En un momento en el que el mercado acusa casi un año completo de caídas (en los últimos 11 meses, solo uno logró mejorar sus registros comparado con el mismo mes del año anterior) llega una buena noticia (relativamente) para los interesados en comprar un coche nuevo. El nuevo cambio en el ciclo de homologación de los vehículos que llega en septiembre obliga a muchas marcas y concesionarios a vender algunos de sus vehículos que aumentarán sus cifras oficiales de consumos y, sobre todo, de emisiones.
Este cambio en el modo de homologar los vehículos hará que algunos modelos cambien de escalón en el impuesto de matriculación, por lo que se encarecerá su precio final un tanto por ciento que conllevará varios cientos de euros de más para la factura final del cliente. Ante esto, marcas y concesionarios han emprendido promociones y descuentos para dar salida a estos vehículos que, posteriormente, tendrán un precio netamente superior.
Es más, este cambio podría desencadenar, según informó Faconauto, la llegada de un aluvión de automatriculaciones en los últimos días de agosto, de vehículos ya fabricados y que se encuentran en campas de marcas y concesionarios, algo que dañaría las cuentas de los propios puntos de venta, pero que desencadenaría en una importante masa de vehículos disponibles como km 0.
Hasta hace un año, los vehículos se homologaban según un tipo de pruebas que se denominaban NEDC. Pero las enormes diferencias que se encontraban entre los registros que aquí se obtenían (se hacían en un laboratorio, en un banco de pruebas) y los que los usuarios encontraban en sus coches cuando circulaban con normalidad, sumado al hallazgo de un software ilegal que cambiaba el comportamiento del motor en algunos vehículos cuando detectaba que se le estaban haciendo este tipo de pruebas, algo que se denominó diéselgate, obligó a las autoridades a buscar un nuevo método de homologación que se ajustara a la realidad.
Así fue como se pasó del ciclo de homologación NEDC al WLTP, que conlleva pruebas de conducción en tráfico real. Este nuevo ciclo de homologación se puso en marcha en septiembre del año pasado. Pero las enormes variaciones que experimentaban algunos vehículos en sus homologaciones y el sustancial cambio en sus precios al cambiar de tramo impositivo en la matriculación, llevó al Gobierno de Pedro Sánchez (tras petición del sector) a demorar, la entrada en vigor de las consecuencias de la nueva normativa europea.
Así, una parte entró en vigor el 1 de septiembre de 2018 y otra entra ahora, con una segunda fase que se denomina Pruebas en Condiciones Reales de Conducción (RDE). Y volverá a haber coches que cambien de tramo impositivo: los que no hayan realizado los pertinentes cambios en su mecánica para reducir las emisiones y consumos.
Son estos vehículos los que acusan importantes promociones y descuentos, y los que podrían derivar en una amplia masa de vehículos de km 0 para el próximo mes de septiembre. Faconauto ya los cifró en unos 15.000 vehículos.
El vehículo de km 0 es un vehículo nuevo que ha sido matriculado por el concesionario por diferentes motivos y que tiene un precio inferior al que se obtendría si se pidiera a fábrica. Suele ser una gran oportunidad para quienes deseen comprar un coche. Pero el principal problema que encuentra el interesado es la falta de capacidad de elección.
El coche está disponible como se encuentra, con una mecánica y color concreto, y un equipamiento que no se puede personalizar. El coche está tal cual. No se puede cambiar.
A esto, que puede ser un problema para muchos pues el coche podría no cuadrar con sus gustos o necesidades, hay que sumar que la garantía comienza a correr en el momento de la matriculación por lo que si el coche lleva varios meses matriculado en el concesionario, el usuario ya no contará con los años de garantía al que obliga la ley.