Sí, el futuro son los motores eléctricos (la firma nipona los incorporará en 2020 a su oferta y un año después llegarán los híbridos enchufables) pero, mientras llegan vehículos sin emisiones que sean funcionales, que se puedan emplear en el día a día sin renunciar a viajes largos y con un precio accesible para el bolsillo medio, Mazda ha demostrado que a los motores de gasolina aún les queda mucho por evolucionar.
Esto lo ha logrado mediando un nuevo sistema de hibridación ligera ya presente en la gama de modelos en los propulsores Skyactiv-G y a la nueva familia de motores Skyactiv-X que pronto llegarán junto al Mazda3 (ya en los concesionarios) y el Mazda CX-30 que llegará en septiembre, un SUV compacto que desembarca en nuevo segmento del mercado.
En el primer caso, se ha acoplado un motor eléctrico de 24 V propulsor de gasolina que le sirve de apoyo en momentos de alta exigencia de potencia. Este aporte extra evita parte del trabajo y por tanto optimiza los consumos y baja las emisiones al mismo tiempo que genera unas transiciones fluidas en los cambios de marchas. Esto le hace merecedor de la etiqueta ECO de la DGT.
En el segundo caso, ha revolucionado el proceso de ignición dentro de los cilindros, el cual llevaba prácticamente inalterado desde los principios de la automoción. Gracias a este nuevo sistema se logran motores un 30 % más eficientes, aumenta el par y se reducen las emisiones.
Ya está disponible en la oferta mecánica de Mazda junto a los motores Skyactiv-G y mantendrán esta asociación cuando aparezca la nueva familia Skyactiv-X. Esta hibridación ligera supone la llegada de un motor eléctrico de apoyo de 24V al motor térmico que añade impulso en momentos de máxima exigencia para reducir su trabajo y, por ende, una bajada en los consumos y las emisiones.
Se dispone como un sistema compacto, ligero y eficiente que ofrece múltiples ventajas… entre las que destaca la llegada de la etiqueta ECO (lo que permite al vehículo esquivar las restricciones a la circulación en días de alta contaminación).
Además, la batería que ayuda en este trabajo se ha posicionado en el piso del vehículo, junto a las ruedas, lo que confiere un bajo centro de gravedad, una gran estabilidad en curva y no resta espacio al habitáculo ni al maletero. Es autorrecargable por lo que no requiere de enchufes ni cables. Aprovecha momentos de deceleración y frenada para recargarse.
Por su parte, conductor y pasajeros no notarán la actuación de este sistema. Bueno sí. La realidad es que al arrancar, acelerar y frenar, las transiciones entre marchas son más fluidas. Esto se logra por el apoyo de este motor eléctrico que ajusta y soporta el empuje en momentos como los cambios de marcha. Así, la marcha será más lineal.
Al tiempo que Mazda se prepara para el lanzamiento de su vehículo eléctrico en los próximos meses, también se ha preocupado en demostrar que los motores de combustión aún tienen margen de mejora. Y no poco, además.
Uno de los problemas que siempre han tenido los motores de gasolina ha sido la pobre mezcla de gasolina y aire que se producía en los cilindros. Esto hacía que el consumo de gasolina fuera relativamente alto (y eso que hablamos de homologaciones que apenas superan el puñado de litros cada cien kilómetros realizados).
Fue entonces cuando la firma nipona analizó todo el procedimiento de combustión desde la base y encontró que podía aplicar a motores de gasolina soluciones que ya había en los motores diésel. Así, creó un método único de combustión con encendido por compresión controlado por chispa, un sistema que han bautizado como SPCCI.
Así, este innovador propulsor combina la ignición por chispa de los motores de gasolina (con lo que logran un gran empuje a regímenes altos y una mayor limpieza de las emisiones de escape) y una ignición por compresión (con una mejor respuesta inicial y un menor consumo de combustible en bajas revoluciones).
Así, se obtiene una respuesta mixta que conjuga lo mejor de dos motores siendo de gasolina y logra rebajar hasta un 30 % los consumos y aumentar un 30 % el par motor.
El motor Skyactiv-X llegará pronto a la familia del Mazda3 y en unos meses al Mazda CX-30. Es de gasolina, tiene 1.998 cm3 y responde con 180 CV a 6.000 rpm y 224 Nm de par a 3.000 rpm.
Y es al analizar las prestaciones y consumos en el Mazda3 (que pronto saldrá a la venta) cuando se pueden comprobar los resultados de esta tecnología. El motor Skyactiv-X tiene un consumo mínimo homologado en ciclo mixto de 5,4 l/100 km y unas emisiones de 122 g/CO2 km (96 g en ciclo NEDC).
Es la apuesta de Mazda para ofrecer a sus clientes una solución innovadora a su movilidad, ya sea en ciudad o carretera, manteniendo la diversión al volante y cumpliendo con unas bajas emisiones.