Mejorar la calidad del aire en las grandes ciudades es el reto al que se enfrentan, hoy en día, los gobiernos y las administraciones públicas. Los vehículos son los primeros responsables de los altos niveles de contaminación que presentan algunos territorios y, por ello, se han desarrollado nuevos “superradares” que ayudan a medir las emisiones y a clasificar los coches en función de lo que contaminan.
Como publican en ABC, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) ha establecido que un 5% de los coches de nuestro parque nacional es el causante del 30% de la contaminación que presentan las áreas urbanas. Pero, además, un tercio de ese 5% de vehículos tiene menos de cinco años de antigüedad. Por tanto, localizarlos sería determinante a la hora de reducir los niveles de gases perjudiciales.
Los coches podrían ser más caros por las nuevas pruebas de emisiones
Estos radares de emisiones forman parte de un proyecto, amparado por la Unión Europea, en el que colaboran conjuntamente la Consultoría Opus RSE, la DGT, el centro tecnológico Cartif y el Ciemat. Según lo define Javier Buhigas, responsable de Consultoría de Opus RSE, se trata de un aparato que “no solo mide los contaminantes, sino que también permite cuantificar los ahorros y la efectividad de cada medida de control del tráfico”
[fotos id=”110680″]Esto se situaría como un nuevo método para complementar el sistema de etiquetas medioambientales que ha impuesto la DGT en los últimos años, aunque todavía habrá que esperar hasta que pase el periodo de prueba pertinente. La ciudad elegida para ello ha sido Madrid, una de las urbes con niveles más altos de polución del país, donde, además, se ha elaborado un borrador con nuevos protocolos anticontaminación más restrictivos.
Lejos de ser unos dispositivos de vigilancia, como los que se extienden por todas las carreteras para controlar la velocidad, estos superradares se utilizan para detectar cuáles son los automóviles más contaminantes. Pero, además, sirven para descubrir si los vehículos presentan irregularidades de serie (como ocurría con los motores que protagonizaron el diéselgate) o han sido manipulados por los propietarios, tras su compra, para entrar en categorías más ecológicas.
Estos aparatos, en tan solo una hora, pueden medir las emisiones de 1.000 vehículos, aproximadamente. Algo que, además, son capaces de realizar a muy bajo coste: cerca de un euro por vehículo. Por tanto, se puede decir que ya están demostrando buenos resultados, teniendo en cuenta que un test estático convencional no examina tantos coches por hora y, para la misma cantidad de vehículos, puede llegar a costar unos 2.000 euros.
Sin embargo, todavía deben someterse a algunas mejoras. A pesar de que el análisis que efectúan sobre las partículas que emiten los coches es muy preciso, en relación al NOx ofrecen una desviación del 15%. Asimismo, según afirma el medio mencionado anteriormente, los resultados también estarán determinados por el tiempo que lleve el vehículo en movimiento y por la temperatura del motor.
En definitiva, es un nuevo tipo de cinemómetros que ayudará a controlar la contaminación en nuestras carreteras, aunque es importante destacar que no están autorizados para aplicar sanciones a los vehículos que más contaminen.