8,7 l/100 km (mixto) |
5.001 / 1.890 / 1.422 mm | 5.001 / 1.890 / 1.422 mm |
NEUMÁTICOS | 245 / 40 R 19 (del.); 275 / 35 R 19 (tras.) |
PESO EN VACÍO | 1.980 kg |
MALETERO | 490 l |
PRECIO | 127.000 € |
GAMA DESDE | 70.650 € |
CUOTA RENTING | 2.689 €/mes* |
LANZAMIENTO | Julio de 2018 |
*Importe aproximado para 4 años y 25.000 km anuales
De serie: Retrovisores exteriores abatibles eléctricamente y antideslumbramiento; climatizador doble THERMATIC; tapicería de cuero; asientos delanteros calefactados con reglaje eléctrico y memoria; asientos traseros calefactados; portón eléctrico; asistente de aparcamiento PARKTRONIC con cámara trasera; sistema multimedia Comand Online; asistente activo de cambio de carril; servofreno de emergencia activo; control de velocidad de crucero; suspensión neumática AMG RIDE CONTROL+; alarma antirrobo con protección antirremolque; luces de carretera automáticas Plus y faros MULTIBEAM LED.
Opcional: Techo solar practicable (1.683 euros); tablero y parte superior de puertas en cuero (1.045 euros); climatizador de cuatro zonas THERMOTRONIC (882 euros); consola en carbono (1.419 euros); asientos delanteros activos (1.376 euros); telefonía multifunción (665 euros); cargador de móvil inalámbrico Qi (275 euros); preequipo para llave digital del vehículo para smartphone NFC (136 euros); sonido surround Burmester High-End 3D (6.652 euros); código de velocidad AMG Driver 270 km/h (2.838 euros); control de ángulo muerto (672 euros); airbags laterales traseros (570 euros); Head-up display (1.344 euros); KEYLESS GO con portón manos libres (1.045 euros) y paquete de asistencia a la conducción (2.253 euros).