Por ahora, 38 son las personas que han perdido la vida tras el derrumbe el pasado martes de un puente en Génova (Italia). Los fallecidos podrían incrementarse por el grave estado de varios de los heridos; varios intentan recuperarse en el hospital. Los equipos de rescate continúan quitando los escombros. Y buscando, desesperadamente, si pudiese quedar algún superviviente más entre los restos del viaducto derrumbado.
Tras la desgracia sucedida el pasado 14 de agosto, en la ciudad italiana de Génova, cuando se derrumbaba el puente Morandi a su paso por la autovía A-10, los trabajos para retirar la parte dañada del puente continúan sin descanso. Hasta este momento, el gobierno italiano ha contabilizado el número de fallecidos en 38; de ellos, se ha podido identificar a 19 personas. Aunque todavía no se ha podido descartar que existan más cuerpos entre los escombros.
Llegaba el mediodía del pasado martes y el puente Morandi, con 51 años y 1.182 metros de longitud, se venía abajo. Se llevaba con él a una treintena de vehículos y tres camiones; todos se precipitaron al vacío desde una altura de 90 metros. El tramo derrumbado tenía aproximadamente 200 metros; las causas iniciales apuntaban a las fuertes lluvias que en ese momento tenían lugar en la ciudad italiana de Génova.
Posteriormente, la compañía encargada de la gestión y manutención de la autopista, Autoestrade per l’Italia, filial de Atlantia, informó en un comunicado de varios trabajos que se estaban realizando para asegurar el pavimento del viaducto. Desde ese momento, se inició un debate en todo el país sobre el estado de varias carreteras e infraestructuras. Mientras, el Gobierno italiano ha asegurado que exigirá responsabilidades. “Como italiano, haré todo lo que esté en mi mano para tener nombres y apellidos de los responsables pasados y presentes”, declaraba el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.
Dos días después, siguen sin esclarecerse del todo las causas concretas del derrumbe; aunque varios expertos apuntan al estado del viaducto. La prioridad se centra, de momento, en despejar la zona de la tragedia. Para ello, hay unos 1.000 agentes, entre Policía Estatal, Municipal, equipos de Bomberos, Protección Civil y personal sanitario, trabajando in situ en este terrible escenario.