La instalación de cámaras de vídeo en el coche, también llamadas dashcam, en España no es habitual, no así en otros países de nuestro entorno como Italia, o Rusia donde estas se han convertido en una necesidad para dirimir la culpabilidad en caso de accidente. Aquí, quien la utiliza suele ser por el gusto de grabarse haciendo una ruta o por la curiosidad de saber qué acontece cuando conducimos. Sin embargo, esta práctica puede salir cara, muy cara. Un conductor de Toledo ha sido sancionado con 1.500 euros por tener instalada una en su vehículo.
Y no ha sido Tráfico, como cabría esperar en este caso quien ha impuesto la sanción, sino la Agencia de Protección de Datos tras ser detectado por una patrulla de la Guardia Civil. El motivo de la multa ha sido el de “obtener imágenes de espacios públicos”, algo que se considera “una competencia exclusiva de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, según recoge la resolución de la sanción que recoge El Mundo.
Es punto crítico de este caso y esta cámara es que fue detectada con el coche detenido y aparcado y con la cámara orientada hacia la calle. Podía grabar todo cuanto sucediera alrededor (“orientado de tal manera que le permite controlar espacio público, sin causa justificada”) lo que ponía en compromiso la privacidad de los vecinos por lo que estaría vulnerando lo indicado en el artículo 5.1 c) del RGPD.
Es aquí cuando el escrito recuerda que “los particulares son responsables de velar por que los sistemas instalados se ajusten a la legalidad vigente, acreditando que la misma cumpla con todos los requisitos exigidos por la normativa en vigor”. Una cámara de este tipo se tendría que utilizar “con un preceptivo cartel informativo, indicando los fines y responsable en su caso de los datos de carácter personal”.
Y, pese a lo indicado, pone en duda que se puedan utilizar en el espacio público: “Las cámaras deben estar orientadas preferentemente hacia el espacio particular, evitando intimidar a vecinos colindantes con este tipo de dispositivos, así como controlar zonas de tránsito de los mismos sin causa justificada”.
Estas cámaras son de fácil adquisición en tiendas de electrónica e internet. En este caso se trataba de una cámara Xiaomi My Home Security (se puede encontrar por poco más de 30 euros), una cámara de 360º que permite ver desde el móvil, en cualquier momento y desde cualquier lugar todo cuanto suceda alrededor.
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Es que se la agarran con un papel de fumar. El que pone una cámara en su coche es para seguridad de todos, para prevenir actos vandálicos que, lamentablemente, se están volviendo muy comunes en nuestro País. Si eres una persona que no tienes nada que ocultar, ¿qué te importa que te graben? La DGT, Guardia Civil, Policía Nacional, etc., deberían tener un sistema para que los ciudadanos podamos colaborar enviando vídeos de los ciudadanos con la csntidad de locuras que se cometen al día al volante
Hace tiempos que llevo yo una que sólo funciona con el motor en marcha, si apago el motor se apaga, la llevo porque en teoría al menos, en caso de un accidente es un testigo irrefutable del mismo. Me parece una verdadera barbaridad que me digan que no está permitida. ¿por qué?.
Nunca he mirado lo que ha grabado (sólo guarda las últimas 5 horas), ni me interesa para nada lo que va grabando, sólo me puede interesar si tengo un golpe o un accidente.
Aquí somos tan leguleyos , por no decir otra cosa, que a las personas normales y honradas se nos impide, llegado el caso, demostrar nuestra inocencia, y..... Así nos va.