El uso del teléfono móvil al volante sigue siendo uno de los quebraderos de cabeza para los organismos de tráfico de todo el mundo. Es una de las principales causas de accidente, pero muchos conductores lo siguen practicando, a pesar de perseguirse de todas las formas posibles. Pero parece que la solución para eliminarlo de raíz ha llegado y lo hace en forma de unos nuevos radares de tráfico.
Hablar o enviar mensajes con el móvil mientras se conduce causa 390 muertes en accidente de tráfico al año. Son los datos del último estudio realizado a este respecto, elaborado por la Fundación Línea Directa, en colaboración con el INTRAS. Así, esta infracción se coloca como la tercera causa de fallecimiento en accidente de tráfico, con un 20%, por detrás del exceso de velocidad (29%) y el consumo de alcohol (26%).
Por ello, en muchos países, como en Australia, se están poniendo en marcha soluciones tecnológicas para perseguir y castigar esta conducta. Los nuevos radares de tráfico creados para este fin utilizan tecnología de última generación para captar imágenes, además de inteligencia artificial para descartar, por sí mismos, qué imágenes han cazado la infracción y cuáles no. Una innovación que agiliza y hace más preciso el proceso de sanción.
Se llevan probando en Australia desde el pasado verano, según recoge Hipertextual, y son tremendamente efectivos. Así, han superado con éxito el periodo de pruebas. Su eficacia parece estar fuera de toda duda después de conocer las cifras facilitadas por el gobierno del estado de Nueva Gales del Sur, donde se ha realizado la experiencia piloto: en poco más de seis meses, han detectado más de 100.000 infracciones relacionadas con el uso del teléfono móvil.
Pero, más allá de su rapidez para gestionar imágenes y descartar las que no valen, estos radares incorporan una cámara de vídeo de alta definición, que además está especialmente creada para enfocar con precisión el espacio del conductor. Las hay móviles y fijas, por lo que se pueden encontrar en el lugar más inesperado, y además funcionan también de noche y con todo tipo de condiciones climatológicas adversas.
Visto el éxito de su periodo de pruebas, las autoridades de Nueva Gales del Sur han decidido seguir adelante con estos radares, ampliando su número hasta 45 hasta 2022, para controlar más de 135 millones de vehículos por año. El objetivo final, aseguran los responsables de este programa de seguridad vial, es reducir un 30% el número de fallecidos en accidente de tráfico para 2021.
Es una de los grandes dudas que pueden surgir tras conocer estos nuevos radares de tráfico. Por una lado, la DGT aún no se ha pronunciado sobre nuevas medidas para atajar el uso del teléfono móvil al volante, pero por el otro ya es conocida su buena acogida de nuevos sistemas de vigilancia, así que todo es posible. Actualmente, se vale también de más de 200 cámaras de alta definición fijas, situadas mayoritariamente en los postes y pórticos de las carreteras. Este verano, como novedad, ha introducido también los drones.
Además, la Guardia Civil de Tráfico ha usado en los últimos meses furgonetas camufladas para detectar con mayor efectividad la utilización del móvil en el coche. Se valen de la mayor altura del vehículo para divisar al infractor, que habitualmente suele ocultar el dispositivo en sus rodillas para no ser visto desde el exterior.