Para Mercedes-AMG no es nuevo esto de entrar en el segmento compacto, pero nunca lo ha hecho con tanta potencia. Ponemos a prueba los nuevos Mercedes-AMG A 45 2020, una nueva generación que viene en dos sabores: 387 y 421 CV de potencia.
El nuevo Clase A ya tiene versión AMG tope de gama, un compacto deportivo que viene a completar la gama por encima del AMG A 35 de 306 CV de potencia. Aunque no es solo una cuestión de prestaciones. También se ha modificado el chasis y, luego lo trataremos, el sistema de tracción total para dotarlo de un divertido modo Drift.
Como de costumbre el brazo deportivo de Mercedes-Benz ha aplicado un tratamiento estético deportivo al AMG A 45. Recibe nuevos paragolpes con tomas de aire más grandes, un nuevo difusor que, además, acoge cuatro colas de escape, de diferente tamaño según sea el A 45 de acceso o el S, alerón trasero o una parrilla Panamericana habitual de los topes de gama de la firma alemana.
Como opción deja un paquete aerodinámico adicional del cual todavía no conocemos precio. Entre otros añade un alerón trasero de grandes dimensiones y aletas en el frontal. De serie el A 45 equipa llantas de 18 pulgadas, mientras que el A 45 S sube hasta 19 pulgadas.
Dentro los cambios son más sutiles, y es que el diseño general es calcado al de un Clase A cualquiera. El salpicadero monta la doble pantalla digital de 10,1 pulgadas para multimedia e instrumentación, y se diferencia del modelo estándar en las grafías y algunos programas adicionales enfocados a mostrar el rendimiento del coche y la conducción en circuito.
Por ejemplo, podemos seleccionar circuitos como Spa o Nürburgring para obtener datos de telemetría y tiempos por vuelta. O registrar nuestro propio circuito. Y es que si vamos a entrar habitualmente en trazados cerrados al tráfico merece la pena pasar por el catálogo de accesorios AMG Performance. Disponen de elementos como los bonitos asientos de tipo baquet o un volante forrado en Alcantara. Volante, por cierto, que estrena dos selectores de modos desde los que modificar parámetros sin apenas mover las manos.
Para el Mercedes-AMG A 45 2020 se ha utilizado el motor más potente de su clase en la historia. Un bloque de solo 2,0 litros que, mediante la turboalimentación eroga hasta 421 CV. Digo hasta porque, al contrario de lo que ocurría con la anterior generación, hay dos versiones. La primera, de acceso, con 387 CV de potencia, y la segunda, la S, con los mencionados 421 CV. Cualquiera de los dos es más potente que la última evolución del anterior A 45.
El bloque aúna diferentes tecnologías para reducir la temperatura y la fricción, de modo que se protege ante altas demandas de potencia como puede ser en circuito. Respecto a su antecesor, aunque comparte casi su esquema, es una unidad nueva, no simplemente el mismo motor más “apretado”.
Junto al motor, el Mercedes-AMG A 45 S estrena tanto una nueva caja de cambios como un nuevo sistema de tracción total. El cambio es de doble embrague y 8 relaciones, más rápido dice Mercedes-AMG y, sobre todo, más resistente. No en vano debe resistir en envite de los 500 Nm de par máximos que es capaz de generar el más potente de los dos.
En cuanto a la tracción total, no es nueva como tal pero sí su concepto. La tracción es permanente en las cuatro ruedas, variando el envío de par según el modo de conducción escogido o la situación de conducción. Pero añade un eje trasero con dos embragues que es capaz de variar independientemente el par a cada una de las ruedas. Esto mejora la tracción… o permite perderla. Y es que estrena un modo Drift que fuerza a la rueda trasera exterior al giro a perder adherencia para permitir descolocar la trasera a base de gas. No funciona como en un E AMG, por ejemplo, pues el Clase A no pierde nunca la tracción a las cuatro ruedas.
Ponerlo en marcha ya es toda una experiencia: desde los primeros metros ya demuestra un trabajado sonido de escape. Aunque uno o dos tonos por debajo del su antecesor, culpa de las normativas de homologación. En cualquier caso se muestra como un coche ágil y muy rápido, muy reactivo. Pero sobre todo, fácil de conducir en carretera.
Es un buen coche polivalente. Basta con activar el modo Comfort y disfrutar de un coche sencillo de usar, agradable y hasta suave, en todos los sentidos. Evidentemente si pisamos el acelerador sale disparado, otra ventaja más. Pero no se me antoja complicado o que esté fuera de su lugar en entornos como la ciudad o la carretera en un trayecto largo.
Tampoco la suspensión es tan tosca y rebotona como la de su antecesor. Ojo, pasa lo mismo en un Clase A cualquiera: el trabajo de suspensión es excepcional. Filtra muy bien las irregularidades en cualquiera de los modos, incluso en el más radical RACE, que endurece al máximo los amortiguadores. Es más, en el modo más suave me parece un coche del todo cómodo, para nada radical y, desde luego, plenamente utilizable en el días a día.
La cosa cambia en circuito, donde sacamos a relucir el excelente trabajo de chasis del Mercedes-AMG A 45 S, que es la versión que pudimos probar. En modo RACE el coche vira muy plano y nos introduce en un ambiente de carreras con un tacto más directo de todos sus elementos. La dirección es más dura, la suspensión también y abre las válvulas de escape para liberar un sonido mayor, cargado de petardazos en reducción y entre cambios de marcha. Aunque, como antes avanzaba, a un nivel inferior que su antecesor.
En circuito es también un coche fácil de conducir, y pudimos hacerlo en el circuito del Jarama, un trazado bastante técnico en el que probar bien el apoyo del coche en todo tipo de curvas. La estabilidad quedó más que demostrada, un coche con el que rodar rápido desde el primer momento. Permite desactivar las ayudas en dos pasos. El primero las deja latentes, lo que asegura mayor diversión y un control mayor del coche por parte del conductor. El segundo directamente las desactiva, pero en ninguna de las dos ocasiones es un coche crítico.
De hecho es bien divertido rodar con ellas semi-desactivadas, pues permite jugar más con la trasera del coche, especialmente en aceleración fuerte en curva. La tracción total tiende a redondear la curva. En todo caso la tracción es excelente y permite pisar a fondo antes que, por ejemplo, un coche de tracción delantera o trasera. Los frenos, por último, tras una mañana de circuito pierden tacto, hay que hundir más el pedal. Pero la eficacia de los discos de 360 mm de diámetro y las pinzas de seis pistones de serie en el S sigue presente.
También la caja de cambios es más reactiva, aunque merece la pena activar el modo manual mediante levas. Deja total libertad al conductor, pues no cambia automáticamente de marcha ni aunque toquemos el límite de revoluciones. Y, ojo, porque es un coche que sube muy rápido de vueltas. Un motor que, dice AMG, trata de simular algo más el funcionamiento de un atmosférico. Es decir, entrega la potencia arriba. En la práctica es un motor al que le gusta girar alto y, de hecho, estira más que su antecesor. Pero perdona errores y la enorme cifra de par le hace recuperar rápido el ritmo si hemos dejado caer demasiado el cuentavueltas.
El modo Drift del Mercedes-AMG A 45 S, de serie en este modelo, es eficaz para circuitos ratoneros. No funciona desactivando el envío de par al eje delantero, por lo que el derrape no es tan natural. Sino el típico de un tracción total potente. Los embragues traseros mueven más fácilmente el eje trasero pero irremediablemente derrapamos de las cuatro ruedas.
Es divertido porque puedes girar el coche casi sobre su propio eje, lo que facilita, por un lado hacer trompos, y por otro colocar la trasera en, por ejemplo, una curva cerrada. El control es bastante sencillo, siempre y cuando lo dejemos actuar y no metamos contravolante en exceso. Si no el derrape termina bruscamente y no le sacaremos partido al sistema.
El Mercedes-AMG A 45 2020 es totalmente lo que me esperaba. Y, de hecho, solo me ha sorprendido en un aspecto. El anterior ya era bueno y uno de los más radicales del segmento, pero este es más racional. Y con eso no digo que haya perdido su espíritu radical. Combina muy bien ambas propuestas, principalmente gracias a una suspensión exquisita.
Ahora sí es un coche mucho más cómodo en carretera, más fácil de conducir y, sobre todo, más utilizable en el día a día. A la vez es más potente, más rápido y más efectivo en circuito. También más divertido gracias a su modo Drift. Solo echo en falta un sonido más contundente (el que tiene es bueno) que irremediablemente no ha llegado por culpa de las estrictas, y en ocasiones estúpidas, normativas de homologación de ruidos.
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
CILINDRADA | 1.991 cm3 |
POTENCIA | 421 CV a 6.750 rpm |
PAR MÁXIMO | 500 Nm entre 5.000 y 5.250 rpm |
V. MÁXIMA | 270 km/h |
ACELERACIÓN | 3,9 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO | 8,3 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS | 5.445 / 1.850 / 1.407 mm |
NEUMÁTICOS | 245 / 35 R 18 |
PESO EN VACÍO | 1.560 kg |
MALETERO | 370 l |
PRECIO | n.d. |
GAMA DESDE | 29.225 € |
CUOTA RENTING | n.d. |
LANZAMIENTO | Octubre de 2019 |
*Importe calculado sobre 4 años y 25.000 km anuales
Videoprueba Mercedes-AMG A 45 S