Uno de los modelos más aclamados de nuestras calles, el Porsche 911 apareció por primera vez en 1963 y, desde entonces, hemos podido disfrutar de hasta ocho generaciones, la última desde el año pasado. Este insigne deportivo alemán ha sabido mantenerse fiel a su historia, su legado y un mito que ha sabido alimentar año a año con nuevas versiones y variantes que han salpimentado su atractivo.
Porsche 911 (964) Speedster
La primera vez que se utilizó la denominación Speedster para un vehículo de calle con el que se homenajeaba al Porsche 356 Speedster. Desde entonces todos los 911 han contado con una de estas versiones. No se fabricó sobre la base del Turbo sino sobre la del Carrera por lo que su vocación era la del disfrute y el placer a cielo abierto. Aunque también sabía cuándo ponerse bravo pues contaba con soluciones mecánicas del RS.
Su mecánica era similar a la que portaba el Porsche 911 Carrera 2: un seis cilindros bóxer de 3,6 litros refrigerados por aire con 250 CV y 310 Nm de par unido a una caja de cambios de 5 relaciones.
Porsche 911 (964) Turbo
Simplemente uno de los perfiles del Porsche 911 más bonitos que se hayan hecho nunca. Dio continuidad a aquel experimento que era el 930 y redobló su apuesta con un alerón trasero sobredimensionado. El motivo de este era la imposibilidad de meter toda la mecánica en el vano motor.
Cuando llegó en 1992 contaba con un motor de 3,3 litros y 320 CV, aunque su éxito llevó a la compañía a dotarle de más músculo con un motor de 3,6 litros y 360 CV. Hubo algunas versiones descapotables.
Porsche 911 (930) Turbo Flat Nose
No, no todos los Porsche 911 contaban con ópticas simples en modo vertical. También los hubo con los faros escamoteados en el morro. A estos se les llamó Flatnose y estaban inspirados en los 934 y 935. En total se produjeron 235 unidades.
Surgió mientras Porsche y McLaren trabajaban juntos en la fabricación de motores para la Fórmula 1 con el apoyo técnico de TAG. Fue precisamente Mansour Ojjeh, propietario de TAG, quien propuso la idea. Y de hecho se quedó con la primera unidad. Son modelos muy cotizados en subastas y una buena opción de inversión.
Porsche 911 (997) GT3 RS 4.0
Así fue como se despidió la generación 997, con una edición limitada a 600 unidades del emblemático GT3 RS. Sí, su nombre es muy largo y necesita echarle un rato para acordarte de su nomenclatura exacta, pero su aspecto y su rendimiento, bien le hacen merecedor de ocupar un lugar privilegiado en tus sueños.
Sobre su eje trasero contaba con un motor de seis cilindros bóxer de 4,0 litros procedentes del Porsche 911 GT3 RSR de competición que situaba tras el pedal del acelerador 500 CV con un par de 460 Nm. Durante mucho tiempo estuvo entre los mejores tiempos del circuito de Nordschleife.
Porsche 911 (930) Targa
Nació a finales de 1966 y se presentó como el cabrio más seguro del mundo. Y todo porque en realidad se trataba de un coche ‘normal’ al que se eliminó el techo y se reforzó con un arco que se situaba donde debía estar el pilar B. Costó verlo al principio pero pronto se ganó el favor del público. Tanto que cuando se dejó de producir esta versión fueron muchos los que lo añoraron.
Contó con motores de 2,0 litros 2,4 litros con potencias que variaban entre los 110 y los 190 CV y de esta primera generación de Targa se fabricaron un total de 26.036 unidades.
Porsche 911 (991) Carrera
No es que sea el mejor, pero fue el último que mantuvo su fidelidad a la tradición de los motores atmosféricos. A partir de entonces todos los Porsche 911 se han visto envilecidos con la patada (que no es poca) de la sobrealimentación del turbocompresor.
Contaba con un motor de 3,4 litros que registraba 345 CV con un par de 390 Nm. Con la actualización, o restyling, llegó el turbo a uno de los pocos espacios que quedaban inmaculados de esta inyección.
Porsche 911 (930) Carrera RS 2.7
Fue el primer modelo que integró el turbo en su bloque motor. Y, para celebrarlo, desde las mesas de diseño se bendijo este modelo con un llamativo alerón trasero, que recibió el sobrenombre de ‘cola de pato’.
Su motor era un seis cilindros bóxer atmosférico que lograba 210 CV y una velocidad máxima de 243 km/h, mientras que el 0 a 100 km/h lo realizaba en apenas 6 segundos. Solo se fabricaron 1.590 unidades.
Porsche 911 (991) Targa
Es uno de los más recientes de la lista. Y si lo incluimos aquí es por su importancia para la historia de la marca, una historia que esperamos continúe. Fue el encargado de recuperar el perfil Targa tras tres generaciones desparecido. Este perfil nació en los años 60, suponía la pérdida del techo y la aparición de un arco que le hacía un coche muy seguro pese a ser cabrio.
Cuando llegó lo hizo a lo grande, con una versión de tracción a las cuatro ruedas, un motor bóxer de 3,4 litros y 350 CV al que se añadió una versión Targa 4S con motor de 3,8 litros y 400CV el cual se podía radicalizar con un paquete de equipamiento Sport Chrono. El primero aceleraba de 0 a 100 km/h en solo 4,8 segundos y hacía balancear tu pelo a 282 km/h.
911 (993) GT2
La primera vez que se empleó la terminología GT2 junto a un Porsche 911 fue en 1994. Y desde entonces ha designado algunas de las versiones más atractivas de la historia del modelo. Esta evolución era conocida como Porsche 993 y nació para cumplir con la normativa de la FIA de tener versiones de calle de los vehículos con los que iba a participar en pruebas de GT y resistencia.
Contaba con un motor de 3,6 litros que respondía con 430 CV mientras que en 1998 subió a 450 CV. Entre sus virtudes estaban la pérdida de peso comparado con las versiones Carrera y una aerodinámica mucho más cuidada con un despampanante alerón trasero.
Porsche 911 GT1
Una locura que llegó a pisar la calle. Se construyó por la necesidad de la firma alemana de contar con 25 unidades de calle del modelo con el que pretendía participar en la edición de 1996 de las 24 Horas de Le Mans.
Se construyeron 25 unidades, así que os podéis figurar la cotización que alcanza este modelo. Su aspecto dice mucho sobre su predisposición. Su mecánica de seis cilindros dispuestos en modo bóxer de 3,2 litros promete 544 CV. Y no queda muy lejos de los 700 CV que requerían las unidades que sí se midieron en el circuito de La Sarthe.
El 911 GT1 del que se hicieron 25 unidades no es ese. El de la foto es del 98 que tiene solo una unidad fabricada.