Porsche Exclusive Manufaktur es la nueva denominación del departamento de personalización de la marca, un taller de carácter artesano capaz de dar vida a los sueños más exquisitos de sus clientes. Nos adentramos en ella y, además, probamos su última creación, el Porsche 911 Turbo S Exclusive Series.
Situado en Zuffenhausen, Alemania, el taller responde a los deseos más íntimos de sus clientes, una pequeña fábrica de donde han salido modelos tan especiales como el Porsche 959 o los todavía más exóticos 911 Speedster.
Bajo tres directrices el recientemente bautizado taller Porsche Exclusive Manufaktur (antes Porsche Exclusive y anteriormente Porsche Sonderwunsch Program):
La artesanía y la pasión por el detalle son las bases de este taller, que crea verdaderas piezas de arte. No es, como cabría esperar, una opción minoritaria entre los clientes Porsche. Los datos nos demuestran que personalizar tu deportivo es más habitual de lo que pensamos.
El 911 es el que mayor tasa de personalización posee, nos dice la marca que un 40% de todos los 911 fabricados han pasado por aquí. Y las cosas no han cambiado tanto: 1 de cada 3 911 sigue pasando por el taller de personalización. El año pasado 15.000 coches recibieron algún tipo de modificación, y cuentan con talleres también en Dubái, Los Ángeles, Atlanta y Shanghái.
Para celebrar el cambio de denominación y el éxito de su taller, Porsche Exclusive Manufaktur ha desarrollado un modelo muy especial. Limitado a 500 unidades y con un precio de 298.000 €, el 911 Turbo S Exclusive Series es el 911 más potente de la historia.
Su proceso de fabricación es completamente artesano, empleando técnicas que nunca antes se habían ejecutado en la marca. Tras salir de la fábrica, cada unidad llega al taller y se instala el paquete aerodinámico opcional, con la fibra de carbono a la vista.
Precisamente este ligero material es protagonista de esta edición. La pintura dorada denominada Golden Yellow Metallic, no es la única posible, pero sí la más especial, es única para este modelo. Está disponible en blanco y gris, para más adelante venderse en negro, rojo y azul.
Lo que no cambian son las dos franjas longitudinales en fibra de carbono. Y bien digo de fibra de carbono, pues es el material visto. Primero se cubre, después se pinta, se descubre y se pule para eliminar cualquier imperfección. El proceso toma tres semanas.
Un proceso similar ocurre en las llantas. Primero se pintan en dorado, posteriormente en negro y finalmente mediante un láser se elimina la última capa descubriendo la fina línea dorada. Si el cliente lo desea, éstas pueden ir en negro.
El habitáculo no se reprime a la hora de mostrar su poderío de personalización, y es que recibe un tratamiento similar a la carrocería. La tapicería en cuero negro exhibe dos franjas doradas en su parte central, al igual que el techo, mismo tono presente en las costuras. El cuadro de mandos replica las famosas dos franjas.
Sin embargo, lo más impactante y especial son las molduras en fibra de carbono. En el complicado proceso de trenzado del material se introduce hilo de cobre, lo que determina ese color tan especial y característico que lucen. Si el cliente lo pide, los acentos en dorado pueden ser eliminados.
Además de las mejoras visuales, Porsche Exclusive Manufaktur ha elevado la potencia de su superdeportivo. Los 580 CV del Turbo S de serie quedan ahora en 608 CV, lo que lo convierte en el 911 Turbo más potente de la historia, con permiso del nuevo GT2 RS. El equipamiento es completo: frenos cerámicos, PDCC, eje trasero direccional…
El taller de personalización ha creado dos complementos muy especiales para su 911 Turbo S Exclusive Manufaktur. Por un lado un juego de maletas especialmente diseñado para el 911. Consta de cuatro piezas a imagen y semejanza del coche, empleando los mismo materiales: cuero, costuras, contas de los cinturones, símil de fibra de carbono…
Por su parte, Porsche Design Timepieces ofrece por 10.000€ un reloj cronógrafo a juego, con la misma numeración que el vehículo. Su tecnología propia Flyback se combina con los mejores materiales, a imagen y semejanza del coche. Además, el rotor replica las llantas. La curiosidad es que se fabricarán un máximo de 500 unidades. Si el cliente no lo demanda no se fabrica, y no puede obtenerse de ningún otro modo.
Los cambios realizados en el Turbo S Exclusive Series no afectan significativamente al modelo, que sigue ofreciendo un rendimiento espectacular. Tal vez un 0 a 100 km/h en 2,9 segundos, un 0 a 200 km/h en 9,6 segundos o una velocidad máxima de 330 km/h basten para impresionarte. Pero es algo más.
Es la finura de conducción, el confort, la perfecta dinámica y, sobre todo, el equilibrio. A pesar de sus abrumadoras cifras es sencillo de conducir, basta con fijar la mirada a la salida de la curva y acelerar. La tracción total se encarga de pegarnos a la carretera; también la dirección trasera de serie.
Pisar el pedal derecho a fondo es casi una fusión con el respaldo del asiento, empujando casi sin fin hasta rozar los 300 km/h. Menos mal que la prueba discurrió por carreteras sin límite de velocidad en Alemania. Los frenos carbocerámicos, también de serie, se encargan de poner fin semejante locura.
Como bien adelantábamos, el trabajo de Porsche Exclusive Manufaktur trata también de crear unidades exclusivas con fuertes cambios en su carrocería. Desde su creación, decenas de ellas han cruzado sus puertas, pero tal vez el más conocido sea el 911 Turbo Flatnose, de morro plano, uno de sus primeros intentos.
No en vano, la fábrica ha construido unidades todavía más especiales, como todo un 935 de calle o el conocido 959, que allí cobraba vida. Más recientemente el 911 Speedster seguía una tradición iniciada por el 356, que ha visto cómo se recortaba el techo y se cubría con una capota especial de una buena suma de generaciones.
No podemos olvidarnos de los 964 Turbo S Leichtbau, 997 Sport Classic, 993 Turbo 3.6 Cabrio…
