Desde el pasado 20 de mayo, las pruebas de la ITV han incluido algunas modificaciones para hacer que las revisiones de los vehículos sean más completas. El objetivo es reducir el número de víctimas al volante y, para ello, el primer paso es garantizar que todos los vehículos estén en un estado óptimo para circular.
A partir de este año, los conductores pueden pasar la inspección técnica antes de la fecha prevista, sin que esto altere el día en el que se tendrá que realizar la siguiente; las segundas revisiones no tendrán por qué realizarse en el mismo centro donde no se superó la primera, y, además, se prestará más atención al estado de los neumáticos. Al fin y al cabo, son los elementos que nos conectan a la carretera y, por ello, requieren un análisis más exhaustivo.
Estos son solo algunos de los cambios en la ITV que ya han entrado en vigor, pero lo cierto es que hay otros que todavía no se han hecho efectivos y que empezarán a hacerlo a partir del próximo 10 de septiembre, según explican desde TÜV Rheinland.
El control de los niveles de emisiones de los vehículos es una de las metas más apremiantes de nuestros días. Necesitamos mejorar la calidad del aire en las ciudades y, por esta razón, las Inspecciones Técnicas de Vehículos deben contribuir a vigilar los gases que emiten los vehículos. A partir del próximo lunes, todos los centros ITV realizarán lecturas OBD obligatorias, para comprobar que los sistemas de control de emisiones funcionan correctamente.
Es un protocolo que se aplicará a los coches fabricados a partir de 2006. Es decir, los vehículos ligeros Euro 5 y Euro 6, así como los vehículos pesados Euro VI. Pero, es importante destacar que se trata de un test complementario. No sustituye a las pruebas convencionales de gases contaminantes, por lo que estas se seguirán realizando adaptándolas a las nuevas tecnologías.
Además, estas lecturas OBD no solo podrán detectar si hay fallos en los sistemas de control de emisiones. De hecho, serán diagnosis electrónicas que también pueden detectar manipulaciones en el sistema del vehículo, alteraciones en el cuentakilómetros, comprobar el funcionamiento de los airbags, etc.
Por tanto, será una medida que ayude a que los coches estén más controlados en términos generales. No solo en las cuestiones que contribuyen a reducir las emisiones de gases contaminantes.