Litchfield ha metido en su laboratorio a uno de los vehículos con más potencia producidos en cadena de producción hoy día, y ha conseguido elevar su potencia desde los 542 CV con los que sale de fábrica hasta los 1.200 CV.
Para conseguirlo el proceso no ha sido fácil, pues se han tenido que revisar prácticamente todos los componentes del vehículo. Y es que para mover un vehículo con tal potencia también hay que ajustar el resto de elementos para que el vehículo no se descontrole cuando esté en circulación, y sobre todo cuando busque extraer todo el rendimiento de su potencial. Se han utilizado técnicas derivadas de la aviación y de la competición, con una infinidad de cambios que afectan incluso al chasis.
Lo mejor de todo es que estas mejoras están a la venta por lo que cualquier interesado podrá hacer de su GT-R un vehículo supersónico. Eso sí, se va a tener que rascar bien la cartera.
Revisión a fondo
Litchfield ha revisado la centralita y el motor V6 al completo. Y pocos son los elementos de serie que permanecen sin variación. Se han revisado los pistones, las bielas, el cigueñal, los cilindros… y así hasta una larga lista que permitirá desde ahora resistir al motor la fuerza que tendrá que soportar en su interior.
Un elemento que cambia por completo es el intercooler, el cual se intentó adaptar a las nueva necesidades de entrega de potencia, aunque finalmente se decidió rediseñar y hacerlo desde cero. Con el nuevo aumenta la presión de 1 bar a entre 1,2 y 1,3. Igual sucede con las suspensiones, se han instalado unas nuevas suspensiones a las que se les ha cambiado la posición en los soportes, así como el grado de inclinación sobre la rueda. Pero no todo es velocidad, también se han previsto tres tipos de reacciones: Confort, Normal y Competición. Habrá momentos en los que el coche circule con normalidad y el propietario desee ir cómodo.
Pero todo esto hay que frenarlo. Para ello se han cambiado los discos de freno, puesto que con el tiempo, y con las presiones que se ejercía sobre ellos, terminaban por agrietarse. Se han instalado unos nuevos discos, pinzas de freno y zapatas. Los hay de varios tamaños, pero pueden llegar hasta los 400 mm en las ruedas delanteras.
Importancia de la estética
Finalmente también se han incluido algunos elementos aerodinámicos que mejoran no solo el aspecto del vehículo sino que también le ayudan a perder peso y asentarlo mejor sobre la carretera. Además, de espoilers, taloneras y un nuevo alerón, se han sustituido algunos elementos de la carrocería por otros similares pero construidos con fibra de carbono. Así se ha conseguido una notable reducción de peso y que vaya aún más pegado a la carretera.