Nuevos autobuses, subvenciones para la renovación de calderas y taxis antiguos… primeros esbozos para rebajar las emisiones al mismo nivel que Madrid Central.
Cambiar Madrid Central es el principal caballo de batalla del nuevo consistorio de la capital, capitaneado ahora por José Luís Martínez-Almeida (del Partido Popular con el apoyo de Ciudadanos y Vox). No gusta cómo está conformada esta área de bajas emisiones del centro de la ciudad, ya lo suprimió cuando tomó el bastón de mando y fue un juez el que obligó a ponerlo en marcha de nuevo ante la normativa municipal vigente y por el aviso desde Europa de la obligación de cumplir con las leyes de descarbonización del ambiente.
Sin embargo, no cejan en su empeño de buscar una alternativa a Madrid Central. Así, el equipo de gobierno se ha puesto un límite de 90 días para la creación de un nuevo proyecto que lo mejore y que logre reducir las emisiones en el mismo porcentaje o más que Madrid Central, puesta en marcha por el anterior ejecutivo comandado por Manuela Carmena.
Primeros esbozos del plan
El nuevo alcalde y su equipo trabajan en un proyecto que guste a todos. No lo tienen definido en su conjunto aunque sí que tienen las primeras pinceladas de las novedades que incorporaría.
Además de los resultados de esa consulta a las partes, en el documento inicial se puede encontrar la renovación de los autobuses de la EMT más antiguos, ayudas a la renovación de los taxis más veteranos y contaminantes, la construcción de parking disuasorios (5.000 plazas para residentes y de rotación y 10.000 para visitantes repartidas en 12 nuevos parkings) y un programa de ayudas para la renovación de calderas que tendría una partida presupuestaria de 50 millones de euros.
Son los primeros esbozos por lo que habrá que esperar a conocer el número de autocares que habría que cambiar y el coste que esto conllevará, la cuantía que se daría a los taxistas y si se podrán renovar los propietarios de licencias VTC y las ayudas que se darán a las comunidades que cambien sus calderas de calefacción.
Sin embargo sí que han indicado que mantendrán la respuesta ante los diversos escenarios de contaminación. Se mantendrá la obligatoriedad de portar la etiqueta de la DGT, los que la tengan, se construirán nuevos carriles de Bus-VAO y se limitará la entrada y aparcamiento de estos según el nivel de polución.
Eso sí, indicaron que no volverán a producirse restricciones de circulación en base al número de la matrícula (par o impar).
Una alternativa que guste a todos
Por ello se va a reunir en las próximas semanas con todos los afectados por Madrid Central, tanto por lo que estén a favor como los que estén en contra para conocer sus opiniones y sus propuestas de mejora.
Espera tener una alternativa en 90 días que pueda poner en marcha a la mayor brevedad siempre cumpliendo con la normativa vigente y las expectativas creadas desde Bruselas. Además, el nuevo gobierno espera que la alternativa a Madrid Central sea fácilmente conocido por todos eliminando así las numerosas excepciones que hacen que el conjunto de la población desconozca la norma y no actúe por miedo a sufrir alguna sanción.
Y es que, desde el Ayuntamiento de Madrid esgrimen que la solución a la polución de la capital no debe centrarse solo en Madrid Central pues solo afecta al 5 % del territorio de la capital y al 1,5 % del tráfico.
Según apuntan desde el consistorio, la medida puesta en marcha por Carmena solo rebajó las emisiones en un 6 %, apuntando a un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid, aunque desde la oposición aluden a que existe un estudio realizado por la misma universidad con posterioridad a la entrada en vigor de las sanciones que aumentaría esa rebaja de la contaminación fruto de la entrada en vigor de Madrid Central.
