Así va el nuevo SsangYong XLV

Conducimos, por primera vez, el SsangYong XLV

El fabricante coreano nos ha brindado la posibilidad de conducir el nuevo SsangYong XLV. Se trata de un modelo peculiar, con la estética de un todocamino, asociado al espacio y practicidad de un monovolumen. De hecho, los responsables de la marca están convencidos que ocupará una posición destacada, justo por debajo del SssangYong Rodius, de siete plazas.

Máxima capacidad

Lo primero que llama la atención del nuevo SsangYong XLV son las compactas dimensiones de su carrocería. En apenas 4,44 metros de longitud, similar a un Ford C-MAX o un Citroën C4 Picasso, el vehículo oriental ofrece cinco cómodas plazas más un maletero con un capacidad de 720 litros. Sin duda, es el mejor aval para enfrentarse a rivales con una trayectoria más dilatada en nuestro mercado. Además, la altura libre al suelo, cifrada en 16,7 centímetros, le permite circular por pistas en buen estado con ciertas garantías, algo que la mayoría de monovolúmenes compactos no pueden hacer.

Elección simplificada

De inicio, el SsangYong XLV ofrece una oferta mecánica reducida. En gasolina, el único representante es el G16 con un motor de cuatro cilindros, 1,6 litros de cilindrada y 128 CV. La alternativa alimentada por gasóleo se denomina D16T y se trata de un propulsor turbodiésel, de 1,6 litros con una potencia de 115 CV. En todos los casos, la tracción es delantera y las cajas de cambio disponibles son una manual de seis velocidades y otra automática con convertidor de par, con el mismo número de marchas, fabricada por Aisin. Ambos motores incluyen, de serie, un sistema de parada y arranque automáticos del motor Stop/Start.

Ágil y práctico

Como te decíamos, ya hemos tenido ocasión de conducir el nuevo SsangYong XLV y las primeras impresiones son muy positivas. Ambas mecánicas son capaces de mover con soltura y dinamismo el conjunto; el gasolina de una forma más suave y silenciosa y el turbodiésel, más enérgico, sobre todo a bajo régimen debido a que entrega el par máximo a partir de 1.500 rpm. La insonorización del habitáculo es aceptable y el conductor disfruta de un puesto de conducción, más o menos elevado, que le permite disfrutar de una buena visibilidad. La dirección no acusa un exceso de asistencia, eliminando cualquier atisbo de “artificialidad” en su funcionamiento. Además, la caja de cambios manual presenta un escalonamiento entre marchas bien planteado, que permite sacarle todo el potencial a ambos motores. A la espera de una oferta mecánica más amplia, de los dos motores disponibles, el de ciclo diésel se adapta mejor a la genética del XLV. El motivo es lógico de entender. Con un maletero de este calibre, lo lógico es que se utilice con frecuencia… a plena capacidad y en ese caso, el motor turbodiésel mueve el conjunto con mayor brillantez. En resumen, una alternativa al monovolumen compacto tradicional, con una estética distinta, similar a un SUV, que resolverá las dudas de espacio a más de un padre de familia indeciso.

Precio de derribo

Respecto a los acabados disponibles son tres: “Line”, “Premium” y “Limited”. Todos incluyen una garantía oficial de cinco años o 100.000 kilómetros y según la versión elegida puede llevar hasta siete airbags, climatizador automático bizona con función de memoria, llantas de aleación de hasta 18 pulgadas así como diferentes sistemas multimedia que aseguran la máxima conectividad. De igual forma, el fabricante coreano pone a disposición del cliente un interesante listado de opciones. La última sorpresa del nuevo SsangYong XLV viene de la mano del precio. La versión de acceso G16 Line tiene un coste de 18.900 €. Sin embargo, al aplicarle el descuento oficial, cifrado en 2.250 menos, la cifra resultante se rebaja hasta los 16.650 €. Sin duda, otro argumento a favor del vehículo coreano.