El escándalo del diéselgate posiblemente sea uno de los más graves que ha experimentado la industria del motor en las últimas décadas y sigue acumulando capítulos. Si la semana pasada informábamos de que hasta 10 centros de Porsche en Alemania habían recibido la visita de representantes de la Fiscalía y la Policía germana y que había tres personas que estaban siendo investigadas, ahora podemos decir que, según señala Automotive News, Joerg Kerner, director de desarrollo de motores de la marca, se encuentra detenido.
Kerner se unió a Audi , también filial del Grupo Volkswagen , en 2004 procedente de Robert Bosch, otra de las compañías implicadas en el caso del diéselgate, y desde su llegada se dedicó al diseño de motores, transmisiones electrónicas y software.
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En los últimos años trabajó junto a Wolfgang Hatz y Giovanni Pamio, ambos del equipo de desarrollo de motores del grupo, y les detuvieron el año pasado, según recuerda Automotive News. Se da el caso de que Pamio, según apunta el mismo medio, podría ser una de las personas que más estaría colaborando con la justicia para aclarar este caso de software fraudulento que incorporaban algunos vehículos con mecánica diésel del Grupo Volkswagen que detectaban el momento en el que se les estaba haciendo algún examen y alteraba su respuesta para reducir las emisiones.
Según recogía El Mundo hace una semana, tanto la Fiscalía como la Policía alemana tienen motivos para creer que esta filial de Volskwagen dedicada a la fabricación de coches y deportivos de lujo, ha podido manipular las emisiones de sus vehículos diésel. Por ello, a lo largo del pasado miércoles 18 de abril llevaron a cabo una serie de registros en diez de los edificios que tiene la compañía en Alemania.
Tal como la propia Fiscalía comentó en un comunicado, cerca de 30 miembros de su organismo y 160 agentes de Policía trabajaron de manera conjunta para registrar las instalaciones que se encuentran en los estados federados de Baden-Wüttemberg y Baviera.
Otras marcas acusadas de falsear las pruebas de emisiones
Además, aseguraba que la investigación se centraba en tres posibles sospechosos; todos ellos podrían ser acusados de “fraude y publicidad ilegal en relación a la manipulación del sistema de control de emisiones de automóviles diésel”.
Ahora se sabe que uno de ellos es Joerg Kerner y que ya se encuentra bajo custodia policial mientras que de los otros dos, según indicaba el El Mundo, podría tratarse de un miembro del consejo de administración y el tercero ya no estaría en las filas de la empresa.
Así, a pesar de que esta es la primera vez que la marca de Sttugart se ve sometida a un registro de estas características, es importante señalar que no ha sido la única compañía del sector que se ha visto obligada a hacerlo. Las autoridades alemanas examinaron otras empresas como Daimler, BMW y Bosch, pero desde que Volkswagen admitió alterar las pruebas de emisiones, se centraron más esfuerzos en investigar a las empresas de este grupo, especialmente a Audi.
Por esto, las autoridades alemanas examinan las filiales de la marca desde hace más de un año. De hecho, lo último en salir a la luz, gracias a las fuentes de la Fiscalía y al propio portavoz de Audi, es que en esta semana también se han llevado a cabo dos registros en los edificios que tiene la compañía en Ingolstadt y Neckarsulm (Alemania).
En Francia, Renault y Peugeot también han sido objeto de investigación.
Según informa Reuters, el último propulsor que estaría siendo investigado es el diésel de 3.0 litros V6 que se usó en más de 80.000 modelos de Volkswagen, Audi y Porsche, y que, desde hace tiempo, se considera potencialmente sospechoso en cuanto al cumplimiento de la normativa de emisiones.
En total, son más de 8 millones de coches los que se han detectado con este software ilegal. En Europa, estos vehículos han ido pasando por el taller para eliminar este programa fraudulento de la centralita, con quejas de los clientes porque el coche va peor. También hay casos en los que el grupo ha tenido que devolver el dinero a los clientes (alguno de estos casos se ha visto en España).
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Por su parte, en Estados Unidos, la sanción a Volkswagen fue de 3.270 millones de euros, alguno de sus directivos ha sido condenado por este caso, tuvieron que recomprar los coches y repararlos, y ahora, más de 350.000 vehículos afectados ya arreglados continúan a la espera de conocer su futuro; si se venderán en aquel país en el mercado de segunda mano o se exportarán a un tercero.
Mientras tanto, las autoridades de varios países siguen investigando numerosas marcas para determinar cuál es su grado de implicación. Y la última en sumarse a la lista ha sido Porsche.