Dentro de la actualización que Mercedes ha llevado a cabo en el Clase S 2017, su berlina de representación, una parte importante se la llevan los nuevos motores, cuatro en total. Todos ellos constan de cilindros de 500 cc y, como suele ser habitual en estos casos, consiguen mejorar las prestaciones y reducir los consumos y las emisiones contaminantes de sus predecesores.
Centrémonos primero en los dos de 6 cilindros en línea y 3,0 litros. El de gasolina, conocido internamente como M256, incluye un compresor eléctrico para eliminar el “turbo lag“, ya sabes, el retraso de la respuesta de la turbina en bajas revoluciones. La mecánica trabaja en conjunto con un sistema eléctrico de 48V, que hace funcionar el alternador, la bomba del agua y el compresor del aire acondicionado. ¿La potencia? Mercedes-Benz dice que entregará más de 408 CV y 500 Nm, cifras cercanas a las de los actuales propulsores V8 de la casa alemana. En cuanto al diésel, el bloque es completamente de aluminio y emplea distribución variable, así como pistones de acero. Desarrolla 313 CV, en lugar de los 258 del actual, a pesar de lo cual consume un 7% menos de carburante.
El actualizado Clase S se pondrá a la venta el año que viene y, cuando haya información al respecto, explicaremos todas las primicias que incluye. De momento, éstas son las mecánicas, que, seguro, se irán incorporando paulatinamente a otros modelos de la marca de la estrella.