Solo unos días después de que vislumbráramos al nuevo todocamino de tamaño medio en el perfil oficial de Facebook de la firma alemana, llega el momento de alzar el telón y conocer a fondo el nuevo Mercedes-Benz GLE. Esta nueva generación se presenta con una profunda renovación; e incorpora importantes novedades tecnológicas que sitúan al modelo como una nueva cota en el segmento al que aspirarán el resto de integrantes del segmento en cuestiones de tecnología, elegancia, calidad y polivalencia. Llega con una tercera fila de asientos en opción, importantes innovaciones tecnológicas, un nuevo y sorprendente tren de rodaje y una sola mecánica de gasolina semihíbrida.
El nuevo todocamino se verá por primera vez en el Salón del Automóvil de París (del 2 al 14 de octubre, con los primeros días reservados para la prensa especializada); se iniciarán sus ventas a finales de otoño; momento en el que se darán a conocer sus precios. Y las primeras entregas llegarán a principios del 2019. La oferta mecánica en el momento de su lanzamiento será de una única mecánica aunque esta se irá ampliando en los próximos meses con la aparición de nuevos motores gasolina y diésel y la llegada de la primera opción híbrida enchufable.
Desde Mercedes-Benz aseguran que el nuevo Mercedes-Benz GLE se reinventa a sí mismo pero hasta que no lo probemos no podremos refrendar esta cuestión. Se presenta con argumentos que nos llevan a pensar que ha sido así. En su diseño adapta el lenguaje ya antes introducido por modelos como el Mercedes-Benz Clase A, tanto en su frontal como en su trasera aunque en su robustez también recuerda detalles del Mercedes-Benz Clase X.
Así, su poderosa parrilla destaca junto a unos grupos ópticos más estilizados pero que pueden incorporar las luces Multibeam Led con capacidades Ultra Range, lo que permite una mayor visibilidad de la carretera y con una proyección que alcanza los 650 metros. En la trasera también encontramos diodos en las ópticas en un conjunto que nos recuerda mucho al compacto.
Ahora el conjunto es más musculoso sin restar un ápice de deportividad ni elegancia. Las llantas ahora varían entre las 18 y las 22 pulgadas, se han dispuestos nuevos detalles cromados, nuevos spoilers y unos retrovisores más afinados.
La ganancia en tamaño del modelo se ha sabido trasladar al interior con una importante mejora en el espacio para sus ocupantes, especialmente en los que se ubican en las plazas posteriores. En un primer vistazo vemos una evolución en el salpicadero y el puesto de conducción.
Incorpora el nuevo sistema de pantallas contiguas (de 12,3 pulgadas cada una) que unen el cuadro de instrumentación y el sistema multimedia, aunque solo esta segunda es táctil. Este, además, luce un nuevo interfaz y el sistema MBUX de inteligencia artificial ha aumentado en gran medida su funcionalidad.
Ya no solo permite interactuar con algunos sistemas sin tocar la pantalla (control gestual) sino que, además, recuerda muchas de las rutinas habituales del conductor hasta el punto de ofrecer marcar un número de teléfono o sintonizar una emisora según se acostumbre a hacerlo. Otra novedad está en el head-up display. Ahora de mayor tamaño y que se proyecta sobre la luna delantera dando la sensación de que sea una imagen suspendida tres metros por delante del coche.
En cuanto a los acompañantes, se ofrece por primera vez en el Mercedes-Benz GLE la opción de una tercera fila de asientos así como una segunda fila de asientos regulables longitudinalmente de forma eléctrica con un recorrido de hasta 10 cm. Y, para acceder a las plazas traseras, se dispone de un sistema fácil y cómodo denominado Easy-Entry.
Finalmente, el maletero también crece en tamaño y formas. Ahora es 72 mm más ancho y tiene la posibilidad de regularlo en altura. Ofrece hasta 825 litros (dependiendo de la posición de los asientos traseros) que pueden llegar a ser 2.055 litros si se abaten completamente la segunda fila.
Como buen todocamino, su hábitat natural es la ciudad y el asfalto. Aunque como ya sucedía con su antecesor, no tiene miedo a adentrarse en lugares recónditos. Para superar las dificultades sin problemas cuenta con una tracción integral 4Matic. Esta varía el envío de potencia no solo entre los dos ejes (sistema torque on demand) sino entre cada rueda dependiendo de la situación en la que se encuentre.
La principal novedad en este aspecto está en la llegada del tren de rodaje E-Active Body Control o, lo que es lo mismo, un sistema eléctrico que regula en todo momento la rigidez de la suspensión y la amortiguación para una mayor estabilidad en el paso por curva y los recorridos sobre pistas forestales.
Pero no solo esto, también presume de contar con un nuevo asistente activo para retenciones. Así adapta la velocidad a las condiciones de un atasco y llega a apartarse ante la llegada de una ambulancia. Y, como última revolución en la dinámica de conducción, cuenta con una función de giro en el asistente de frenado activo, lo que permite frenar el nuevo Mercedes-Benz GLE en condiciones de seguridad ante una emergencia en una curva sin peligro de derrapar.
El modelo llegará con una única opción mecánica; aunque desde la compañía ya avanzan que todos los propulsores que se ofrezcan serán de nueva generación. Se trata de un motor gasolina de seis cilindros en línea que rinde 367 CV con un par de 500 Nm a los que puede sumar durante unos instantes 22 CV y 250 Nm de par extra gracias a la presencia de una batería de 48 V que actúa de un modo similar al de los vehículos híbridos. El modelo, con esta configuración, se llamará Mercedes-Benz GLE 450 4Matic.
En los próximos meses llegarán nuevas opciones gasolina, diésel y un híbrido enchufable del que ya se avanza que tendrá una importante autonomía.