Opel Manta: historia, modelos y prueba

No triunfó en Alemania, todo lo contrario que en nuestro país. Repasamos la historia del Opel Manta.

Texto: Jaime Queralt-Lortzing

Denostado como pocos en Alemania, nos lo mandaron para acá cuando allí ya no se vendía bien. Sin embargo, nuestro exiguo mercado de primeros de los 80 le permitió vivir una segunda juventud y ‘ser profeta’ en otra tierra.

De verdad, en Alemania ha sido uno de los coupés con peor purgatorio de la historia. Los chistes de leperos españoles eran traducidos al alemán atribuidos a conductores del Opel Manta.

Se decía que uno no era un auténtico Mantafahrer (conductor de Manta) si no llevaba una cola de zorro colgando de la antena. Llegó incluso a ser protagonista de una serie televisiva de ambiente barriobajero.

Pero todo eso desapareció, afortunadamente para nosotros, con su aterrizaje en España, dondeel modelo de Opel fue recibido con honores de deportivo resultón y con un precio relativamente aquilatado.

Nos llegó el llamado Opel Manta B, derivado coupé del Ascona B de 1975 y, casi podríamos decir, la última evolución del modelo con sus paragolpes de fibra, taloneras y alerón trasero, aparecida en 1982.

Opel Manta: motores

¿Motorizaciones en Alemania? Todas las del mundo Opel: arrancando en el 1.2 litros del más humilde, pasando por los 1.3, 1.6 y 1.8; hasta los 2.410 cc. del escasísimo Manta 400 (275 ejemplares construidos) Este mismo motor 2.4 lo montaron también los i240 de Irmscher. Los desconocidos i2800 e i300, también de Irmscher, montaron los seis cilindros de 2.8 y 3.0 litros respectivamente.

Pero todo eso en la Germania, aquí prácticamente sólo llegaron los 1.8 l., los GT/E y los GSI de 2 litros, inyección y 110 CV. Entre el modelo GT/E y el GSI, que hemos probado, sólo hay pequeñas diferencias, como el tapizado y la relojería. En todo lo demás es el mismo coche. Fue más un impulso de márketing dado en 1984 que otra cosa.

Opel Manta: versiones exclusivas

Un bicho raro: en Reino Unido, Vauxhall, que montaba el Cavalier (homólogo del Ascona), sacó 118 unidades de un extraño cabrio al que denominó Centaur. Y digo extraño porque mantenía un grueso arco de seguridad y un nervio central que unía éste con el parabrisas, muy al estilo del Triumph Stag.

Se supone que quedan unos 20 de estos, pero todos son RHD (volante derecha), así que poca euforia. Otra variante de la carrocería que nunca llegó a España, la denominada CC, eliminaba el tercer volumen conformando un portón trasero que se suponía que debía aportar utilidad. No era un coche pensado para ser utilitario, así que esta idea tampoco es que tuviese una gran aceptación.

Después de 13 años en catálogo (1975-1988) y 1.056.436 unidades producidas, el Opel Manta B se retiraba como el modelo más longevo de la historia de Opel.

Opel Manta GSI: prueba

Bien, vayamos con nuestro Opel Manta GSI de hoy. El puesto de conducción es suficientemente amplio e incluso las plazas traseras resultan aceptables.

El acabado que nos rodea es francamente bueno, pues se trata de la versión Exclusiv, con unos asientos Recaro y un atractivo volante de tres radios frente a nosotros. Si acaso, el cuadro se queda algo por debajo del conjunto, pero cabe achacárselo a la moda ‘ochentera’.

La verdad que, si me dan a elegir, por estética me quedo con el de las primeras series B con tres ‘relojes’ grandes, pero en fin. La palanca de cambios es corta y precisa, aunque pone sus pegas para encontrar la primera y sólo la primera. Es muy posible que esto fuera un desajuste de la unidad probada, que, por cierto, tenía la radio colocada en un aditamento extra sobre el túnel central (no en su lugar correspondiente como se aprecia en las fotos de catálogo), un tanto incómodo.

El caso es que el motor es muy elástico y, aún teniendo en cuenta que sus desarrollos son largos, mueve al Opel Manta GSI con bastante agilidad. En autopista, dado que la prueba tuvo lugar en Alemania, lo mantuve una buena tunda de kilómetros a un crucero de 160 Km/h y no se oyó una mala protesta.

Con el cuentarrevoluciones marcando sólo algo más de 4.000 vueltas, y la zona roja allende las 6.000, daba la impresión de que uno (velocímetro) u otro (cuenta), mentían en su lectura.

Una vez fuera de las míticas autobahnen y culebreando por las cercanías de Stühlingen, en plena Selva Negra, sale a relucir su tren trasero rígido. Mientras el firme sea bueno, no da problemas, pero en tramos bacheados ya hay que irle mirando de reojo, porque en cuanto te descuidas ‘levanta la pata’.

Ahora bien, teniendo, como tuve, la suerte de encontrarme un parking de tierra disponible y completamente vacío, puedo decir que pocas cosas hay más divertidas que hacerle ‘trompear’ a un lado y a otro durante un ratito. ¡Qué gozada de contravolante!

Opel Manta GSI: inversión

Si encontrara uno y pensase en comprarlo, creo que pondría bastante interés en detectar zonas de óxido en la carrocería. Este sí es un mal endémico del modelo. Detrás de los pasos de rueda delanteros, en las taloneras y bajo el maletero es donde más riesgo tenemos de dar con desagradables sorpresas.

También hay que vigilar las gomas de ajuste de las puertas, porque, al no tener arco, en cuanto están algo pasadas dejan entrar el aire y, por ende, el agua.

Todavía no han despegado los precios de adquisición de los Opel Manta GSI en nuestro país, pero no tardarán. Sobre todo porque, como nos ha pasado con tantos otros, a pocas unidades les hemos dado la oportunidad de llegar intactas a nuestros días. Así que si os gusta, apuraos.

Opel Manta GSI: ficha técnica