La llegada de un nuevo Ford Mustang es siempre un acontecimiento. No es únicamente la reedición de uno de los clásicos más populares, sino un pequeño grano de esperanza en un mercado en el que los cupés deportivos llegan con cuentagotas. Nosotros ya hemos realizado la primera prueba del Ford Mustang 2018 y te contamos nuestras impresiones.
Más de 150.000 personas (es la cifra de ventas del año pasado) no pueden estar equivocadas, especialmente en Estados Unidos, donde el Mustang es una religión. En España los números son más comedidos, pero igualmente destacables; no olvidemos que se trata del primer Mustang global. Aquí, entre 2014 y 2017 se han matriculado 1.100 unidades.
Es un caso de éxito y por ello Ford lo ha renovado y revisado sus puntos más críticos. A simple vista no es más que algo de maquillaje: faros delanteros (ahora la luz diurna LED es igual que en los modelos americanos, de tres barras), capó más bajo con tomas de aire, pilotos actualizados o una cuádruple cola de escape para el GT. También hay nuevos colores (11 en total) y llantas. Como antes, podemos elegir entre dos carrocerías: coupé (Fastback) y descapotable (Convertible).
El habitáculo mantiene las formas básicas, pero mejora calidades, todavía no al nivel de los mejores europeos, pero el conjunto es sólido y está bien rematado. No obstante, la verdadera novedad reside en el cuadro de instrumentos, ahora completamente digital y configurable.
Es, y creo no equivocarme, el mejor cuadro digital del mercado. Permite múltiples configuraciones para el velocímetro, el tacómetro o la marcha engranada. Lo hace, además, según el modo de conducción seleccionado. Por ejemplo, el modo circuito da prioridad al tacómetro, mientras que el modo normal asemeja su aspecto a un cuadro convencional.
Launch Control, la posibilidad de quemar rueda trasera… el nuevo Ford Mustang nos da todas las facilidades para sentirnos muy americanos
A través de él también accedemos a diferentes menús y configuraciones del coche, como las denominadas Track Apps. Allí podemos activar el control de salida (launch control), configurar un limitador de revoluciones o seleccionar el conocido como Line Lock, que permite frenar únicamente el eje delantero para quemar rueda trasera. Muy americano.
La gama Ford Mustang se limita a solo dos mecánicas, ambas de gasolina, pero muy distintas entre sí. En realidad es la misma oferta anterior, solo que con diversas, e interesantes, modificaciones.
El acceso lo configura el motor 2.3 Ecoboost de cuatro cilindros, que ahora recibe filtro de partículas y que reduce su potencia hasta los 290 CV (antes tenía 317 CV), con 440 Nm de par. Se asocia tanto a un cambio manual de 6 relaciones como al nuevo automático y por convertidor de par de 10 relaciones.
Por encima queda el Mustang GT, que con un V8 de 5.0 litros atmosférico produce 450 CV de potencia y 529 Nm de par. También dispone de cambio manual y automático y es, al menos por ahora, la variante más potente.
En este primera prueba del Ford Mustang 2018 hemos podido conducir modelos con ambos propulsores y los dos mueven con soltura el coche; resulta especialmente destacable el funcionamiento del 2.3 Ecoboost, que además logra menores cifras de consumo. Homologa 9 l/100 km, frente a 12,4 l/km del V8. En la realidad, en nuestro trayecto de prueba realizamos una media en torno a los 8 l/100 km por carretera con el Ecoboost y unos 14 l/100 km en un puerto de montaña a ritmo moderado con el V8.
No obstante, el carácter de este último es infinitamente más pasional. Es elástico, aunque prefiere rodar a medio régimen antes que apurar el cuentavueltas… momento en el que el sonido y las vibraciones inundan el habitáculo. Es el verdadero Mustang, su auténtica esencia, con él jamás lograrás pasar desapercibido.
El carácter del motor V8 es pasional, representa la auténtica esencia del Ford Mustang
Jugando con los modos de conducción podemos regular, entre otros parámetros, el sonido proveniente del escape (en el Ecoboost es todo más relajado). Hay un modo silencioso que evita despertar a los vecinos, aunque el modo Normal ya emite un rugido discreto, pero sugerente. El modo Circuito eleva la sonoridad sobremanera: es delicioso.
Estrena dos programas más: el modo Drag Strip, que maximiza la adherencia y entrega de fuerza para salidas a máxima velocidad desde parado, y el My Mode, completamente personalizable.
Uno de los opcionales más interesantes del Mustang es su suspensión adaptativa magnetoreológica MagneRide. Se trata de un sistema que modifica la dureza de la amortiguación mediante un sistema magnético capaz de alterar el fluido interno de los amortiguadores según, en primer lugar, el modo de conducción y, en segundo lugar, de las condiciones de la misma (pavimento, velocidad, curva…).
El cambio de la suspensión de un modo a otro es evidente, incluyendo el modo Circuito, con una amortiguación muy dura, pero todavía absorbente. En todo caso, la puesta a punto del sistema y, por extensión, del coche en su conjunto, es exquisita.
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Es cómodo y a la vez limita de forma efectiva los balanceos. Es un coche muy estable y fácil de conducir rápido, incluso con el motor V8, a pesar de sus más de 1.700 kilos de peso. Los límites de tracción son muy altos y, salvo que desconectemos los controles y conduzcamos de forma muy agresiva, no realiza ningún movimiento extraño.
La dirección es bastante directa y goza de buen tacto, al igual que los frenos, unos Brembo de altas prestaciones con buena mordida. Definitivamente, no es un deportivo tan radical como un BMW M4 (por comparación directa), pero sí es más polivalente y pasional.
Además del cuadro de mandos digital, el nuevo Ford Mustang 2018 estrena una interesante lista de equipamiento de seguridad. Ahora incorpora frenada de emergencia automática con reconocimiento de peatones, alerta de cambio involuntario de carril o control de velocidad de crucero adaptativo.
El sistema multimedia es más avanzado, pues se trata de un SYNC3 de nueva generación que, además, suma los protocolos de comunicación Apple CarPlay y Android Auto. La pantalla es la misma, de 8 pulgadas y de control táctil.
Alerta de cambio involuntario de carril, control de velocidad de crucero adaptativo, frenada de emergencia automática… el Mustang 2018 estrena equipamiento de seguridad
Por lo demás, como buen gran turismo, ofrece espacio para dos ocupantes y un elevado grado de confort. Atrás hay dos plazas traseras testimoniales por longitud y altura, pero dispone de un generoso maletero de 408 litros de capacidad (332 litros en el caso de la versión descapotable).
Motor térmico | Gasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado |
Cilindrada | 2.264 cc |
Potencia | 290 CV a 5.400 rpm |
Par | 440 Nm a 3.000 rpm |
Velocidad máxima | 233 km/h |
Aceleración | 5,5 (0 a 100 km/h) |
Consumo | 9,2 l/100 km (mixto) |
Medidas (L/An/Al) | 4.789 / 1.916 / 1.373 mm |
Neumáticos | 255 / 45 R19 |
Peso en vacío | 1.673 kg |
Maletero | 408 l |
Precio base | 44.300 euros |
Motor térmico | Gasolina, 8 cilindros en V, atmosférico |
Cilindrada | 5.038 cc |
Potencia | 450 CV a 7.000 rpm |
Par | 529 Nm a 4.600 rpm |
Velocidad máxima | 249 km/h |
Aceleración | 4,6 (0 a 100 km/h) |
Consumo | 12.4 l/100 km (mixto) |
Medidas (L/An/Al) | 4.789 / 1.916 / 1.382 mm |
Neumáticos | 255 / 40 R19 (del.) 275 /45 R19 (tras.) |
Peso en vacío | 1.743 kg |
Maletero | 408 l |
Precio base | 49.300 euros |