Madrid quiere atajar el problema de la contaminación rebajando la circulación con la creación de nuevas Zonas de Bajas Emisiones.
El Ayuntamiento de Madrid está preparando una nueva Zona de Bajas Emisiones, aunque en este caso no sería tan restrictivo como Madrid Central. En este caso afectaría al barrio de Plaza Elíptica, uno de los puntos con más contaminación de la capital que desde hace una década supera de forma sistemática los máximos impuestos por la Unión Europea.
Con esta medida, que aún está en proceso de redacción y que debería entrar en vigor en el primer semestre del próximo año, se prevé rebajar el tráfico en un 18 %. Y, aunque ha sido aplaudida por sectores ecologistas de la ciudad, no ha satisfecho a todos por igual.
Fundamentos de la nueva ZBE de Madrid
Según ha adelantado eldiario.es, quedarán fuera de esta ZBE de Plaza Elíptica los vehículos que no cuenten con etiqueta de la DGT, es decir, además de los vehículos con etiqueta ECO y Cero emisiones, también podrán seguir pasando por aquí los coches con sello C y B (estos últimos están vetados en Madrid Central).
Quedarán fuera los coches gasolina que tengan una normativa Euro 3 o anterior y los diésel con normativa Euro 4 o anterior, así como las motocicletas y ciclomotores con normativa Euro 2.
Esto permitirá rebajar la afluencia del tráfico en un 18 % en los momentos de mayor tráfico como son las horas punta. Se espera que se reduzca el tránsito de 1.472 vehículos de los 7.122 que pasan por aquí entre las 8:00 y las 9:00 de la mañana. Por su parte, los residentes que tengan vehículos sin esta distinción de la DGT podrán seguir moviéndose por la zona como hasta ahora.
Las calles de Plaza Elíptica afectadas
Aparentemente no es un área especialmente grande, 0,3 km2 frente a los 4 km2 de Madrid Central, pero sí que trastocará los planes y la movilidad de un buen número de ciudadanos. La zona estará acotada a la A-42 entre la Avenida de los Poblados y la M-30 para un total de 17 calles. Estas son las calles afectadas por esta Zona de Bajas Emisiones:
- Vía Lusitana, entre calle Faro y Plaza Elíptica.
- Avenida de Abrantes, del número 2 al 14, ambos incluidos.
- Pasaje de Estoril.
- Calle de Braganza, del número 1 al 19, ambos incluidos.
- Calle de Viana.
- Avenida de Oporto, del número 2 al número 6, ambos incluidos.
- Calle de Antonia Lancha, entre la Travesía de Antonia Lancha y calle de La Vía.
- Calle de La Vía, entre calle Sana Lucrecia y Plaza Elíptica.
- Calle de Évora, del número 14 al número 18, ambos incluidos.
- Calle Antonio Leyva, entre calle Santa Lucrecia y Plaza Elíptica.
- Calle Marcelo Usera, entre calle Manuel Noya y Plaza Elíptica.
- Calle San Filiberto.
- Travesía de San Filiberto.
- Calle Marquesa de Silvela.
- Calle Juan Español, entre calle de Manuel Noya y lateral del Paseo de Santa María de la Cabeza.
- Lateral Paseo Santa María de la Cabeza, sentido Madrid, entre Plaza Elíptica y la calle Juan Español.
- Calle San Nicomedes.
Críticas
Como era de esperar, no han tardado en llegar las reacciones, al menos desde los ecologistas, pues desde el lado político por el momento no se han hecho apenas valoraciones. Están a la espera de conocer el trasfondo de la nueva regulación de movilidad.
Sin embargo, desde algunos colectivos ya han surgido las primeras críticas a los planes. Uno de los puntos que no gusta es que esta restricción de movilidad no afecta al túnel de la A42, la autovía de Toledo, que pasa por debajo de la glorieta de Plaza Elíptica y que seguirá teniendo el mismo tráfico tras esta regulación y que, por ende, seguirá con las emisiones hasta ahora.
Incluso las podría superar. Algunos de los vehículos que no puedan circular por la zona afectada tomarán esta autovía como alternativa aumentando de esta manera los atascos que ya sufre y las emisiones que aquí se generan. Es eso lo que dice Juan Bárcena, de Ecologistas en Acción, “es el verdadero problema. Si quieres bajar la contaminación en la zona, hay que meter mano a eso”.
Otros, por su parte, esperan la creación de un Bus VAO en esa misma autovía lo que restaría espacio para la circulación de vehículos particulares y facilitaría el tránsito de autobuses. Ello dotaría de un mayor atractivo al transporte público. Y muchos consideran que ayudaría a que algunos dejaran su coche particular en casa y entraran en Madrid con estos autobuses interurbanos.