Tras dos días de recorrer los pabellones del Salón de Frankfurt y encontrar las novedades solo hay un resumen posible. O dos. Regresa la apuesta por las prestaciones y el futuro pasa por el vehículo eléctrico. Y en muchos casos, ambas apuestas van de la mano con propuestas sin emisiones sobradas de potencia. Sin embargo, ¿qué sucede con el mercado que está destinado a adquirir esos coches eléctricos? Pues que las cifras de compras de estas mecánicas siguen siendo mínimas.
No es nuestra función analizar los motivos por los que el público general no termina de apostar por estos vehículos, pero las principales quejas llegan por su carestía comparados con sus equivalentes con motor térmico (que se suma a la falta de ayudas generalizadas para rebajar su factura), además de la escasez de puntos de recarga (y el tiempo que requieren) y de la limitada autonomía que aún acreditan. No son los únicos argumentos pues la lista es larga, aunque sí los más repetidos.
Sin embargo, aunque hay mercados nacionales dentro de la vieja Europa que ya se han volcado en estas propuestas eléctricas, otros, por el contrario, presentan una cuota de eléctricos por debajo del 1 %. No superan esta barrera psicológica ni añadiendo a la ecuación los híbridos enchufables o los eléctricos de autonomía extendida.
Según datos de la ACEA (la Asociación Europea de Fabricantes de Coches) hasta 10 países (de los 25 que aún la conforman) cuentan con unas ventas mínimas de estos vehículos comparadas con el total del mercado. En este estadio encontramos a Italia (un caso especial porque allí sí gozan de éxito las mecánicas de autogás o GLP consideras ECO por lo que podría salir de este listado), Eslovenia, Grecia, Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia, Polonia, Chequia, Bielorrusia, Letonia o Lituania.
Cada país tiene su análisis pormenorizado pero resulta difícil entender que desde Bruselas apuesten tanto por una tecnología, y condicionen a la industria como están haciendo, mientras hay países donde el futuro eléctrico pasa demasiado desapercibido.
Hay estados que ya se encuentran muy avanzados en la propuesta de inmersión en la nueva era eléctrica. Es el caso de Noruega, donde estas motorizaciones cuentan ya con el 56% de la cuota del mercado (descuentos añadidos y ayudas estatales, facilidades de pago, miles de puntos de carga en vías urbanas…), mientras que otros como Islandia, Suecia u Holanda presentan una cuota superior al 10 % de eléctricos.
¿Y España? En los seis primeros meses del 2019 se vendieron un total de 8.958 coches eléctricos, eléctricos de autonomía extendida o híbridos enchufables. Con esto resulta una cuota del 4,9 %, una cifra que no se acerca a las mejores de Europa, pero tampoco al amplio vagón de cola. En realidad se queda en unos niveles unos niveles similares a los de Francia, Alemania y el Reino Unido por lo que la cifra no es tan descabellada como muchos podrían creer.