La Mercedes-Benz Sprinter presenta su tercera generación con importantes novedades técnicas, mecánicas, de seguridad y de ayudas a la conducción. No podría ser de otra forma si el objetivo de la compañía es mantenerse como principal puntal en este mercado a nivel mundial y ser el vehículo más buscado en algunos sectores como el de las ambulancias y el del transporte de viajeros.
El furgón llega con tres tipos de carrocerías: chasis, furgón (simple de 3 asientos o mixto de 6) y transporte de viajeros (llamado Tourer); tres opciones de altura; y cuatro variantes de longitud. Añade la tracción delantera a su oferta, que se suman a la tracción trasera y la tracción integral disponibles hasta ahora. Y, en cuanto a las mecánicas disponibles, se podrá elegir entre 114 CV, 143 CV, 163 CV y 190 CV, este último con estructura V6 (solo los dos primeros estarán disponibles para la tracción delantera). Además, irán acompañados de cajas de cambio manuales y automáticas.
La tercera generación de la Mercedes-Benz Sprinter se puede reservar desde junio; las primeras entregas llegarán a finales de año; y, para el finales de 2019 se añadirá una opción eléctrica a la oferta, la cual contará con 150 km de autonomía y que requerirá de seis horas para su carga con un enchufe doméstico. Mediante carga rápida, este tiempo se acota a solo 45 minutos. Este modelo será muy similar en su composición mecánica a la Mercedes-Benz eVito.
En cuanto a sus aptitudes de carga encontramos que puede mover hasta 5,5 toneladas y arrastrar otros 3.500 kg, aunque, para trasladar algunos pesos, se necesitan potencias altas y un carné superior al B de coche. En el caso de los modelos con tracción delantera, el piso de carga se rebaja en 80 mm.
A las opciones de carrocería antes indicadas en los furgones hay que sumar las oportunidades que ofrecen los carroceros con los que trabaja Mercedes-Benz Vans, la división de vehículos comerciales de la firma alemana. Y, finalmente, los acabados Tourer podrán contar con un máximo de 19 asientos, aunque con el carné de conducir solo se podrán utilizar las variantes de hasta 9 plazas.
El modelo no solo cambia de cara y adapta algunas de las novedades de diseño de la compañía, con una imponente calandra y unos grupos ópticos delanteros que han sido afinados. El interior podría pasar por el de un turismo. Al mismo tiempo que mantiene un importante número de huecos y cofres donde guardar documentos u objetos que pueda necesitar el profesional.
Así, llega con un volante multifunción en opción, un cuadro de instrumentación con un display a color de gran tamaño que engloba las funciones del ordenador de a bordo y una pantalla en el centro del salpicadero que gana en tamaño. De serie llega con una pantalla de pequeño tamaño, aunque en opción encontramos una de 8 pulgadas y otra de 10,25 pulgadas, estas dos últimas ya con el sistema MBUX.
Y si decimos que es un vehículo conectado es porque la aplicación Mercedes-Benz Pro Connect permite al gestor de flotas conocer en todo momento la ubicación del vehículo, las rutas realizadas, los tiempos empleados y los consumos realizados. Así podrá comparar los comportamientos que han tenido en una ruta cada vehículo y conductor y ayudar a mejorar para reducir los costes en los desplazamientos. Pero no es solo un método de control; también sirve para avisar cuándo necesita alguna revisión mecánica.
La tercera generación de la Mercedes-Benz Sprinter llega con un equipamiento que podría ser comparable al de un turismo. De serie aparece con arranque sin llave, dirección eléctrica, freno de emergencia o asistente de arrancada en pendiente, mientras que como opción llegará, además del volante multifunción y las pantallas táctiles, con freno eléctrico, carga del teléfono móvil por inducción, asientos calefactables, cámara de visión trasera o visión periférica de 360 º del vehículo.
En cuanto a los sistemas de seguridad que estrena cabe destacar el sistema de frenada de emergencia (autónomo y con capacidad de actuación por debajo de 60 km/h distinguiendo animales y personas), asistente de cambio de carril (capaz de corregir la trayectoria frenando una rueda) y alerta de tráfico cruzado trasero, que advierte la llegada de un vehículo al dar marcha atrás.
Hemos tenido la oportunidad de ponernos tras el volante de la tercera generación de la Mercedes-Benz Spriter y hemos de admitir que las sensaciones han sido netamente positivas. En nuestro caso, pudimos conocer en profundidad la variante con motor de 114 CV, tracción delantera, cambio automático y sin carga, algo que condiciona notablemente nuestras sensaciones y sus respuestas.
El comercial se muestra suave en sus desarrollos. Y solo en algunos momentos como una gran aceleración le notamos falto de empuje, entendemos que este aspecto se notará menos con mecánicas superiores. La caja de cambios con variador de par salta de marcha entre sus 9 velocidades de forma progresiva. Y apenas lo percibimos por la pérdida de inercia en algunos momentos.
Por lo demás solo encontramos un exceso de rumorosidad en el interior del habitáculo a velocidades altas, tanto del motor como del aire que choca contra la cabina.