El canal de renting es una opción de acceso a un vehículo nuevo que siempre ha estado identificado con las grandes flotas. Siempre se ha pensado que estaban restringidas a las empresas y los autónomos. Pero, la realidad, es que nunca ha estado limitado a la participación de los particulares. Y estos, con la llegada de la crisis especialmente, descubrieron que esta modalidad es cómoda y económica; hasta el punto de que en una cuota mensual se incluyen el uso del vehículo así como buena parte de los gastos inherentes a su utilización. Ahora la firma nipona presenta Mazda Rent&Drive, una línea de renting diseñada especialmente para particulares, que ha pensado en sus necesidades propias que son bien diferentes de las de un profesional.
Se lanzó en agosto, un mes atípico en el mercado, y tras las primeras semanas de funcionamiento, las impresiones son positivas, y más teniendo en cuenta que estas fórmulas aún son extrañas para la gran mayoría de nosotros. Y es que, en España, tenemos demasiado cariño a nuestros vehículos y nos cuesta demasiado deshacernos de ellos.
Mediante Mazda Rent&Drive el propietario no adquiere un vehículo, lo disfruta durante un tiempo determinado (entre 2 y 5 años) y con el compromiso de realizar un máximo de kilómetros al año (entre 10.000 y 40.000 km) a cambio de una cuota mensual fija (aunque existe la posibilidad de realizar una entrada para rebajar posteriormente cada una de las cuotas).
En esta mensualidad se incluyen los impuestos de matriculación y de circulación, las operaciones de mantenimiento integral que requiera durante ese tiempo, las reparaciones propias del desgaste de las piezas por el kilometraje, la asistencia en carretera, el recurso de multas así como el seguro a todo riesgo. A parte de esto se pueden contratar variables como el cambio de neumáticos o el coche de sustitución el tiempo que esté en el taller. Mazda Rent&Drive pone toda su flota disponible para este modelo de acceso a un vehículo nuevo y no tendrá límite de edad para el interesado.
Hacerse con un vehículo nuevo por medio de una operación de renting no significa que uno adquiera el coche. En realidad se trata de un alquiler a largo plazo por lo que, llegado un momento, tendrá que devolverlo. Y tendrá que presentarlo en las condiciones en las que se pactó cuando se suscribió el contrato.
Por ello, la cuota surge de una operación sencilla: la diferencia de precio que tiene el vehículo en el momento de la compra y el que tendrá cuando se devuelva transcurrido ese tiempo. A esa diferencia se le suman los gastos propios del automóvil. Y la cantidad que se obtenga se divide entre el número de mensualidades que dure la relación.