Coincidiendo con la celebración de su 75 aniversario, Porsche ha puesto sobre la mesa un órdago en forma de Mission X Concept. Míralo bien porque acabará siendo una realidad.
Con el 911, Porsche estableció un nuevo paradigma en el segmento de los deportivos, con el 918 Spyder dejó boquiabierto a todo el sector y con el Taycan demostró que un coche eléctrico puede ser tan emocionante como uno de combustión. Pues bien, ahora la firma de Stuttgart en su plena celebración del 75 aniversario de la marca acaba de desvelar el hyper coche con el que busca un claro objetivo: ser el modelo de producción más rápido en dar una vuelta al circuito de Nürburgring Nordschleife.
Pero más allá de los records, el cual por cierto está actualmente en manos del Mercedes-AMG One al para el crono en 6:35.183 minutos, lo realmente digno de mencionar es que tendrá un sistema eléctrico que no solo será potente, se habla de unos 1.500 CV y una relación peso/potencia de 1 kg/CV, una auténtica locura. A ello se sumará una red de carga de nada menos que 900 voltios lo que le permitirá cargar el doble de rápido que el actual Taycan. Por lo demás, Porsche no ha desvelado nada acerca de este sistema de propulsión.
En lo relativo a su estética hablamos de un hypercar que mide 4,59 metros de largo por casi 2 de ancho y tan solo 1,20 metros de alto, lo que implica que es más bajo y más ancho que el 918 Spyder, mientras que la distancia entre ejes es de 2.728 metros. Todo ello presentado con un diseño de lo más espectacular, que establece nuevos paradigmas en la marca.
Comenzando indudablemente por la cúpula que protege a los dos ocupantes que se situarán en su interior y que accederán a través de dos pertas con apertura en forma de tijera, es decir, hacia delante y hacia arriba, al estilo de los hipercoches de Le Mans. Más; el Mission X estrena el nuevo logo de la compañía mientras que los faros delanteros completamente verticales son un guiño a los hypercoches que han competido en la cita gala. Por su parte, los traseros evolucionan presentando la característica tira trasera que cruza todo el coche pero que aquí está segmentada en tres zonas dando la sensación de estar suspendida. Por último, las llantas tiene un diámetro de 20 pulgadas en el eje delantero y 21 en el trasero.
Dado que el Mission X está pensado para ser un vehículo prácticamente de producción, el interior sorprende precisamente porque parece eso mismo, un coche definitivo. Lo único que quizá llame la atención sea el volante en forma de timón al estilo de los Fórmula 1 sobre el cual se coloca un cuadro digital mientras que frente al copiloto hay un módulo con cronómetro tanto digital como analógico (en un claro guiño a los modelos de producción actuales).
Los asientos están realizados en fibra de carbono y tienen una forma que abraza todo el contorno del pasajero, desde la espalda hasta las pantorrillas. Además para diferenciar la cabina del conductor del copiloto, están tapizados de manera diferente gris Kalahari y marrón Andalucía, respectivamente, tono este último que se replica en el resto del habitáculo.