Gerardo Pérez, presidente de Faconauto (la patronal de los concesionarios), mostró hoy la preocupación del sector de los vendedores de coches por la situación en la que se encuentra el mercado en la actualidad y solicitó un mayor esfuerzo para revertir la crisis de ventas. Por ello, enumeró seis puntos estratégicos de vital importancia, seis peticiones, para el sector.
Esto lo hizo en la jornada inaugural del XXX Congreso de Faconauto al que asistió Reyes Maroto, ministra de Industria, Turismo y Comercio, y en el que estuvieron presentes de forma telemática algunos presidentes de Comunidades Autónomas como Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana; Ángel Víctor Torres, presidente de las Islas Canarias; o Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia.
Estas son las peticiones de los concesionarios al Gobierno para mejorar las ventas.
Aunque no sea una petición directa a implementar que beneficie al sector del automóvil o a los concesionarios en concreto, considera que la vacunación masiva permitirá la llegada de la normalidad a nuestras calles y nuestras viviendas.
Y, la consecuencia de esta normalidad es el regreso de la población a muchas de las actividades que actualmente tienen abandonadas lo que permitiría una reactivación económica del país, la generación de empleo, unos mayores ingresos de las familias y, por tanto, una recuperación del mercado de ventas de coches nuevos.
Entiende que el futuro de la automoción pasa por el cambio a las mecánicas eléctricas y que España debería implementar medidas que faciliten este cambio para todos los conductores independientemente de su nivel adquisitivo.
Recibió con alegría el anuncio de la nueva edición del Plan Moves, que estará dotado de 400 millones de euros, aunque este presupuesto se podría ampliar hasta los 800 millones, y entiende que este camino debería contemplar la apuesta por los híbridos como primer paso antes de la llegada de la implantación total de los coches cero emisiones.
El presidente de Faconauto incluyó una nueva edición del Plan Renove entre las peticiones de los concesionarios al Gobierno para revertir la situación de crisis del mercado. Y eso que la anterior edición apenas agotó el 17% de su presupuesto. Este nuevo plan debería contemplar la compra de coches gasolina y diésel, tal y como hiciera aquél, y tanto los particulares como las empresas debería estar entre los beneficiarios.
Sin embargo, para esta hipotética nueva edición propone algunos cambios que corrija los fallos del anterior. Espera que la dotación del gobierno aumente hasta los 1.000 euros por compra, una cifra que podría ser igualada por concesionarios y marcas por lo que el incentivo para el comprador sería mucho mayor: 2.000 euros.
Además, solicita que, en esta ocasión, sean los concesionarios los encargados de tramitar estas ayudas con el organismo público de turno, siempre que se garantice la solvencia económica del concesionario. Esto evitaría que fueran los propios compradores los que los las soliciten, un proceso complicado para muchos.
Considera que esta medida podría lograr aumentar en 100.000 unidades el mercado de este año, un mercado que José Vicente de los Mozos, presidente de Anfac (la patronal de los fabricantes de coches) y de Renault España situó en torno a las 850.000 unidades, una cifra que repetiría los guarismos logrados en 2020 y eso que enero comenzó el ejercicio con una caída superior al 50%.
Una de las medidas más novedosas se encuentra en la creación de un plan de achatarramiento para particulares con el que se incentivaría la entrega de vehículos antiguos sin la necesidad de que esta entrega forme parte de una compra de vehículo nuevo. Esta dotación económica debería ser superior a la que hoy hacen los desguaces a quienes quieren deshacerse de su coche.
De esta manera, se retirarían de nuestras calles muchos vehículos a los que apenas se les da uso; se eliminarían buena parte de los coches zombis; y se acabaría con el mercado de vehículos más viejos, que no clásicos, para después meterlos en fórmulas de compra del tipo Plan Renove o Plan Moves.
En la última petición de los concesionarios al Gobierno apunta a una reestructuración de la fiscalidad. Solicita revisar los impuestos que soportan. Y entiende que sería más oportuno aplicar una que se ajuste al uso y a la edad del vehículo, penalizando a los más longevos y favoreciendo la renovación del parque.
A esto añadió la revisión del impuesto de matriculación y de las tasas que han de soportar los coches eléctricos. De hecho, solicitó la reducción del IVA o la eliminación de este en la compra de coches eléctricos. Esto permitiría un aumento de las ventas de estos modelos que pasan por ser el futuro de la automoción, tal y como el propio Gobierno ha señalado en innumerables ocasiones.