Todos los sospechábamos, pero ahora una voz autorizada lo ha refrendado: nuestras carreteras se encuentran en mal estado. Eso es al menos lo que se deduce de un estudio llevado a cabo por la Asociación Española de la Carretera sobre las “Necesidades de Inversión en conservación” donde se incide en que 1 de cada 13 kilómetros de nuestra red viaria necesita una revisión lo que supone que en un importante número de carreteras sería necesario ajustar el límite de velocidad entre 10 y 20 km/h. Esta medida afectaría a hasta 6.800 km de nuestras carreteras.
Estas recomendaciones no son gratuitas; llegan tras haber encontrado que hasta el 50 % de nuestra red viaria acumula baches, roderas y grietas.
La asociación lleva realizando este estudio de forma ininterrumpida desde 1985. En la última edición pone de manifiesto lo escasa que resulta la partida de 900 millones de euros que hay destinados a mantenimiento y conservación de nuestras carreteras en los presupuestos de 2018.
La asociación recalca que la red viaria inició un estado de abandono en 2009; y que para devolverlo a un nivel aceptable necesitaría una inversión mínima de 7.054 millones de euros.
Pero no todo queda ahí. Aseguran que es necesario renovar 100.000 señales de tráfico; y que 70.000 han superado el periodo de garantía de sus zonas reflectantes. Eso se traduce en que por la noche no garantizan una buena visibilidad. Y eso en la red estatal, pues en la red autonómica habría que cambiar hasta 270.000 señales, 180.000 de ellas por el mismo problema con el reflectante. La inversión necesaria para esto es de 90 millones de euros; 33 para las señales de carreteras estales y 57 para las autonómicas.
Y, finalmente, habría que repintar las marcas viales en 30.000 km de la red principal; y 27.000 de la red secundaria. Esto tendría un coste de 56 millones de euros.
El mal estado de las carreteras ha llevado a la Asociación Española de las Carreteras a mostrar una serie de consecuencias que debería apuntar el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez:
Para evitar todo esto, la asociación recomienda aumentar la inversión en mantenimiento de la red principal, al menos, 300 millones de euros anuales, pasando de los 900 millones actuales a los 1.200 millones de euros anuales (para que los 7.000 no se inviertan de golpe). Esta inversión debería mantenerse, al menos, durante los próximos 8 años. En el caso de la red secundaria, recomiendan que el presupuesto aumente en otros 600 millones de euros.