La mascarilla es un elemento más en nuestro atuendo diario. No podemos salir de casa sin ella. El motivo es evitar la exposición al Covid-19 y minimizar el riesgo a nuevos contagios, algo de vital importancia cuando nos enfrentamos a una posible cuarta ola. El coche no es una excepción y son varias las regulaciones que existen sobre el uso de la mascarilla en el coche con el peligro subyacente de que nos pongan más de una multa por el mal uso de esta. Alguna de ellas conlleva la pérdida de puntos.
Existe la posibilidad de no usarla, pero solo cuando viajemos solos o con convivientes (personas con la que compartimos domicilio). En el resto de los casos debemos llevarla (aunque excepciones que analizamos al final). Así, si dos o más personas que no estén domiciliadas en la misma vivienda son detectadas sin mascarilla, la multa será de 100 euros, una sanción que no conlleva la pérdida de puntos.
Cabe recordar que el uso de la mascarilla está regulado por la ley 2/2021 del 29 de marzo.
El resto de multas que puede conllevar el mal uso de la mascarilla en el coche
En esta misma ley se especifica que en caso de llevar colgada la mascarilla del retrovisor puede suponer una sanción de 80 euros pues se entiende que esta puede dificultar la visión del conductor y, por tanto, comprometer la seguridad vial. En este caso, tampoco conlleva pérdida de puntos.
Sin embargo, la más llamativa, y la que supone una sanción mayor tanto en lo económico como en la resta de puntos, es la que mereceríamos al quitarnos la mascarilla mientras conducimos.
En este caso, la multa es de 500 euros y la pérdida de 6 puntos del carné de conducir. El motivo es que se considera distracción y, por tanto, se entiende que retiraremos la vista de la carretera o las manos del volante por lo que no podríamos dar la correspondiente respuesta en caso de peligro inminente.
Excepciones para el uso de la mascarilla al volante
Sin embargo, hay excepciones para el uso de la mascarilla en el coche, más allá de la compartir vehículo con convivientes. El obligatorio el uso de la mascarilla cuando quienes viajan no son convivientes, salvo:
- Si se acredita enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por el uso de la propia mascarilla
- Se trata de una persona con discapacidad o dependiente, si no dispone de autonomía para ponerse o quitarse la mascarilla
- Portarlas le supone una alteración de la conducta. Solo en estos casos, tal y como sucede también en la vía pública, uno podrá quitarse la mascarilla.
Además, entre las recomendaciones varias que realizan las autoridades está la de desinfectar cada cierto el vehículo, especialmente cuando viajan personas que son ajenas a nuestro entorno.
Y la de viajar con las ventanillas abiertas, valdría con una rendija, que permitan una renovación continua del aire y, con ello, rebajar el peligro del contagio.