La firma de la estrella presenta su cuarto SUV cero emisiones y su octavo modelo de la familia EQ. Con el EQE SUV los todocaminos eléctricos de Mercedes-Benz alcanzan una nueva dimensión.
La estrategia eléctrica de Mercedes-Benz sigue dando pasos de gigante y es que la firma de la estrella ha replicado la misma estrategia que llevó a cabo con el EQS. Lo hace ahora lanzando el EQE SUV, o lo que es lo mismo, el cuarto integrante de su familia eléctrica y que, como su nombre indica, es la versión crossover del nuevo EQE. De esta forma, la gama EQ de Mercedes-Benz ya está formada por nada menos que ocho modelos.
En este caso hablamos de un SUV medio que mide 4.83 metros de largo por 1.94 metros de ancho y 1,68 de alto a lo que suma una distancia entre ejes de 3,03 metros convirtiéndole en uno de los modelos más amplios de su categoría. Estéticamente no ofrece grandes novedades pues sigue la línea continuista y sobria vista no solo en el EQE sino también en el EQS SUV, logrando un coeficiente aerodinámico de lo más favorable, 0,25.
De puertas para dentro tenemos la misma disposición del salpicadero de los últimos EQ de alto standing, con la posibilidad de equipar la MBUX Hyperscreen con hasta tres pantallas: un cuadro de 12,3 pulgadas, otro monitor central del 17,7 pulgadas y otra pantalla situada frente al conductor de 12,3 pulgadas. Lógicamente la calidad percibida es elevadísima y, como decíamos, el espacio está más que asegurado gracias a esa enorme distancia entre ejes. De hecho, el maletero es también digno de destacar pues ofrece 520 litros en su parte trasera (430 litros para el EQE) que puede llegar a los 1.675 litros cuando se abaten los respaldos posteriores.
Mucho camino a recorrer
La gama mecánica del EQE SUV estará formada por tres alternativas, una con un único motor de 292 CV (350+) y dos con dos bloques síncronos y tracción total 4MATIC: el 350 4MATIC de 292 CV y el 500 4MATIC con 408 CV. Por encima se situarán las versiones puestas a punto por Mercedes-AMG con nada menos que 476 y 625 CV a lo que suma una puesta a punto más dinámica y deportiva.
Independientemente de cuál se escoja, la batería tiene siempre la misma capacidad útil: 90,6 kWh lo que le permite tener una autonomía, en el mejor de los casos de 590 km correspondiente con la versión 350+. Una de sus principales ventajas no solo es su composición sino que gracias a su tecnología de 400 voltios puede cargarse en conectores de corriente continua hasta de 170 kW y de 22 kW en los de corriente alterna (de manera opcional). En marcha, el conductor también podrá ir recuperando energía gracias a los cuatro modos de retención a los que se suma un ‘one-pedal’ que puede llegar a parar el vehículo sin pisar el freno.
En lo que respecta a la dinámica, no hay casi variaciones respecto a un EQE pudiendo montar de manera opcional la suspensión AIRMATIC con muelles neumáticos y amortiguadores controlados electrónicamente. En el catálogo de extras también se halla el eje trasero direccional que permite que las ruedas posteriores giren hasta 10 grados (4,5 de inicio) favoreciendo su maniobrabilidad y manejo tanto a bajas como a altas velocidades. Por último, no hay fisuras en el apartado de la seguridad con un amplísimo elenco de asistentes e incluso se pueden equipar unos faros Digital Light capaces de proyectar información en la carretera.