Opel mantuvo en letargo las siglas GSi durante más de dos décadas, para añoranza de sus seguidores. Ahora, una vez las ha devuelto a la vida para volver a denominar a las versiones más radicales de sus modelos, le ha llegado el turno al acabado familiar de su berlina. Así se presenta, el nuevo Opel Insignia Sports Tourer GSi 2018, un modelo que permitirá disfrutar de la pasión por la deportividad a todos, sin dejarse nada ni a nadie atrás. Llega con tracción total y dos motores, gasolina y diésel, y ambos con potencias que superan los doscientos caballos, tal y como se espera de una estética rompedora como ésta.
Su imagen ha sido cuidadosamente diseñada para combinar el perfil familiar del Station Wagon con el espíritu deportivo de unas siglas que tienen que demostrar hoy el por qué de su leyenda. Su frontal cambia con respecto al Opel Insignia ‘estándar’ en el parachoques, ahora más bajo, con prominentes entradas de aire y detalles cromados. En los laterales se han incluido taloneras y en la zaga el paragolpes se ha rediseñado para que sea más bajo al mismo tiempo que se ha insertado un pequeño alerón en la parte alta de la luna trasera.
Su habitáculo es un derivado del acabado más completo que ofrece el Insignia Sports Tourer, aunque se han añadido detalles que le imprimen más carácter. Destacan los nuevos asientos, de estilo baquet y con los reposacabezas integrados en el respaldo. No solo disponen de la certificación AGR (lo que garantiza que son buenos para la espalda según una entidad alemana) sino que además son calefactables, ventilables y pueden dar masajes. Atrás, ofrece un maletero que alberga 560 litros de capacidad, aunque al abatir la segunda fila de asientos, alcanza los 1.665.
Llega con dos motores en oferta, el primero diésel biturbo de 2 litros y 210 CV con un par de 480 Nm unido a una caja automática de 8 velocidades que lleva el velocímetro hasta los 231 km/h, y un gasolina de 2 litros y 260 CV con turbocompresor e inyección directa y un par de 400 Nm que alcanza los 245 km/h. Recordemos que estamos hablando de un familiar que en esta nueva generación ha ampliado el espacio de las plazas traseras para una mayor comodidad de sus ocupantes.
Ante tal potencia se han revisado otros elementos mecánicos como la suspensión, ahora con los muelles más cortos para rebajar la carrocería en 10 mm y se han incluido amortiguadores deportivos para reducir los balanceos en curva. La potencia la transmitirán al suelo neumáticos de alto agarre montados sobre llantas de 20 pulgadas. Y para detener tal ímpetu de fuerza, el sistema de frenada ha sido diseñado y desarrollado por Brembo. Ahora dispone de frenos de disco de 345 mm con cuatro pistones.
Al volante uno encuentra 4 modos de conducción: Standard, Tour y Sport, y una última llamada Competición que, entre otros cambios, supone la desactivación del ESP. De alguna manera se debe notar que su respuesta deportiva ha sido afinada en el alemán circuito de Nordschleife.
Por el momento se desconoce el precio con el que llegará, ni el día que se podrá ver en los concesionarios.