El Citroën AX GTI, tras cumplir 25 años a la sombra del Renault 5 GT Turbo y del Peugeot 205 GTI, debe ser reivindicado.
El Citroën AX GTI es un pequeño deportivo francés, un juguete ágil, divertido y efectivo como pocos que, sin embargo, no cosechó un alto volumen de ventas en España. Texto: Enrique Marco. Fotos: Jesús María Izquierdo.
Citroën AX GTI: historia
En la primavera de 1986, las revistas especializadas comenzaban a informar de la inminente llegada del nuevo Citroën AX, el coche encargado de tomar el relevo de los veteranos 2CV y LNA, un práctico utilitario que se iba a fabricar en España (Vigo) y que pelearía en el mercado con los Fiat Uno, Renault 5, Peugeot 205, etcétera. Su carta de presentación presumía de un bajo peso, una buena aerodinámica y reducidos consumos. Al principio salió con tres opciones de gasolina de 45, 55 y 65 CV de potencia –motores ya vistos en los Citroën Visa–. Inicialmente el Citroën AX conviviría con el Visa (hasta el 88), al que poco después ‘jubilaría’, y dejaría al Citroën BX como opción inmediatamente superior. Los periodistas probaron el Citroën AX por primera vez en septiembre de 1986, y en marzo de 1987 saldrían las primeras unidades de Vigo para los concesionarios españoles. Su campaña publicitaria del niño oriental haciendo un gesto de victoria con los dedos de la mano y con el eslogan de “¡Genial!” pasaría a la historia del marketing.
A los pocos meses del inicio de su comercialización llegan dos versiones deportivas: GT y Sport. El Citroën AX GT montaba la mecánica de 1.360 cm3 que, alimentada por un carburador doble, proporcionaba 85 CV para solo 720 kilos. Costaba 1,3 millones de pesetas y se vendió bastante bien, además de que su imagen se ligó rápidamente a la competición gracias a la exitosa Copa AX de circuitos. Por su parte, el Citroën AX Sport – ‘primo hermano’ del Peugeot 205 Rallye, de posterior aparición y con mayor éxito de ventas en España– contaba con el motor 1.294 cm3 de 95 CV y costaba 1,7 millones de pesetas.
Su alimentación mediante dos carburadores Solex de doble cuerpo, unida a la ligereza (715 kilos) y al grupo corto, le proporcionaban unas sensaciones muy vivas, si bien no hacía concesiones ni al lujo ni al confort. Se vendieron muy pocos en España, por lo que hoy es un clásico muy interesante, aunque más delicado de tener a punto y menos refinado que nuestro protagonista de hoy. Tras cinco años de excelente acogida en los mercados –y muy cercano en el tiempo a la sustitución del Citroën BX por el Citroën ZX–, a mediados de 1991 Citroën introduce un notorio restyling en el Citroën AX –también llamado fase 2– a la vez que presenta nuevas versiones. Por fuera, los nuevos Citroën AX adquieren paragolpes de diseño más envolvente, nueva parrilla delantera y grupos ópticos rediseñados, si bien el cambio más notorio se produce en el salpicadero, totalmente actualizado con un diseño más moderno y cuidado.
Sin duda alguna, el buque insignia del renovado Citroën AX sería el GTi, el cual con la base mecánica del GT, pero con la inyección electrónica Motronic, ganaba 15 CV para situarse en la barrera de los 100 CV. Además, dicha versión pasaría a ser con la que se disputarían las espectaculares copas AX de circuitos. El Citroën AX GTi llegaría así al mercado español en verano del 91 con un precio de 1.668.857 pesetas, prácticamente lo mismo que costaría su ‘primo hermano’ el Peugeot 106 XSI, que compartía el motor TU de PSA con idéntica potencia y que llegaría a los concesionarios tres meses después.
Ambos sustituían a los todavía vigentes Citroën AX Sport y Peugeot 205 Rallye con la misma receta de agilidad y eficacia pero combinada con un refinamiento y confort de marcha muy superior. La inyección Bosch Motronic MP 3/1 les aportaba una respuesta más elástica y una mayor fiabilidad, además de menor nivel sonoro. Como complemento los acabados del Citroën AX reestilizado –así como del Peugeot 106 respecto al 205– mejoraban sustancialmente. El Citroën AX GTi estrenaba un alerón ubicado en la parte alta del portón superior que, junto a las siglas GTi y a las nuevas llantas de aleación, le diferenciaban exteriormente del resto de la gama AX. Su puesto de conducción mejoraba con un nuevo volante deportivo y un tablero de mandos más completo, aunque hoy día lo vemos como muy austero.
Ofrecía el ABS como opción, además de contar como dotación estándar con cierre centralizado, elevalunas eléctricos delanteros o faros de largo alcance –que no antiniebla– entre otras cosas. El aire acondicionado, como era habitual a principios de los 90, se ofrecía como extra de concesionario, no de fábrica. Técnicamente, se conservaban las llantas de 13 pulgadas –en este caso unas Speedline de aleación–, y bajo las ruedas traseras se mantenían los tradicionales tambores, mientras que bajo las delanteras se montaban unos discos ventilados de 247 mm de diámetro.
Caja de cambios de 5 velocidades
La caja de cambios de 5 velocidades y un grupo final bastante corto completaban un conjunto de vocación claramente deportiva. El peso del Citroën AX GTi (795 kilos), aunque superaba notablemente al de su predecesor, era de los más bajos de la categoría, algo que compensaban sus rivales con mayor potencia. Y es que los 100 CV del AX a muchos clientes pudieron parecerles pocos comparados con los 118 CV del Fiat Uno Turbo, los 133 CV del Ford Fiesta Turbo, los 130 CV del Peugeot 205 GTI o los 120 CV del Renault Supercinco GT Turbo –o los 140 CV del Renault Clio 16v, ya que Renault sustituía por esas fechas a su utilitario deportivo–.
Cierto es que el Citroën AX GTi era más económico que sus rivales, pero con una diferencia muy escueta en la mayoría de los casos como para no dejarse llevar por el tirón del dato de potencia máxima. Quizá por ello es por lo que nuestro protagonista tuvo que vivir a la sombra de las vacas sagradas de la época. Tras cuatro años a la venta, y los últimos tiempos con una versión catalizada de 95 CV, el Citroën AX GTi cedería su puesto en 1996 al nuevo Citroën Saxo 1.6 VTS 16v de 120 CV, el cual mejoraría notablemente las ventas de su predecesor y serviría de base a partir de ese año para la Saxo Cup (subido a 140 CV), al igual que la Copa AX muy disputada y seguida por los aficionados Pero como decíamos al principio, esas bajas cifras de ventas –no tan bajas en Francia, lógicamente– le convierten hoy día en un automóvil muy interesante desde el punto de vista de los coleccionistas, interés incrementado por la profunda relación que tuvo con el mundo de la competición, especialmente con las animadas copas monomarca.
Citroën AX GTI: prueba
Por esto mismo, es una suerte localizar una unidad de este peculiar coche. Esta vez nos hemos trasladado a la Sierra del Moncayo, y más concretamente al Monasterio de Veruela, cerca de Tarazona (Zaragoza) para probar e inmortalizar esta unidad de Dani, un turiasonense entusiasta de los Citroën AX GTi; tanto que tiene dos, este que podéis ver en las fotos del reportaje y otro de competición para participar en rallies de asfalto.
Adquirido en 2003 y restaurado por completo hace ahora tres años, este Citroën AX de octubre de 1991 presenta diversas mejoras mecánicas, si bien su exterior muestra un aspecto prácticamente idéntico al que tenía cuando salió del concesionario. Precisamente, hace tres años lo desmontó para repasar, pintar, devolver los paragolpes a su originalidad –estaban pintados con la pintura de la carrocería para que brillasen más– y en resumen dejarse un coche de capricho.
Cierto es que vamos a enumerar varios cambios técnicos que ha ido incorporando, pero todos ellos están realizados con coherencia, casi todos tomados de su sucesor (el Citroën Saxo 16v) o de la industria auxiliar (amortiguadores Bilstein y muelles Apex); y siempre llevados a cabo con respecto hacia el modelo original y con el único objetivo de mejorar ligeramente su comportamiento dinámico. Nos ponemos al volante, con su propietario como copiloto para que nos vaya contando, y lo primero que comentamos es la ‘anti-deportiva’ posición de conducción. La banqueta es alta y el volante queda muy bajo, pero bueno, es un utilitario, no un coupé o roadster… Una vez familiarizados con nuestra peculiar postura, rápidamente comenzamos a pillarle el gustillo a su tremenda agilidad y brillante respuesta mecánica.
Su cortísima distancia entre ejes (2,28 metros), su llantas de solo 13 pulgadas y su bajo peso (795 kilos) unido a la firmeza de la suspensión hacen que pensemos que estamos conduciendo ¡un kart! Cierto es que, según nos confiesa Dani, el conjunto de muelles y amortiguadores deportivos montados en esta unidad rebajan la altura unos 3 centímetros y proporcionan una mayor sujeción, pero no resultan radicales ni, por tanto, incómodos. Otro extra de este superviviente es la dirección asistida, tomada de un Citroën Saxo, con la cual se facilitan las maniobras en parado a la vez que se mantiene el tacto directo y preciso en carreteras de curvas.
Citroën AX GTI: en peligro de extinción
Nuestra unidad monta igualmente el aire acondicionado, por lo que entre unas cosas y otras Dani ha logrado un coche muy utilizable para cualquier función, aunque todas las modificaciones se han efectuado con un criterio bastante lógico y respetuoso. Incluso si abrimos el capó, vemos la tapa de balancines pintada en rojo y con el anagrama de Citroën Sport, pero en cualquier caso se trata de ‘maquillajes’ que le sientan bastante bien a un coche como este. En la actualidad, resulta muy difícil encontrar un Citroën AX GTi a la venta, del cual, si está en un estado de capricho como este, nos podrían pedir unos 3.000 o 4.000 euros –si está regular, prácticamente regalado–; una cantidad que en cualquier caso es prácticamente la mitad de lo que nos pedirían por las dos referencias francesas de la época en este segmento: Renault Supercinco GT Turbo y Peugeot 205 GTI.
Avisamos, ahora que ha cumplido los 25 años, y teniendo en cuenta que hay tan pocas unidades, de que es el momento de hacerse con un Citroën AX GTi, no vaya a ser que –como sucedió con los otros dos rivales mencionados– en el transcurso de unos pocos años se vaya a doblar su cotización.
Citroën AX GTI: ficha técnica
Modelo | Citroën AX GTI |
Disposición | Delantero transversal |
Cilindrada | 1.360 cm3 |
Diámetro por carrera | 75 x 77 mm |
Potencia/régimen | 100 CV-76,3 KW/ 6.800 rpm |
Par/régimen | 13 mkg/4.200 rpm |
Alimentación | Inyección Bosch Motronic MP 3/1 |
Compresión | 9,6:1 |
Distribución | Árbol de levas en cabeza accionado por correa dentada |
Combustible | Gasolina |
Tracción | Delantera |
Caja de cambios | Manual 5 velocidades |
Relación de cambio | 1ª 3,41:1 2ª 1,95:1 3ª 1,35:1 4ª 1,05:1 5ª 0,85:1 |
Relación final | 3,91:1 |
Tipo | Monocasco autoportante |
Carrocería | Utilitario 3 puertas (5 plazas) |
Suspensión delantera | Independiente tipo McPherson, muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos, barra estabilizadora |
Suspensión trasera | Ruedas independientes tiradas por brazos longitudinales, amortiguadores hidráulicos, barra estabilizadora |
Dirección | Cremallera |
Frenos | Discos de 247 mm (del.), tambores (det.) |
Consumo | A 90 km/h: 4,9 /100 km A 120 km/h: 6,6 /100 km Urbano: 8,3 /100 km |
Longitud/anchura/altura | 3.520/1.590/1.350 mm |
Vías/Dist. entre ejes | 1.380-1.300/2.280 mm |
Peso en vacío | 795 kg |
Medida llanta | 5,5J 13” |
Medida neumáticos | 185/60 R13 |
Capacidad del depósito | 43 litros |
0 a 100 km/h | 9,4 s |
Velocidad máxima | 190 km/h |
Relación peso/potencia | 7,95 kg/CV |
Precio | 1.668.857 pesetas |