A partir del 1 de noviembre desaparecerán del mercado los neumáticos menos eficientes en los países de la Unión Europea. Éstos se corresponden con los de las clases F y E (estos últimos sólo los de resistencia a la rodadura superior a 9) de la etiqueta de neumáticos europea.
La prohibición está basada en el Reglamento comunitario nº 661/2009, que se aplica desde 2012 y califica a los neumáticos en siete clases (A, B, C, D, E, F y G) dependiendo de su eficiencia y contribución al gasto de combustible. De la escala, las clases A, B y C se corresponden con los neumáticos eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
La clase F es la segunda clase de neumáticos que ya no se podrá vender, después de la retirada del mercado de los de la clase G en 2014. Todo forma parte de un plan promovido hace una década desde la Comisión Europea para reducir las emisiones de dióxido de carbono, emisiones en las que los neumáticos tienen mucho que ver.
Todo viene determinado por la resistencia a la rodadura de la goma. Según el RACE, una mayor resistencia supone mayor oposición a la rotación del neumático, que repercute directamente sobre el movimiento, el motor y el consumo de combustible. Este último será proporcionalmente mayor a la resistencia, lo que generará más gases nocivos a la atmósfera. Así, un neumático de clase G consume un 20% más de combustible que uno de la A (6 l más por cada 600 km).
La entrada en vigor de la etiqueta de neumáticos comunitaria, hace ya casi siete años, pretende incrementar la eficiencia de las cubiertas, desechando progresivamente las más ineficientes, inseguras y contaminantes. El objetivo es reducir las emisiones de CO2 en 20 millones de toneladas al año.
Además, las autoridades europeas instan a los consumidores a circular con neumáticos de las tres primeras clases: A, B o C. La primera, por ejemplo, otorga una mejor frenada, especialmente en pavimento mojado, 13,5 m más corta que los de clase E. Por otro lado, propicia un ahorro en carburante cifrado en 300 euros durante toda su vida útil.
Además de la clase según el consumo de combustible y la distancia de frenado, la etiqueta del neumático también informa del nivel de ruido de la rodadura exterior. Se indica a partir del número de ondas de un altavoz: una onda supone la mejor eficiencia, con 3 dB por debajo del límite legal (71 – 74 dB), dos ondas significa dentro del límite y tres ondas fuera de él (+ 6 dB), un nivel que se prevé quede prohibido en el futuro.