El Peugeot 2008 2017 se ha consolidado en el catálogo de Peugeot. Y no es para menos, porque desde su lanzamiento en 2013, y tras la última actualización llevada a cabo en la pasada campaña, ha gozado de la aceptación del público, acumulando buenas cifras de ventas. Analizamos los pros y contras de un SUV urbano que se mantiene entre los más demandados de su categoría.
Oferta mecánica. Sin duda, un valor importante del modelo galo son sus motores. Tanto los bloques de gasóleo como de gasolina cumplen la normativa de emisiones contaminantes Euro6 y hacen gala de un consumo ajustado. En turbodiésel, el moderno 1.6 BlueHDi, en cualquiera de las potencias disponibles (100 y 120 CV), resulta muy competente, firmando un gasto de solo 3,7 l/100 km. Los tricilíndricos 1.2 PureTech turboalimentados de gasolina también destacan por su buena respuesta, con variantes de 82, 100 y 130 CV.
GT Line. Al igual que otros modelos del fabricante francés, el Peugeot 2008 2017 se puede elegir con el nuevo acabado GT Line. Mejora la percepción del vehículo con algunos elementos deportivos, como las llantas de 17 pulgadas en negro brillante o un interior en el que se combinan detalles en negro y rojo.
Grip Control. Es el as que Peugeot se guarda bajo la manga para suplir la ausencia de versiones 4×4. Se trata de un control de tracción avanzado. Consta de cinco programas, seleccionables a través de un mando situado en la consola central, que adaptan el coche a la circulación por diferentes tipos de terreno. Además, este sistema se asocia a neumáticos M+S con certificación de invierno, los Goodyear Vector 4Seasons.
Multimedia. La dotación que puede incluir este todocamino, dependiendo del nivel de acabado, es notable. La conectividad con los teléfonos móviles inteligentes está garantizada por la función Mirror Screen, para duplicar la pantalla del Smartphone compatible con MirrorLink o Apple Car Play. La pantalla táctil de 7,0 pulgadas asociada al sistema de infoentretenimiento se ofrece a partir del segundo acabado, el denominado Active.
Equipamiento. Pese a estar englobado en una categoría eminentemente utilitaria, no descuida elementos de segmentos superiores. Entre ellos destaca el asistente de frenada de emergencia automática Active City Brake, que trabaja hasta una velocidad de 30 km/h. Asimismo, el Park Assist facilita las maniobras de aparcamiento, midiendo el espacio para estacionar y realizando los movimientos oportunos sobre la dirección.
Plazas traseras. No es que se vaya mal, pero el espacio disponible en la segunda fila de asientos es un poco justa, especialmente en anchura. Además no cuenta con algunas soluciones de modularidad de sus rivales, puesto que dichos asientos carecen de movimiento longitudinal.
Tracción total. Solo se asocia a la tracción delantera, lo que no debería ser mayor problema si la competencia siguiera su ejemplo. Pero ya que algunos rivales también ofrecen variantes 4×4 (léase Opel Mokka X o Nissan Juke), el modelo galo juega aquí un poco en desventaja.
Peugeot i-Cockpit. Alabado por unos y criticado por otros, lo cierto es que, dependiendo de la talla de cada uno, el puesto de conducción limita la visibilidad de algunos elementos de la instrumentación. El volante pequeño se ha diseñado para ver los relojes por encima, sin desviar la vista de la carretera. Sin embargo, el arco superior se interpone ante parte de la información. En el Peugeot 308, por ejemplo, el i-Cockpit está mejor resuelto.
Cambio automático. Está bien que Peugeot ofrezca la posibilidad de montar cajas de cambios manual y automática, pero la utilización de la segunda se limita a un solo motor. El 1.2 PureTech 110 es el único que puede asociarse a la caja EAT6 de seis marchas. Los diésel se quedan sin esta opción.
Freno de mano. No lo citamos como un elemento que pueda decidir o no una compra, pero el tamaño del pomo del freno de estacionamiento del Peugeot 2008 2017 es desproporcionado.