Aunque a muchos les pueda extrañar, los no expertos en el terreno de los videojuegos, no es demasiado extraño encontrarse con videojuegos que han de recurrir a la imaginación y a todo tipo de inventivas para definir personajes, equipos o coches que existen en la realidad pero que no pueden nombrar como tales por no pagar los derechos de uso. Desvelamos algunos de los modelos más míticos de la saga GTA… y los modelos de calle en los que están basados.
Posiblemente uno de los más fáciles de identificar. Tras la denominación Vapid Bullet se esconde la reedición que la marca del óvalo hizo del mítico Ford GT40 y que lanzó en el año 2005.
No podía falta, aunque estuviera escondido, el modelo que llegó para revolucionar la industria del automóvil. Conocido popularmente como el coche del millón de euros (aunque no era el primero que presumía de esta tarifa) o el coche de los mil caballos (aunque no era el primero que superaba esta potencia), tras Truffade Adder se escondía un Bugatti Veyron.
Tampoco podía faltar el representante de una de las marcas más admiradas y con los precios de venta más altos. En esta ocasión, también resultaba fácil de identificar pues tras el Overflod Entity XF se hallaba un Koenigsegg CCX.
Y puestos a jugar con coches poco conocidos aunque bien sobrados de prestaciones, el GTA también era una excelente oportunidad para ponernos a los mandos de un SSC Tuatara, aunque para ello tuviéramos que elegir un Grotti Cheetah en nuestro garaje.
Aunque hay quien piensa que tras esta denominación se esconde un Tesla Roadster, por aquello de Voltic, en realidad se trata de un Lotus Elise, lo más parecido a un kart para la ciudad que se pueda conducir hoy día.
Uno de los vehículos con más seguidores a nivel mundial también estaba presente en nuestro videojuego, aunque es más reconocible la trasera que el frontal. El Pfister Comet es, en realidad, un Porsche 911.
Un clásico de la industria estadounidense que no se podía perder su cita uno de los clásicos de los videojuegos el Inverto Coquette es uno de los modelos que más se parecen a su original, un Chevrolet Corvette C7.
En este caso hay que poner mucha imaginación para descubrir que tras el Bravado Banshee se esconde un Dodge Viper, aunque algunas de sus formas son más cercanas a las de un Toyota Supra. Sin embargo, esa línea longitudinal en su carrocería y techo le delatan. Eso sí, solo una banda, como si utilizar dos líneas también supusiera el pago de derechos de diseño.
También hay espacio para los clásicos, aunque en el caso del Vapid Peyote han tomado elementos prestados de varios modelos de la industria americana de cuando las grandes berlinas estaban bien nutridas de aletines verticales. A pesar de los miles de parecidos razonables que podemos sacar de nuestro protagonista, tras estas formas hay un Ford Thunderbird.
Y si hay espacio para los clásicos, también lo hay para los más históricos. Tras el Truffade Z-Type se dispone uno de los coches de más belleza jamás construidos. En esta ocasión es fácil de identificar, un Bugatti Atlantic.
Si está uno de los coches más bellos de la historia, también debe estar el coche más cotizado en las subastas de clásicos. Así, tras el Grotti Stinger GT encontramos un Ferrari 250 GTO (que ha alcanzado precios superiores a los 30 millones de euros en subastas).
No, no está James Bond en esta saga ni hay nadie al que le guste beber Martini, al menos entre los personajes, pero sí encontramos el coche más mítico de la saga del agente 007. El Dewbauchee JB700 es, en realidad, un Aston Martin DB5, aunque en el envase debería indicar que contiene trazas del Chevrolet Corvette de primera generación.
En un videojuego donde las mafias y las bandas pueden campar a sus anchas, no podía faltar el coche de Burt Reynolds para combatir el mal. El Imponente Phoenix es, en realidad, un Pontiac Firebird. Su parecido es altísimo, solo le falta el águila americana en el capó.
En este repaso a la historia de la industria automovilística no podían faltar los representantes de los Muscle Car americanos. El Bravado Gauntlet es, como bien se puede apreciar en sus formas, un Chevrolet Camaro.
Tampoco podía faltar uno de los coches más vendidos en la historia de Estados Unidos, aunque a este lado del Atlántico no lo hayamos visto (tan solo unidades sueltas de algún aventurado importador llegaron hasta aquí). El Declasse Voodoo es, en realidad, un Chevrolet Impala.