Es un problema demasiado habitual en nuestras calles, algo que nos encontramos con más frecuencia de lo deseado. Han aparcado tan cerca de tu coche que no puedes abrir la puerta para acceder a él. O no puedes maniobrar para sacarlo. Esta escena tan habitual de nuestras ciudades y pueblos tiene un precio: 200 euros. Esto significa que se este tipo de infracción se considera como grave.
Esa es al menos la sanción que interpuso la Policía Local de Mallorca al propietario de un vehículo que aparcó en un espacio reducido entre dos coches. Era tan estrecho que ni este ni los contiguos podían abrir las puertas para entrar. La propia policía colgó un vídeo (que más abajo mostramos) en sus redes donde se hacía eco de este caso.
El problema se lo encontró el propietario de uno de los automóviles anexos al no poder acceder a su vehículo. Y, viendo las imágenes, uno se plantea realmente cómo pudo salir el dueño del todocamino negro. ¿Por el maletero? Las dudas llegan incluso a si fue capaz de introducir su vehículo en el hueco sin golpear, o tan siquiera rozar, uno de los dos coches. Ante esta situación, se decidió a llamar a la policía local.
Al encontrarse esta situación, los agentes decidieron multar al vehículo negro con la multa más grave que existe por mal aparcamiento y que conlleva un desembolso de 200 euros. Eso sí, aunque cerca, al menos no aparcó un coche debajo de otro como el protagonista de esta historia…
Es un problema habitual de nuestras calles y toma una mayor importancia en ciudades como Palma de Mallorca con una de las mayores concentraciones de vehículos por habitante. La falta de aparcamiento y la dependencia que tenemos del coche nos lleva a intentar dejarlos en espacios que son demasiado estrechos.
Esto nos lleva a encontrar demasiadas veces nuestros vehículos con pequeños golpes. Es frecuente que, al aparcar en cordón, se golpee a los que están delante o detrás. Son pequeños toques al acumularse terminan por dañar la pintura de los paragolpes e, incluso, les producen pequeñas roturas. Lo mismo sucede cuando se aparca en batería, con los vehículos en paralelo. Las estrecheces del espacio, y el poco cuidado al abrir las puertas, hace que se golpeen a los coches anexos al nuestro dañando la pintura y la chapa.
Ante esta situación y sobre una posible denuncia, los agentes de policía se encuentran con el problema de decidir quién es el culpable del problema. Hay que dilucidar quien llegó antes y cuál es el vehículo que está mal aparcado para imponer la multa. Es por esto que, cada vez más, encontramos en la calle zonas de aparcamiento que están delimitadas claramente mostrando las plazas existentes y el lugar que debe ocupar cada vehículo.