Si hace unos días te contábamos que el plan PIVE y el MOVEA podrían fusionarse, poco a poco se van conociendo más detalles de la nueva edición de este plan. El borrador excluye, por primera vez, los motores diésel convencionales de las ayudas y cuestiona también a algunos de los movidos por gasolina.
La gran diferencia entre las emisiones de los coches que cumplen la normativa Euro 6 en las pruebas de laboratorio y los niveles de óxidos de nitrógeno que aparecen en las pruebas de conducción real es tan elevada que supera el 400 % cuando se conduce, de lo que se ha declarado. Este es uno de los principales factores que ha llevado a la Unión Europea a alzarse en guerra contra los vehículos diésel.
Cada día está peor visto conducir un vehículo diésel y la caída de las ventas en España así lo demuestra. Han pasado de representar el 76 % de las ventas en el año 2015 a solo rozar el 50 % este pasado mes de mayo.
Se acabaron las ayudas
El futuro no pinta demasiado bien para los coches diésel. El proyecto de Ley de Presupuestos del Estado destina 66,6 millones de euros a la adquisición de vehículos nuevos. Esta vez, sin embargo, las ayudas solo irán destinadas a la compra de vehículos de bajas emisiones o movidos por energías limpias y alternativas como la eléctrica, el gas natural licuado (GLP) o el gas natural comprimido (GNC).
Siguen sin conocerse los detalles exactos de las cuantías. El anterior plan PIVE ofrecía una ayuda de 750 euros si achatarrabas un coche de más de 10 años, mientras que el plan MOVEA ofrecía hasta 5.500 euros si comprabas un coche híbrido o eléctrico.
El Ministerio de Economía y Competitividad ha defendido esta medida para conseguir un parque automovilístico más respetuoso con el medio ambiente y niega que trate de perjudicar a los vehículos diésel. Desde la patronal española de fabricantes de coches, Anfac, han pedido que se mantengan estas ayudas a los vehículos de gasoil ya que todos los nuevos vehículos que salen a la venta ya cumplen con la normativa Euro 6.
¿Dejarán de existir en un futuro cercano?
Muchas grandes ciudades se están planteando ya restringir el acceso al centro a los vehículos diésel. Entre ellas, se encuentran Madrid y Barcelona, con el fin de mejorar la calidad del aire de los núcleos más poblados y reducir los episodios de alta contaminación.
Los fabricantes también tienen en mente dejar de incluir modelos diésel entre sus gamas. Volvo ya ha anunciado que dejará de fabricar estos motores en 2023. La compañía sueca, además, quiere apostar fuerte por los motores eléctricos y centrarán todos sus esfuerzos en conseguirlo.
Renault también ha informado que, a partir de 2020, ya no fabricarán más coches diésel, ya que las normas de emisiones provocarán que cada vez sean más caros. Por su parte, PSA quiere que el 80 % de los modelos que fabriquen en 2026 tengan su propia versión eléctrica.