Basado en el AMG GT Black Series los chicos de AMG han dado una vuelta de tuerca más para convertir este AMG GT Track Series en el más radical de siempre. Pero como su nombre indica, solo es apto para rodar por circuito.
Seguramente cuando Mercedes-AMG presentó el AMG GT Black Series pensaste, wow, se merece ser el Safety Car de la F1. Dicho y hecho pues el descomunal deportivo se ha convertido en el coche de Bernd Maylander para cada fin de semana. Sin embargo, los chicos de Affalterbach, inmersos en plena celebración por sus 55 años de vida, han decidido dar una vuelta de tuerca más y presentar una evolución que sería digna del mismo Maylander. De hecho, tanto han dado la vuelta que solo lo podrás conducir por trazado ya que no está homologado para rodar por carretera.
Nos referimos al nuevo AMG GT Track Series que se convierte en el AMG GT más radical y potente del momento con el que disfrutarás de lo lindo. Siempre y cuando, eso sí, seas raudo y hayas realizado una reserva porque AMG ha confirmado que solo va a poner a la venta 55 unidades para todo el mundo, una por cada año de vida que atesoran.
El AMG GT Track Series se basa en el propio AMG GT Black Series pero con ciertos cambios para impedir que pueda salir a la calle. Basta con echar un ojo al interior, digno de cualquier monoplaza del Gran Circo: volante de competición, jaula antivuelco de acero de alta resistencia, celda de seguridad para el conductor de fibra de carbono, arneses de cinco puntos o una escotilla de rescate en el techo. También se han instalado un sistema de extinción de incendios, redes de seguridad para el conductor, así como una unidad de visualización del conductor programable por Bosch y un sistema avanzado de registro de datos.
En lo que a dinámica se refiere, los ingenieros germanos han dotado a este GT Track Series de amortiguadores Bilstein ajustables en cuatro vías que permiten realizar diferentes configuración tanto a baja como a alta velocidad dependiendo del tipo de trazado y así optimizar el rebote y la compresión, frenos de competición de acero, o un sistema ABS y un control de tracción también de competición con 12 modos de uso.
La guinda la pone una aerodinámica perfectamente trabajada, sin las ataduras que rigen la homologación de los vehículos de calle. En este sentido, propone llantas de 18 pulgadas, un splitter delantero más grande, tomas de aire laterales sobredimensionadas, salidas de ventilación en los pasos de rueda y en el capó o un alerón trasero ajustable realizado en fibra de carbono que aumenta todavía más la carga aerodinámica del Black Series. En lo referente al motor, los ingenieros de AMG también han tenido libertad para mejorar ligeramente el ya de por sí excelente V8 biturbo de 4.0 litros que anima al GT Black Series.
Las modificaciones efectuadas se ciñen al montaje de piezas de competición como los inyectores o a una ECU reprogramada. El resultado, exprimirle otros 14 CV y 50 Nm al bloque para generar un total de 734 CV y 850 Nm. Un incremento de rendimiento que unido a una nueva gestión del cambio secuencial de competición Hewland HLS con un diferencial ajustable que permite gestionar la potencia que llega a las ruedas traseras permitirá a su afortunado conductor sentirse como el mismísimo Maylander.