Son muchos los que se quejan de que los vehículos de dos ruedas están en el punto de mira de la DGT y del Gobierno desde hace un tiempo. Pero, según las estadísticas que ahora nos llegan, tienen motivos más que suficientes para hacer un seguimiento minucioso de este tipo de vehículos. Un estudio realizado por la Universidad Carlos III de Madrid titulado “Contribución de la ITV a la Seguridad Vial” muestra que el 58 % de las motos y ciclomotores de España circulan sin tener la ITV en vigor.
Y esto llega cuando las cifras de siniestralidad muestran que los accidentes de las motocicletas están subiendo pues en los últimos tres años se contabilizan 359 fallecimientos a bordo de este tipo de vehículos. Por su parte, los accidentes de ciclomotores están bajando pues desde 2009 hasta ahora han pasado de 156 víctimas mortales anuales a 49 en 2017, una cifra que sigue siendo preocupante aunque muestra una tendencia a la baja.
La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (ACEA-ITV) señala que las incidencias más habituales se encuentran en el alumbrado y señalización (considerado defecto grave) en un 11,2 % de los vehículos. Cabe recordar que los centros de ITV analizan el estado de las luces, su funcionamiento, el color de la luz, la homologación, el estado de las tulipas y los cambios entre la luz de carretera y la de cruce.
El segundo problema más habitual que presentaron estuvo en los niveles de emisiones, en un 4,9 %, o lo que es lo mismo, en torno a 50.000 motocicletas, lo que representa un problema grave y uno de los motivos que podría llevar a la inmovilización del vehículo en un control de carretera.
Finalmente, el tercero de los problemas más comunes estaría en los fallos en los ejes, ruedas, neumáticos y suspensiones, en un 4,3 % de las inspeccionados. Y es que, durante el control de la ITV se comprueban cómo se comprimen las horquillas de la suspensión y si estas dejan escapar líquidos en los retenes; se comprueban los frenos en los bancos de rodillos; y el grosor de las pastillas de freno y si estas hacen ruido al accionarlos.
Además, se comprueba la documentación, si está toda en regla y si cuenta con el seguro obligatorio, así como la matrícula (si se puede leer con claridad) y el número de bastidor.
Como sucede con los turismos, las motocicletas han de pasar su primera ITV a los cuatro años de su primera matriculación. A partir de aquí, los exámenes serán cada dos años. En el caso de los ciclomotores, la primera inspección la deberán afrontar a los tres años de su matriculación. Después la realizarán cada dos años.